Luego del ataque realizado mediante la explosión de beepers de miembros de Hezbolá, en los que al menos 500 personas resultaron heridas y al menos 12 fallecieron, por el que muchos adjudican la responsabilidad a Israel, se produjo un incidente de ciberseguridad en Israel.
Si bien Israel no se pronunció al respecto, varios medios de comunicación extranjeros han informado de que el Mossad y la inteligencia israelí estuvieron detrás del ataque.
La noche del miércoles, cientos de ciudadanos israelíes recibieron mensajes de texto falsos con una alerta de emergencia que indicaban que debían abandonar sus ubicaciones y dirigirse a áreas protegidas.
Rápidamente algunos medios locales se hicierone co del incidente, y afirmaron que estaban siendo investigados como un posible ciberataque dirigido por Irán. El Comando del Frente Interior (IDF) negó haber enviado estos mensajes.
Los mensajes simulaban provenir del sistema oficial de alertas del Comando, pero contenían errores ortográficos y un enlace.