En un vínculo tirante, de idas y vueltas, Estados Unidos oficia de mediador entre Sudán e Israel para que el primero formalice relaciones diplomáticas con el segundo. Sin embargo, esta normalización depende de la aprobación parlamentaria del país africano.
Según la emisora Kan, las presiones de Washington “se producen después de un año, durante el cual Estados Unidos invirtió dinero en Sudán, sin lograr ningún progreso real”. No se brindaron detalles de la inversión estadounidense en Sudán ni el tipo de presión sobre el país.
Este año, Sudán acordó firmar los Acuerdos de Abraham, poco tiempo después que hayan hecho lo mismo Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. En abril, el gabinete sudanés derogó una ley de boicot contra Israel.
A pesar de ello, la nación africana no consolidó ningún acuerdo oficial de regular las relaciones diplomáticas.
Hace pocas semanas, los funcionarios sudaneses se negaron de participar en el primer aniversario de los Acuerdos de Abraham.
En consonancia con este dato, la ministra de relaciones exteriores local Miriam al-Mahdi minimizó los lazos con Israel. Finalmente, todavía no hay planes para inaugurar una embajada israelí en Jartum.