¿Está la Hermandad Musulmana ayudando a Irán a eludir las sanciones estadounidenses?

Mezquita en Teherán, Irán, imagen a través de PXFuel

Muchos analistas occidntales se preguntan cuánto tiempo más podrá sobrevivir el régimen iraní bajo el peso de las desgarradoras sanciones estadounidenses. Lo que ignoran es que el régimen ha estado eludiendo las sanciones con la ayuda de colaboradores de larga data en todo el mundo. La evidencia sugiere fuertemente que la Hermandad Musulmana es el principal de esos colaboradores.

El régimen extremista chií de Irán y la organización extremista sunita de los Hermanos Musulmanes comparten una visión igualmente apocalíptica del mundo. Ambos creen en la ideología totalitaria del «islamismo», que sostiene que el islam debe suplantar enérgicamente todas las demás formas de vida. Ambos ignoran las fronteras nacionales y buscan crear coercitivamente una Nación del Islam global a través de la conquista del Medio Oriente y eventualmente del resto del mundo.

De hecho, fue Sayyid Qutb, un miembro destacado de los Hermanos Musulmanes en las décadas de 1950 y 1960, quien abrió los ojos de los islamistas iraníes a la posibilidad de un «Estado panislámico». Ambos grupos detestan la civilización occidental, Estados Unidos, Israel y los países del CCG [Consejo de Cooperación del Golfo], con la notable excepción de Qatar. Esta afinidad ideológica fundamental une estas dos ramas del islamismo a pesar de la apariencia de una diferencia sectaria infranqueable.

La Hermandad Musulmana sunita fue, de hecho, una de las principales fuerzas que empujaron a los islamistas chiítas al poder en Irán. La Hermandad enseñó a los islamistas iraníes cómo mostrarse presentables ante Occidente, infiltrarse en instituciones culturales y académicas y guiar la opinión pública. En los Estados Unidos, la Asociación Islámica de Estudiantes Chiítas se estableció como una célula escindida de la Asociación de Estudiantes Musulmanes de la Hermandad en América del Norte. El Centro Islámico de Hamburgo, el primer gran instituto chiíta de influencia en Occidente, siguió de cerca el modelo de la Hermandad de proselitismo sofisticado y compromiso con los intelectuales públicos europeos. Ese enfoque todavía se puede discernir en las prácticas de cabildeo del régimen iraní en Occidente.

La Hermandad Musulmana también enseñó a los islamistas chiítas cómo ser soldados. Durante las décadas de 1960 y 1970, muchos islamistas iraníes fueron entrenados en campamentos guerrilleros en Egipto y Siria bajo los auspicios de oficiales del ejército que simpatizaban con la Hermandad. Luego se trasladaron al Líbano para establecer el Movimiento Amal chiíta radical, el precursor de Hezbolá, para galvanizar a la población libanesa contra Israel y Occidente. Junto con la exiliada OLP, los Hermanos Musulmanes y Amal empujaron al Líbano hacia la guerra civil. Esas mismas guerrillas endurecidas por la batalla derrocarían más tarde al régimen pro-occidental del Sha en Irán.

Fiel a su estilo, después de la Revolución Islámica y durante la Guerra Irán-Irak, la Hermandad Musulmana ayudó activamente al régimen iraní a evadir las sanciones internacionales. Tal como admitió Youssef Nada, el financiero conocido como el «ministro de Relaciones Exteriores» de la Hermandad, en su recuento Inside the Muslim Brotherhood (2012), la Hermandad ayudó a Irán con las importaciones de acero y granos. Según Ebrahim Yazdi, el Dar Al-Mal Al-Islami Trust, de gran alcance y afiliado a la Hermandad en Ginebra, fue fundamental en la adquisición de recursos militares que cambiaron las reglas de juego, incluidas partes de jets caza Phantom, para el régimen iraní durante toda la guerra.

A cambio, los Hermanos Musulmanes siempre han sido bienvenidos en Teherán. Como Nada menciona en sus memorias, la Hermandad y los ayatolás mantuvieron relaciones amistosas mucho más allá de la turbulenta y transicional década de 1980. No es de extrañar que tan pronto como el régimen de Mubarak fue derrocado en 2011, el régimen iraní, caracterizando el ascenso al poder de la Hermandad como un «despertar islámico», se acercó con entusiasmo al gobierno de Morsi y trató de normalizar las relaciones con Egipto después de tres décadas de una congelada política diplomática.

El presidente Morsi fue a Teherán en agosto de 2012 para asistir a una cumbre del Movimiento de Países No Alineados, y el presidente Ahmadinejad le correspondió asistiendo a una cumbre de la Organización de Cooperación Islámica en El Cairo en febrero de 2013. En Teherán acordaron reabrir embajadas; en El Cairo, Ahmadinejad anunció que la República Islámica estaba dispuesta a otorgar a Egipto un «gran préstamo».

Todo eso se vino abajo con la destitución de Morsi. Naturalmente, el régimen se opuso enérgicamente a la toma de poder de Sisi. Junto con Aljazeera, los medios de comunicación del régimen iraní adoptaron una postura unidireccional hacia los acontecimientos que se estaban desarrollando en Egipto y que se alineaban con la narrativa de los Hermanos Musulmanes.

Durante la presidencia de Morsi, los operativos de la Fuerza Quds aumentaron exponencialmente sus actividades en Egipto y, aprovechando la agitación posterior a la revolución, transportaron armas y misiles sin inhibiciones a Hamas a través del Sinaí. El intermezzo de la Hermandad en Egipto, por lo tanto, vio un aumento en la beligerancia de Hamas hacia Israel, lo que finalmente condujo a una decisiva acción israelí contra la rama de la Hermandad basada el Gaza desde 2012. Durante su juicio después de su destitución, Morsi y otros 35 prominentes hermanos fueron acusados, entre otras cosas, de colaborar con la Guardia Revolucionaria, con Hezbolá y con Hamas con la intención de cometer actos terroristas en Egipto en el período comprendido entre 2005 y 2013.

Inmediatamente después de la expulsión de Morsi, la Hermandad Musulmana y el régimen iraní buscaron trabajar juntos. Según la información filtrada, en 2014 representantes de alto perfil de la Hermandad y el IRGC [Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica] se reunieron en un hotel en Turquía para conspirar contra sus enemigos comunes: Arabia Saudita, Israel y Estados Unidos. La Guardia Revolucionaria proporcionaría el poder duro mientras que la Hermandad usaría sus vastas organizaciones en 85 países para cubrir las operaciones terroristas.

El régimen iraní ha estado utilizando instituciones financieras en Turquía y Qatar, donde la Hermandad Musulmana tiene una fuerte presencia, con fines de blanqueo de capitales y evasión de sanciones. Recientemente, el régimen se opuso enérgicamente a la designación estadounidense de la Hermandad como organización terrorista.

Las apariencias pueden inducir a un error. Si bien la división sectaria chiíta-sunita existe, una y otra vez ha sido trascendida por fuerzas nefastas en aras de la exigencia. Cuando se trata de contrarrestar a Estados Unidos y sus socios regionales, el mismo principio se aplica a todos los islamistas. Como demuestran claramente sus vociferantes objeciones al reciente acercamiento respaldado por Estados Unidos entre Israel, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos -que, de hecho, es el portador de la antorcha de la campaña contra la Hermandad en el mundo islámico-; el régimen iraní y la Hermandad Musulmana todavía están firmemente en connivencia para sabotear todos los intentos de una paz regional que significaría la perdición para el atractivo de sus formas violentas. Para salvar su causa común a corto plazo y mantenerlos a ambos con vida a largo plazo, es probable que los Hermanos Musulmanes sean un actor clave en la evasión de las sanciones al régimen islamista en Irán, una posibilidad que debería investigarse intensamente.

Fuente: BESA  Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos

El Dr. Reza Parchizadeh es un teórico político, historiador y analista senior.

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