Por Eldad Shavit y Yoel Guzansky
Para Biden, el papel de Israel es proporcionar a la Administración “munición” sobre la cuestión palestina que le permitan persuadir a los esperados oponentes en Washington para que apoyen los altos costos que Estados Unidos deberá pagar: un pacto de defensa, armas avanzadas y, sobre todo, la promoción del proyecto de enriquecimiento de uranio en suelo saudita.
La Administración espera aprovechar la oportunidad para regresar a Israel a un camino estricto de conducta con los palestinos que impida el descarrilamiento de la visión de dos Estados.
En este contexto, se enfatizó que el presidente Biden espera que Israel adopte medidas inmediatas para evitar el deterioro económico y de seguridad en el ámbito palestino.
La Administración también agregó la cuestión de la reforma judicial e implícitamente exigió que, a la luz del esfuerzo por “forjar una paz histórica” para promover el acuerdo con Arabia Saudita, Netanyahu encuentre la manera de promover la reforma judicial con un amplio consenso.
Esto garantizará la estabilidad en Israel y un amplio apoyo al acuerdo saudita.
La Administración también es consciente de las objeciones que existen en Israel, incluso por parte de funcionarios de seguridad y altos miembros de la oposición, al componente de enriquecimiento [de uranio] exigido por Riad.
En referencia a Irán, el presidente reiteró su promesa de que trabajará para impedir que Irán obtenga armas nucleares.
Pero parece que en tiempos difíciles la cuestión saudita está en el centro de la agenda.
Por diversas razones (su legado, el año electoral, la competencia con China, incluso en Medio Oriente, etcétera), el presidente Biden ha cambiado de posición y ahora está interesado en llegar a un acuerdo con el príncipe heredero saudita.
El aparente cambio en la posición de Estados Unidos hacia el enriquecimiento [de uranio] en Arabia Saudita y hacia el propio Bin Salman es particularmente significativo.
La impresión es que Biden concede gran importancia a la posición y las acciones de Israel para el éxito de la medida.
Y de ahí la evaluación de que la posición de Israel ejercerá mucha influencia en la toma de decisiones en Washington.
Sin el apoyo activo del primer ministro Netanyahu; a la Administración le resultará difícil hacer avanzar la iniciativa.
Un posible corolario es que el fracaso será atribuido a Israel si la Administración evalúa que las posiciones y movimientos israelíes han impedido el logro de acuerdos.
En una inhabitual entrevista con Fox News, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, que pasó de ser un paria a un socio deseado, generó optimismo y señaló que “cada día nos acercamos más a un acuerdo”.
Sin embargo, a pesar de estos comentarios y del intercambio en la reunión Biden-Netanyahu, todavía queda un largo camino por recorrer.
Parece que los sauditas no tienen intención de relajar sus principales exigencias, incluidas las relativas a la cuestión nuclear y la recepción de armas avanzadas, así como las exigencias que ellos y Estados Unidos tienen respecto de importantes medidas israelíes hacia los palestinos.
Esta realidad desafía a Washington y Jerusalén a tomar decisiones difíciles.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
¿Está al alcance…?
No creo que un arreglo que dependa en parte de los falsamente llamados palestinos (que no son otra cosa que árabes que invadieron las tierras de Israel, pueda llevarse a cabo debido a las enseñanzas que en las escuelas se les da a los niños de odio hacia los israelitas. Si esa cultura no cambia, y la corrupción no cesa en Cisjordania, jamás esos árabes podrán formar un estado porque sería fallido por la corrupción, el fanatismo y lo violenta de la religión y cultura de esa gente que iene entre ceja y ceja el terrorismo.
Yo digo que cria cuervos y te sacaran los ojos, parece que al mundo occidental no les basta haberle dado a Iran la llave para enriquecer uranio, sino que ahora le quieren dar esta misma llave a los sauditas.
Que psicopatia habrá en occidente que le encanta jugar a la ruleta rusa con 5 balas?