Enfermedad de Parkinson: La Universidad Hebrea de Jerusalén develó nuevas pistas sobre su origen

Universidad Hebrea de Jerusalén. Fuente: Licencia Creative Commons

Más de 10 millones de personas en el mundo sufren Parkinson, pero poco se sabe del origen de esta enfermedad neurodegenerativa. Frente a esto, un equipo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Facultad de Medicina de Penn State desarrollaron un enfoque integrador para ver cómo las proteínas individuales forman agregados dañinos para el desarrollo de la misma.

Una de esas proteínas es la alfa-sinucleína, la cual ayuda a regular la liberación de neurotransmisores en el cerebro y está en las neuronas, como una sola unidad, pero se une a otras para generar funciones celulares, lo que lleva a la formación de cuerpos de Lewy, asociados al mal de Parkinson.

El profesor de farmacología de la Facultad de Medicina de Penn State, Nikolay Dokholyan, explico que «utilizando experimentos realizados en el laboratorio del profesor Eitan Lerner en el Departamento de Química Biológica de la Universidad Hebrea de Jerusalén, una serie de algoritmos explica las fuerzas efectivas que actúan en y sobre una proteína específica y puede identificar las diversas conformaciones que tomará basándose en esas fuerzas. Esto nos permite estudiar las conformaciones de la alfa-sinucleína de una manera que de otro modo sería difícil de identificar solo en estudios experimentales».

Con ciertos experimentos vanguardistas, este equipo de investigación encontró algunas formas de la proteína en cuestión que son estables y duran más tiempo que microsegundos. Así determinaron que esto es mucho más lento que las estimaciones de una proteína desordenada que modifica siempre su conformación.

Por su parte, Eitán Lerner afirmó que «la información de nuestro estudio podría usarse para desarrollar reguladores de moléculas pequeñas de la actividad de la alfa-sinucleína. Los medicamentos que previenen la agregación de proteínas y mejoran su función neurofisiológica normal pueden interferir con el desarrollo y la progresión de enfermedades neurodegenerativas».

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