En una excavación conjunta de la Autoridad de Antigüedades de Israel y la Universidad de Tel Aviv, con el apoyo de la Fundación Elad, dirigida por Yiftah Shalev y Riki Zalut Har-tov, hallaron un anillo de oro de pequeño diámetro de 2300 años de antigüedad en la Ciudad de David.
El descubrimiento tomó notoriedad ya que se trata de un vestigio de la vida en la ciudad durante el período helenístico. El anillo está hecho de oro y tiene incrustada una piedra preciosa roja. La pieza se encuentra en un estado de conservación excepcional debido a la resistencia del oro a la corrosión.
Por su tamaño, se cree que perteneció a un niño o niña que vivía en Jerusalén en esa época. Los directores del proyecto explicaron que también podría haber sido usado en el meñique de una mujer.
La responsable del descubrimiento fue la arqueóloga Tehiya Gangate. Ella explicó que vio algo que brillaba mientras cernía tierra excavada.
“Inmediatamente grité: ‘¡Encontré un anillo, encontré un anillo!’ En segundos, todos se reunieron a mi alrededor, y fue una gran emoción. Este es un hallazgo que conmueve emocionalmente, no es algo que se encuentre todos los días. En verdad, siempre quise encontrar joyería de oro, y estoy muy feliz de que este sueño se haya hecho realidad justo una semana antes de tomar mi licencia por maternidad”, relató Gangate.
Hallazgos como este sugieren que Jerusalén tenía una economía saludable y un estatus de élite durante ese período, y que sus habitantes estaban abiertos a las influencias del estilo helenístico que prevalecía en el Mediterráneo oriental.
Cualquier objeto por pequeño que sea certifica, identifica y acredita la existencia del pueblo judío en sus tierras ancestrales.