El valor numérico 72 además de ser 4 veces Jai-vida (18×4) es el valor de la palabra Jesed – bondad- la inmensa bondad que hizo Hashem en nuestra generación con la creación del Estado de Israel.
Al preguntarnos, cuándo nosotros valoramos más las cosas, cuándo valoras más a tu celular o a tu auto? Perdiste el celular y lo encuentras o te devuelven al auto del mecánico, luego de estar dos días sin el. La respuesta es cuando no lo tienes, cuando te falta algo y luego logras adquirirlo. Ahí lo valoras realmente!
La mayoría de los judíos en el mundo hoy nacimos con el «dalo por hecho» que el Estado de Israel existe.
Lo que significa que posiblemente nos cuesta más valorar su existencia.
Cuando nos expulsaron de Inglaterra en 1290, de Francia en 1306 o de España durante la inquisición en 1492 nunca pudimos tener la opción de ir a Israel y siempre continuamos errando de lugar en lugar.
Le preguntaron al Jafetz Jaim, Rabi Israel de Radin, en el año 1933, cuando fue el ascenso del nazismo que pasará ahora y el citó al profeta Ovadia que dice: «Habrá una resaca en tzión y será sagrada» diciendo que si bien habrá algo muy difícil como lo fue el holocausto, será la primera vez en la historia judía luego de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén y el exilio de 2000 años que volvemos a nuestra tierra y nos convertimos en una Nación independiente y reconocida.
Tomemos el siguiente ejemplo: tu hijo te pide que le compres una pelota azul y blanca. Paso una semana y te olvidaste, tu hijo te reclama: «¿Y la pelota papá?» Luego de dos semanas se la compras pero no había azul y blanca, por lo tanto le trajiste azul y negra. Tu hijo ve la pelota y lo primero que te dice es: «Papá ¿Qué es esto? No es el color que quería, no la quiero. Ni siquiera te da las gracias. ¿Tu que le dirías? Hijo querido, primero hay que agradecer y valorar lo que recibes y después vemos que hacemos con el color. Nosotros no estuvimos dos semanas pidiendo tener un país nuestro independiente, lo hicimos durante 2000 años y ahora que lo tenemos, lamentablemente casi la mitad del pueblo judío aún vive en la diáspora.
Si en 1920 le hubieras contado a tu abuelo que en 100 años va a existir un Estado de los judíos, que será aunque pequeño en territorio una potencia en estudio de Torá, una Start Up Nation de tecnología, y uno de los mejores ejércitos del mundo posiblemente te hubiera preguntado si te sientes mal o tienes fiebre y te hubiera preparado un te caliente.
La realidad superó por lejos los sueños de nuestros antepasados y aún los nuestros. Tenemos que estar agradecidos con Di-s día a día por tener un país que se preocupa por todos los judíos en Israel y en el mundo, que hoy es el país más seguro del mundo afrontando al Covid-19, que tenemos un país con el índice de voluntariado per cápita más alto del mundo.
Se discute en el mundo religioso el rezo el día de Yom Haatzmaut. Decir Tajanun (rezo que en festividades no se recita) o no. Recitar el Halel (rezo de alabanza)o no.
No mostrarle a Di-s nuestro agradecimiento por este milagro que es el Estado de Israel sería ser desagradecido. Si nuestros bisabuelos que fueron oprimidos en la diáspora se levantarían de sus tumbas y verían judíos que teniendo la posibilidad de vivir en Israel se quedan en la diáspora nos dirían: «saben cuánto soñé con este momento y nunca pude disfrutarlo, y ustedes que lo tiene no lo aprovechan. Eso es como decirle a tu papá: «no quiero la pelota de fútbol.»
Sin duda que Israel no es un país perfecto y que hay mucho por mejorar y crecer, pero al menos hoy tenemos el recipiente para poder hacer estos cambios y eso debemos valorar.
El que vive fuera de Israel y por diferentes razones no logra ver la forma de concretar su aliá (inmigración a Israel) al menos que incentive a sus hijos a venir aquí a conocer, estudiar y vivir aquí. Probablemente se queden aquí y si el abuelo va a tener a sus hijos y nietos en Israel quizás también el venga algún día.
Rafael Kaufmann es miembro de la mesa directiva del Consejo Regional Shomron y vocero de Hasbará de Moetzet Yesha.