En el aire el futuro del ministro Gallant cuyo cese provocó las protestas en Israel

Yoav Gallant Foto: Avi Ohayon GPO vía Facebook

Mientras tanto aumentan las voces partidarias de su retorno al gobierno.

Desde que Netanyahu le comunicara verbalmente su despido el domingo por la noche, el primer ministro tiene 48 horas para recibir la carta formal de cese, un plazo que vence esta tarde, mientras que Gallant mantiene el apoyo de generales de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y socios de la coalición del Gobierno.

Este veterano general de las FDI y miembro del partido Likud del propio Netanyahu «es aún ministro de Defensa», confirmó una portavoz de su oficina, que no dio más detalles sobre el asunto.

Gallant fue el primer miembro del Gobierno que instó públicamente a posponer la reforma judicial del propio Ejecutivo, ante el creciente malestar por el plan entre miembros de las propias fuerzas armadas y reservistas de las FDI que amenazaron con dejar de presentarse a sus tareas de reserva como forma de protesta.

El todavía ministro consideró que esa situación suponía un «peligro real e inminente» para la seguridad de Israel y pidió un pausa temporal en la tramitación de la reforma para lograr un consenso con la oposición, ante la grave fractura social que había provocado.

Un día después de su intervención, Netanyahu anunció su cese sin más explicaciones, lo que fue detonante de una nueva oleada de protestas espontáneas que comenzaron el domingo por la noche, con más de 650.000 manifestantes en todo el país; y que se prolongaron ayer lunes, con más de 100.000 personas que rodearon el Parlamento (Knéset) en Jerusalén y una huelga general convocada por el principal sindicato del país.

El hecho de que Netanyahu aún no haya destituido formalmente a Gallant podría ser indicador de la situación frágil en la que se encuentra tanto él como su coalición tras las protestas, ya que acorralado por las protestas y la huelga, el primer ministro anunció ayer el aplazamiento de la reforma, justo lo que había pedido el ministro.

La situación llevó a Netanyahu al borde de una crisis de Gobierno, ya que sus socios de ultraderecha como los ministros Itamar Ben Gvir o Bezalel Smotrich amenazaron con abandonar la coalición si se frenaba completamente la reforma, que busca aumentar el control del Ejecutivo sobre la Justicia y socavar su independencia.

Gallant tiene el apoyo de los generales de las FDI y de aliados clave de Netanyahu como Aryeh Deri, líder del partido ultraortodoxo judío Shas, informa el Canal 12 de noticias, que informó hoy de que «ahora se realizan esfuerzos entre bastidores para revertir» la destitución.

A su vez, concreta el mismo medio, los altos cargos de las FDI recibieron por sorpresa el anuncio del despido de Gallant, y ante la situación actual, expertos israelíes alertan sobre los daños que la inestabilidad política puede suponer para las fuerzas armadas. EFE y Aurora

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