El viejo cementerio judío de Dresde, una reliquia del vibrante pasado de la comunidad hebrea de esta ciudad

Repasamos la historia de la comunidad judía de Dresde y reseñamos su viejo cementerio, casi en el centro histórico de esta ciudad, uno de los pocos vestigios que quedan de lo que fue una icónica comunidad judía en Sajonia.

Por Ricardo Angoso

Antes de contar la historia de este cementerio, nos adentraremos en lo ha significado la comunidad judía de Dresde en los últimos siglos. Según informaciones que hemos recogido de las páginas de turismo de la ciudad de Dresde, “la comunidad judía de Dresde tiene una historia de más de 160 años. En realidad, sus raíces se remontan al siglo XIII, pero todos los judíos que vivían en la región sajona fueron desterrados del país entre 1500 y 1700. Sólo en el siglo XIX la vida judía comenzó a desarrollarse gradualmente una vez más. En 1837, la aprobación de una ley que concedía a los habitantes judíos de Sajonia igualdad y plenos derechos ciudadanos permitió a la comunidad de Dresde salir de las sombras”. Dresde, no lo olvidemos, es la capital histórica, cultural y económica de Sajonia, una de las regiones más pujantes de Alemania.

Entre los años veinte y treinta del siglo pasado, el periodo de mayor esplendor de Alemania y también de muchas comunidades judías en este país, la comunidad de la ciudad alcanzó hasta los 6.000 miembros y contaba con varias sinagogas, cementerios y otras instituciones educativas. Sin embargo, con la llegada de los nazis al poder, en 1933, las cosas cambiaron súbitamente y muchos judíos de la ciudad, malvendiendo sus negocios y propiedades, comenzaron a marcharse.

En octubre de 1938, 724 judíos de ciudadanía polaca fueron deportados desde Dresde a Polonia. En la Noche de los Cristales Rotos, o  Kristallnacht en alemán, en noviembre de 1938, 151 judíos fueron arrestados y enviados al campo de concentración de Buchenwald. Las sinagogas fueron quemadas y la comunidad judía recibió una factura por su demolición. Como en otras partes de Alemania, los judíos fueron obligados a pagar los desperfectos causados por los nazis en la Noche de los Cristales Rotos, en un suerte de macabra broma a medio camino entre el más burdo sarcasmo y la “puntillosidad” prusiana. En mayo de 1939, la comunidad se había reducido a 1.600 personas a causa de la emigración, las deportaciones y los arrestos. Hubo 12 deportaciones, que expulsaron a 1.300 judíos, entre enero de 1942 y enero de 1944. La deportación definitiva de todos los judíos estaba prevista para febrero de 1945.

La ciudad de Dresde, además, es conocida porque durante la Segunda Guerra Mundial sufrió uno de los más terribles bombardeos de la contienda. En realidad,  fueron cuatro ataques aéreos consecutivos que se realizaron entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, aproximadamente doce semanas antes de la capitulación de la Alemania nazi. Durante estos, entraron en acción más de mil bombarderos pesados, que dejaron caer sobre la “Florencia del Elba” cerca de 4000 toneladas de bombas altamente explosivas y dispositivos incendiarios, arrasando gran parte de la ciudad y desencadenando una tormenta de fuego que consumió su centro histórico. El número de víctimas varía enormemente en función de la fuente, pero la línea mayoritaria en la historiografía actual lo sitúa entre 25.000 y 40.000 muertos.

El bombardeo aliado de Dresde permitió a centenares de deportados judíos escapar de las garras nazis, concretamente el grupo que esperaba a ser deportado en febrero de 1945. Fruto de este bombardeo, todos los monumentos de la ciudad, incluido el Viejo Cementerio Judío de Dresde, quedaron bañados o impregnados de una fina capa como de hollín o tizne todavía bien visible hoy en numerosas esculturas, iglesias y edificios históricos de la ciudad. E incluso en las lápidas del Viejo Cementerio. La ciudad se convirtió  en un infierno sin posibilidad de escapatoria para miles de personas; algunas se arrojaron en llamas al río Elba, el que pasa por Dresde, otras se consumieron por el fuego en los refugios antiaéreos y muchas miles más encontraron la muerte en sus viviendas, que ardieron como antorchas sin que nadie fuera a rescatarlas. La ciudad se convirtió, en apenas dos días, en un paisaje indescriptible repleto de cráteres, objetos reducidos a cenizas, cadáveres calcinados, vehículos destruidos, edificios consumidos por las llamas y ruinas de edificios históricos, muchos de ellos perdidos para siempre irremediablemente.

Cuando ocurrieron estos luctuosos hechos, en la ciudad apenas ya quedaban judíos. El escritor británico Sinclair McKay relata en detalle los acontecimientos que rodearon la embestida en su libro «Dresde 1945, fuego y oscuridad”, y, según él, a principios de febrero de 1945 quedaban 198 judíos en la ciudad.

Luego Dresde fue adjudicada a la parte soviética que se acabaría convirtiendo en la República Democrática Alemana (RDA), es decir, la Alemania comunista. En 1950 tenemos noticia de que la comunidad judía local alcanzaba las 200 personas y que se había inaugurado una sinagoga. Posteriormente, la comunidad de Dresde decae, llegando a tener solamente 100 miembros a finales de los años sesenta. De 1962 a 1990, Dresde fue la sede de la Asociación de Comunidades Judías de la RDA.

Luego, con la unificación alemana, la comunidad local ingresó en la federación de comunidades judías ya de la Alemania unida. En el 2002, abrió una nueva sinagoga y, con la llegada de miles de judíos de la extinta Unión Soviética a Alemania, la comunidad ha recuperado algo más de fuerza y cuenta, según datos oficiales de la propia comunidad, con algo más de 200 miembros en la actualidad.

En lo que respecta al camposanto, hay que reseñar que el antiguo cementerio judío de Dresde, o en alemán Alter Jüdischer Friedhof, fue inaugurado en 1751 por orden de las autoridades locales para la comunidad judía con el fin de deshacerse de los muertos. Hasta la fecha, en el territorio de los monumentos históricos judíos hay 1.067 tumbas, donde están enterrados todos, desde los judíos ricos hasta los más pobres. Sin embargo, el lugar muy pronto cayó en desuso por la falta de espacio y a finales del siglo XIX ya no se produjeron nuevos enterramientos en este cementerio.

Todas las tumbas se colocaron hacia el este, en dirección a Jerusalén, y la mayoría de ellas ya están cubiertas de musgo, pero sólo a algunas de ellas todavía llegan a veces familiares y amigos, como vemos por las escasas piedras colocadas sobre ellas. En 1945, como resultado del bombardeo de la ciudad, todos los documentos relativos a los entierros y los datos personales de los enterrados fueron destruidos. También las lápidas están cubiertas de un color oscuro, parecido a un tizne, como efecto de las bombas incendiarias. Hoy en día, el Antiguo Cementerio Judío está cerrado al público, pero en el caso de un acuerdo con el colectivo judío HATIKVA, previa solicitud de visita, se puede conocer. Por cierto, y para concluir, el Nuevo Cementerio Israelita que se construyó ante la falta de espacio en este que hemos reseñado se encuentra en la calle Fiedlerstraße, 3.

Para solicitar visitas al Viejo Cementerio Judío: [email protected]
Dirección del lugar: Pulsnitzer Str. 14

Fuentes citadas y consultadas:
Jewish Virtual Library:
https://www.jewishvirtuallibrary.org/dresden

Páginas de Turismo de Dresde:
https://www.dresden.de/en/05/036/Jewish_community.php

Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Bombardeo_de_Dresde

BBC:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51475999

Comunidad Judía de Dresde:
https://www.juedische-gemeinde-dresden.de/en/%C3%BCber-uns

KeepTravel:
https://www.keeptravel.com/germany/attraction/staroe-evrejskoe-kladbishche-drezdena

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