El ucraniano Sergei Loznitsa rescata del olvido la masacre de Babi Yar

Numerosas personas colocan flores durante una ceremonia en memoria de las víctimas de Babi Yair - Foto archivo: REUTERS/Gleb Garanich

Fue conocida como la masacre de Babi Yar, por el lugar en el que se produjo, y Sergei Loznitsa la ha rescatado del olvido en un documental homónimo.

El grueso de esa matanza se produjo el 29 y 30 de septiembre de 1941, con la muerte de 33.771 judíos. Se considera uno de los mayores asesinatos del Holocausto en una única operación, y el cineasta ucraniano ha recurrido para contarlo a imágenes de archivo alemanas, rusas y ucranianas.

«Lo más difícil fue desarrollar la narración. No hay un protagonista, no hay una narración tradicional. Tenía que construirla con un ritmo particular y, al mismo tiempo, respetar la cronología histórica y mantener la atención del espectador», dijo en un encuentro con medios internacionales.

«Babi Yar. Context» fue proyectado en las Sesiones Especiales del Festival de Cannes, que celebró su 74 edición del 6 al 17 de julio.

Loznitsa, de 56 años, empezó a gestarlo hace ocho años, cuando preparaba una película de ficción sobre ese mismo tema. La pandemia retrasó el inicio de su rodaje y el director optó por preparar un documental en su lugar con todo el material acumulado.

El cineasta no ve casual que sea un tema poco abordado: «En la época soviética intentaron olvidarlo oficialmente, no dijeron nada sobre el Holocausto. Los ucranianos habían participado en eso, y después del colapso de la Unión Soviética, cuando empezaron a construir su nación, no querían hablar de ello».

Ya más en la actualidad, en su opinión, las actuales tensiones con Rusia hacen que «no se quiera tocar el tema para que no se use como propaganda rusa. Pero para liberarte de este legado necesitas decir la verdad».

Loznitsa da contexto a la masacre. Incluye imágenes de la vida en Kiev y en Ucrania durante los primeros meses de la invasión alemana, y se sirve también de fotografías, porque, según ha destacado, oficialmente estaba prohibido grabar ejecuciones masivas y no hay imágenes.

En su documental se ven cadáveres en descomposición, pero dice haber dejado fuera vídeos más chocantes: «Hice la prueba conmigo mismo y no metí las cosas que no podía ver, cosas que impresionaban, como cuando salían cerebros».

No se considera una «persona non grata» en su país, y dice haber podido sacar a la luz esa historia porque a diferencia de la censura anterior ya se ha hecho pública, con libros y otro tipo de información, «aunque haya gente que contesta esos hechos y prefiere malinterpretarlos».

«Babi Yar. Context» no va a ser su única aproximación a este tema. Prepara ahora la película de ficción que no pudo rodar y quiere darle una estética de documental.

El cineasta es un habitual en Cannes: presentó en competición «Schastye Moe» (2010), «V Tumane» (2012) y «Krotkaya» (2017), también en Sesiones Especiales «Maïdan» (2014) y «Les ponts de Sarajevo» (2014), y «Donbass» (2018) en la sección oficial Una Cierta Mirada. EFE

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