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El pueblo judío sobrevive gracias a la mujer judía

25 de febrero de 2025 , , ,

La mujer judía es la protagonista de las escrituras de la Torá y es el eje de los hogares judíos desde siempre; si queremos entender porqué el pueblo judío sobrevive, tienes que entenderla a ella.

Ella es la encargada de concebir, la encargada de criar, la encargada de alimentar, la primera en levantarse durante el día y la última en acostarse.

Ella es la madre que enseña el Shemá a sus hijos.

Ella es la mujer que enciende las velas de Shabat desafiando la historia.

Ella es la hija que transmite sus tradiciones, a pesar de los cambios de las nuevas generaciones y se niega a dejar que sus de desaparezca.

Ella es la que dice la verdad y no permite que la historia sea reescrita, es  la que se niega a dejar que el mundo olvide.

Esa mujer es la niña en el ático, la mujer en el desierto, la guerrera de pie ante reyes y esa madre que fue grabada aferrándose a sus bebés mientras la arrancaban de su hogar y la obligaban a ser una cautiva junto a sus inocentes bebés.

Ella es la razón por la que aún el pueblo judío vive.

Históricamente, a través del exilio y la destrucción, de los pogromos y las cámaras de gas, de la guerra y el terror, una verdad ha permanecido inquebrantable.

Cada vez que el pueblo judío sobrevive, es gracias a la mujer judía.

El 7 de octubre fue el día en que el mundo volvió a evidenciar el odio desmedido a un pueblo obligado a luchar históricamente para sobrevivir.

Vimos la persecución judía repetirse en tiempo real y actual.

Transmitida en cámaras por sus victimarios, para que el mundo sea testigo de tal humillación y barbarie y aun así, muchos siguen sin creer.

Ese fatídico día vimos madres protegiendo a sus hijos, abuelas tomadas como rehenes e hijas violadas y arrastradas hacia Gaza.

Escuchamos gritos, llantos y luego…lo único que se escuchó, fue: el silencio del mundo.

Vimos cómo la gente debatía ese hecho y ese dolor, y tomaba postura a favor o en contra de uno u otro “bando”, vimos cómo las multitudes marchaban, no por las mujeres que fueron violentadas, sino por quienes las tomaron. De repente se encendió una ola de fanatismo proterrorista, que apoya a un grupo criminal y eso solo nos demuestra la degradación humana que estamos enfrentando.

Las mujeres judías nunca han guardado silencio, la vida las ha obligado a alzar la voz, a luchar, a trasmitir, a proteger y hasta a morir por defender su fe y nación.

Nunca hemos sido las que se sientan a esperar a ser rescatadas.

Esto que se está describiendo tal vez suena a poesía, pero no, simplemente, es registro de hechos y es historia.

Milenariamente las mujeres judías han llevado a su pueblo adelante, han luchado por la supervivencia.

No necesariamente con armas, sino con sus cuerpos, sus voces, sus rezos y su fe inquebrantable.

Con sus acciones brindan vida cuando el mundo intenta arrebatársela.

Preservan la historia cuando otros intentaron borrarla o tergiversarla.

Han permanecido de pie ante la destrucción y se han negado a inclinarse.

Ella es Ruth, Sara, Rebeca, Raquel y Lea, las mujeres que construyeron un pueblo.

Ella es Miriam, de pie al borde del agua, asegurándose de que Moisés viviría para liderar.

Ella es Ester, de pie ante un rey, desafiando a un imperio.

Ella es Rut, la conversa moabita que eligió unirse a la fe judía y tuvo el mérito de ser la progenitora del Rey David, y del Mashíaj mismo.

Ella es Golda, guiando a una nación en guerra, de pie en una sala llena de hombres que dudaban de ella, negándose a ser ignorada.

Y ahora, hoy en día, ella es Shiri Bibas, sosteniendo a sus bebés, sin soltarlos nunca.

Ella es cada madre judía, cada hija judía, cada mujer judía que ha llevado a su pueblo adelante, que ha permanecido de pie ante la destrucción y ha dicho:

Nos levantamos de las cenizas de los pogromos, de las ruinas de los guetos, de las voces de aquellos que no pudieron levantarse por sí mismos.

Nos levantamos del Holocausto, del exilio, del 7 de octubre, de cada intento por borrarnos.

Nos levantamos del duelo, del miedo, de la propia historia.

Nos levantamos porque no tenemos otra opción.

Cada viernes por la noche, las familias judías se levantan y cantan a la mujer virtuosa, porque esa mujer con todos sus atributos siempre ha sido quien salva.

Y estoy segura que lo seguirá haciendo, a pesar de la indolencia, de la indiferencia y después de que la propaganda haga ver a su pueblo, como el “malo”, por defenderse de una barbarie no solo terrorista, sino mediática, que evidencia la deshumanización que estamos enfrentando.

Y después muchos me preguntan, ¿por qué amo tanto a los animales, a su inteligencia, nobleza y lealtad?

Karla Gaona
Con información de agencia A.L

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