El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, tiene previsto arribar a Israel el 3 de septiembre, para una visita de dos días. Será el primer presidente filipino en visitar al Estado judío.
Duterte no tiene programado visitar la Autoridad Palestina.
Filipinas es considerado un país relativamente amigo de Israel, inclusive en las votaciones en la ONU. Duterte tenía planeado visitar Israel en mayo de 2017, pero la visita se canceló debido a asuntos domésticos de Filipinas.
Entre los temas de su agenda se encuentran la firma de convenios de largo plazo relacionados con la atención de pacientes y ancianos israelíes por parte de auxiliares filipinos, la lucha contra el narcotráfico, la posibilidad de rutas directas para los vuelos entre Israel y Filipinas, la cooperación agrícola y acuerdos de seguridad. Duterte viajará acompañado por una delegación de empresarios filipinos.
El controvertido presidente tiene un rico historial de escándalos nacionales e internacionales.
En 2016, Duterte provocó uno batahola internacional cuando manifestó que estaría más que contento si pudiera asesinar a tres millones de drogadictos, en tanto que Adolf Hitler masacró a seis millones de judíos en el Holocausto.
En ese discurso, el grosero presidente grosero declaró que sus críticos lo han «descrito o representado como un primo de Hitler».
Poco después agregó: «Hitler masacró a tres millones de judíos… hay tres millones de drogadictos. Los hay. Me gustaría sacrificarlos».
Sus comentarios provocaron conmoción e indignación en todo el mundo, lo que obligó al presidente filipino a pedir disculpas e incluso a hacer una visita especial a la Sinagoga Beit Yaakov, en Manila, durante el Año Nuevo judío.
«Me gustaría disculparme y lo digo de corazón», aseveró Duterte a los miembros de la Asociación Judía de Filipinas.
Duterte reconoció que se había equivocado al hacer referencia al genocidio del pueblo judío durante el nazismo en Alemania.
«Mencioné la palabra judío; eso estuvo terriblemente mal y por eso pido disculpas», apuntó Duterte, mientras era aplaudido. «Pero no soy uno de los miembros racistas de esta república».
Dijo que nunca tuvo la intención de menoscabar la memoria de los seis millones de judíos asesinados por la Alemania nazi.
Duterte y el embajador de Israel en Filipinas, Efi Ben Matityahu, quien también estuvo en la sinagoga, mantuvieron una interesante conversación.
«Duterte elogió al primer ministro Biniamín Netanyahu por su firmeza en salvaguardar el interés nacional de Israel», escribió Ben Matityahu a la sede del Ministerio de Exteriores en Jerusalén. «Destacó su amistad con Israel y con el pueblo judío, y dijo que se lo expresó a los numerosos funcionarios israelíes con los que se reunió».
El abuelo de la ex esposa de Duterte, Elizabeth Zimmerman, era un refugiado judío que recibió una visa para Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial. Uno de sus nietos se llama Yair, un nombre judío.
Duterte se ha hecho mala fama también por sus insolentes insultos. Ha insultado al ex presidente de EE.UU., Barack Obama, al papa Francisco y a la ONU, al tiempo que hacía una seña obscena con el dedo.