sáb. Mar 22nd, 2025

El polémico y trastornado Kanye West

16 de febrero de 2025 ,

El famoso cantante Kanye West, conocido por sus polémicas escenas en el reality con su exesposa perteneciente al clan de las Kardashian, compró 30 segundos de publicidad en el Super Bowl, el evento deportivo más visto en Estados Unidos, y con proyección mundial.

El anuncio publicitario, grabado de manera casera con un teléfono móvil, ya llamaba la atención por su producción rudimentaria. No es un detalle menor si se considera que medio minuto de publicidad en un evento de tal magnitud cuesta unos siete millones de dólares. En el video, West explicaba que había gastado todo el presupuesto en un implante dental de oro, para luego invitar al espectador a visitar el sitio web de su marca, Yeezy.

Hasta aquí, la extravagancia podía ser vista como una estrategia de marketing. Pero lo que se encontraron quienes ingresaron a la página fue algo mucho más inquietante: la única prenda a la venta era una camiseta con una esvástica enorme estampada en el pecho, disponible por 20 dólares.

Para quienes no han seguido la trayectoria reciente de West, la sorpresa y el rechazo son comprensibles. Pero aquellos que han observado su deriva en los últimos años saben que su antisemitismo ya no es un secreto. En los días previos al Super Bowl, el rapero publicó en sus redes sociales una serie de mensajes antisemitas, algunos irreproducibles, pero otros lo suficientemente claros, como “Soy un nazi” y “Amo a Hitler”.

El dilema de separar al artista de su obra es un viejo debate que muchas comunidades, incluida la judía, han tenido que enfrentar. En este caso, no se trata solo de una cuestión de principios estéticos o morales. Kanye West no es un artista mediocre cuyo discurso pueda ser descartado sin más. Es, sin duda, uno de los raperos más influyentes del siglo XXI, y quizás por eso duele más. Si fuera irrelevante, su discurso no tendría impacto. Pero no lo es: es considerado por muchos un genio creativo, y eso es lo que resulta alarmante.

Sin embargo, el caso de West no es comparable al de otros artistas con ideologías cuestionables. No se trata de un creador cuyas opiniones privadas sean discutibles, sino de alguien que ha cruzado una línea peligrosa al fomentar activamente el odio. Existen, por supuesto, figuras públicas cuyas ideas pueden resultarnos desagradables, pero que no hacen de ello una plataforma de agresión. Convivir con pensamientos opuestos es parte del mundo en que vivimos. Sin embargo, cuando un personaje público utiliza su influencia para incitar al odio, el problema adquiere otra dimensión.

El debate sobre la salud mental de West ha estado presente en muchas de las críticas que ha recibido. Su diagnóstico de trastorno bipolar se ha mencionado en varias ocasiones, pero, independientemente de su situación, el problema persiste: si es una persona enferma, necesita tratamiento y contención; si no lo es, el panorama es mucho más serio. Lo que para algunos puede parecer irreverencia o una excentricidad, puede tener consecuencias muy reales.

La pregunta no es si se debe censurar a Kanye West, silenciar una voz no hace desaparecer el problema de fondo. Quizá la cuestión de fondo sea otra: ¿por qué convertimos a ciertos artistas en referentes? Que un músico, un actor o un influencer acabe ocupando el lugar de un líder o de un modelo a seguir pone de manifiesto los vacíos que existen en la sociedad a la hora de elegir ideales.

El pueblo judío ha tenido líderes de toda índole a lo largo de su historia, desde los patriarcas, pasando por Moshé, el rey David y hasta figuras contemporáneas de enorme relevancia. Distintos en estilos y enfoques, pero unidos por un mismo hilo conductor: el compromiso con valores morales.

La actitud de Kanye West es lamentable por muchas razones. Pero hay una que, al menos en lo personal, resulta especialmente dolorosa: nos obliga a cuestionarnos al artista que alguna vez fue. Cuando un músico, un pintor o un deportista aparece en los titulares más por sus declaraciones que por su obra, algo anda mal. Y no es solo un problema para él, sino para quienes le siguen y no poseen el criterio suficiente para discernir las consecuencias de tales mensajes o actitudes preocupantes que generan odio hacia determinadas comunidades o grupos sociales que luchan por sobrevivir día a día

Karla Gaona
Con información de agencias

3 thoughts on “El polémico y trastornado Kanye West”
  1. Si tiene trastorno bipolar y no se está tratando es más comprensible que diga y haga estos disparates, aunque no deja de ser lo que se denomina “un hombre de su tiempo”. Ahora son muchos los grupos de distintas razas e ideologías que se han apuntado al carro del auge ultraderechista, fascista y nazi que existe ahora mismo. Entre las otras ideologías o grupos distintos a estas fascistas y nazis están algunos afroamericanos como por ejemplo el rapero Kanye West, que es una frecuente fuente de noticias por sus polémicas declaraciones antisemitas, con una ideología muy particular de los afroamericanos donde se encuentran incluso un subtipo de una especie de nazis o supremacistas negros que se creen superiores a los blancos, o los que siguen una disparatada creencia religiosa sobre que ellos son los verdaderos judíos con origen en África, no pocos de estos últimos creen que los judíos blancos o más blancos que ellos no son judíos como ellos. Así es como no es tan difícil ver a afroamericanos votando al partido republicano o al mismo Trump, o se vieron a neonazis y racistas americanos apoyando a Kanye West por sus declaraciones antisemitas, o quizás sea porque les interesa que haya más neonazis y racistas de otras razas solo para que las razas no se mezclen, racismo que sigue estando muy vigente a pesar de los recientes descubrimientos científicos que les han dejado aun más en ridículo a todos estos racistas. Otro caso de subgrupos con variopintos pelajes se encuentra en los cristianos evangélicos, a los que ahora les ha dado por apoyar a los judíos y a Israel, pidiendo «mano dura» contra los moros, algunos incluso imitan a los judíos hasta en muchas de sus costumbres religiosas y en las redes sociales apenas se les puede distinguir de los judíos religiosos más de derechas, mientras que otros evangélicos siguen siendo muy antisemitas, como es el caso de los protestantes que seguían a John Stott, un sacerdote anglicano muy influyente en todo el mundillo cristiano evangélico. John Stott fue un firme opositor al sionismo, del que dijo: «El sionismo político y el sionismo cristiano son anatema para la fe cristiana… El verdadero Israel de hoy no son judíos ni israelíes, sino creyentes en el Mesías, aunque sean gentiles…». 

    Algunos cristianos sionistas creen que el regreso de los judíos a la Tierra de Israel es un prerrequisito para la segunda venida de Jesucristo. Aunque existen muchas interpretaciones de esta pintoresca profecía o disparate cristiano, la idea central es habitual entre los protestantes, desde los tiempos de la reforma los cristianos han apoyado activamente el regreso de los judíos a la Tierra de Israel, junto con la idea de que los judíos deben convertirse al cristianismo para dar cumplimiento a la profecía bíblica, o al menos creen que cuando venga Jesucristo, por segunda vez, solo se salvarán los cristianos evangélicos y los judíos que se conviertan al cristianismo evangélico. No es que sea mejor opción para los judíos, pero sí que a estos les viene bien por el apoyo político y militar a Israel.

  2. En España los evangélicos también se han unido a la derechona española y a los fascistas, aunque seguramente solo se juntan para las fotos antes de las elecciones porque para lo demás los evangélicos son bichos raros para los católicos españolas, o quizás les viene muy bien tener a su lado a unas sectas especialmente manipuladoras y que no dudan en utilizar los peores métodos sectarios, incluso la violencia, al igual que está ocurriendo por ejemplo en Brasil, donde los fascistas de Bolsonaro consiguieron hacerse con el poder gracias a contar con las manipulaciones y la violencia que practican las sectas cristianas evangélicas brasileñas junto con las mafias criminales asociadas con estos evangélicos.

    Muchos de los nuevos perturbados que han resurgido en Estado Unidos apoyan una antigua teoría de los racistas y neonazis, la de «el gran reemplazo», una gran conspiración mundial con el que los neonazis creen que los judíos (aunque ahora quizás sobre todo sea comunismo o, en general, los de izquierdas) y masones, junto con sus afines de partidos de izquierdas, aunque otros nuevos subgrupos de antisemitas como son los perturbados americanos de QAnon denominan a todos estos con el eufemismo de «las élites», quieren exterminar a la raza blanca mediante sus políticas laxas con los inmigrantes, con el aborto, con los homosexuales, etc. Actualmente, las conspiraciones mayoritarias, más que las tradicionales antisemitas, están centradas contra los partidos de izquierdas, ya no digamos contra el comunismo.

    Sin embargo, en España tienen que ser no pocos los nuevos problemas con los que tiene que lidiar la derechona española, ultracatólicos españoles y los fascistas y neonazis españoles, porque a todas estos no les gustan nada los masones y, por casualidad, Estados Unidos es donde más masones hay y los padres de la patria eran casi todos masones, lo mismo que ocurre en todos los países latinoamericanos, o también está el problema de que a los masones son más que parecidos a los judíos, comparten las mismas disparatadas conspiraciones, eso cuando no son los judíos los que creen que están detrás de sus muchas conspiraciones judeomasónicas, los que están escondidos dirigiendo el planeta Tierra.

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