El mortífero ataque a un petrolero: ¿Ha ido Irán demasiado lejos?

Petrolero Mercer Street - Foto archivo: Johan Victor/vía REUTERS

Tras el suceso, los ministros de Relaciones Exteriores de Estados Unidos y Gran Bretaña emitieron declaraciones separadas que aparentemente  fueron coordinadas con anticipación.

Ambos afirmaron que la información en su poder indica que Irán estuvo detrás del ataque al petrolero, que es parcialmente propiedad de una empresa perteneciente a un empresario israelí. El ataque, en el que fueron asesinados dos tripulantes (uno británico y otro rumano), fue llevado a cabo, según el anuncio, por un dron [vehículo aéreo no tripulado] utilizado por Irán para su actividad regional. Los dos países afirman que esto es una violación del derecho internacional y trabajarán junto con sus aliados dentro y fuera de la región para formular una respuesta adecuada al ataque.

Irán ha negado oficialmente su participación en el ataque, y un portavoz de su Ministerio de Relaciones Exteriores enfatizó que «Irán condena las acusaciones de participación de su parte». Esto a pesar del hecho de que un medio de comunicación iraní no oficial reveló la acción como una respuesta a los ataques israelíes en Siria.

En ataques anteriores a barcos identificados con Israel, Irán no asumió la responsabilidad y se mantuvo en la ambigüedad, pero se aseguró de resaltarlos como un indicativo de sus actividad. Esta vez, la respuesta, que elude la responsabilidad, refleja un intento de distanciarse por los resultados del ataque y la dura reacción internacional.

Las muertes, además de la clara evidencia (posiblemente también con la ayuda de la inteligencia israelí) dejaron a Washington y Londres sin más remedio que señalar a Irán como responsable de la acción. Parece que ahora tienen la intención de intentar promover un movimiento de condena internacional a Irán, aparentemente dentro del Consejo de Seguridad. Esto, en un intento de disuadirlo de continuar con sus actividades y entendiendo que esto aumentará el riesgo de deterioro regional. Tal movimiento también sirve a los intereses israelíes, posiblemente en el esfuerzo por aliviar la presión para las respuestas en la práctica, lo que podría conducir a una escalada.

Sin embargo, se estima que el evento no afectará los intereses de Estados Unidos y Gran Bretaña de continuar las conversaciones con Irán para llegar a un acuerdo sobre la vuelta al acuerdo nuclear. Las posibilidades de que esto suceda se verán afectadas principalmente por la posición de Irán con el asunción al cargo de su nuevo presidente (5 de agosto) y el éxito de ambas partes en cerrar las brechas significativas que aún existen en sus posiciones.

La muerte de dos tripulantes a bordo del buque atacado pone a Teherán bajo presión internacional, pero es dudoso que las reacciones lo lleven a cambiar su política, ya que se estima que en el enfrentamiento entre éste e Israel, Teherán ve la zona naval como un escenario legítimo para responder a la intensa actividad de Israel en esta arena durante los últimos dos años.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies

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