El misterio del Valle del Jordán

Batallón mixto israelí en el Valle del Jordán Foto: Portavoz militar

En los países democráticos, las Fuerzas Armadas, la Policía y los servicios de inteligencia, subordinados al poder político, suelen expresarse en los medios de comunicación a través de ex altos oficiales.

No es claro que este haya sido el caso del general (retirado) Amos Gilad, ex director del Departamento de Investigaciones de la Inteligencia Militar -entre 1996 y 2001-, y ex jefe de la influyente Oficina de Política y Seguridad del Defensa del Ministerio de Defensa -entre 2003 y 2017-, cuando se manifestó indignado durante una entrevista reciente ofrecida a la radioemisora estatal Kan sobre los planes de anexión del Valle del Jordán del primer ministro, Benjamín Netanyahu. Sin embargo, no cabe dudas que su posición podría ser compartida en gran medida entre los cuadros de seguridad.

Gilad no discute el hecho sobre si el estratégico Valle del Jordán debería ser o no parte de Israel. Sino más bien, sostiene que la anexión es en realidad una medida de carácter puramente simbólico motivada exclusivamente por razones políticas que no solamente no contribuirá a la seguridad del país, sino que por el contrario alterará la estabilidad regional.

Gilad vaticinó que la movida no solo estropeará la tan aceitada coordinación en materia de seguridad con la Autoridad Palestina en Judea y Samaria (Cisjordania), sino también los vínculos con la Unión Europea, el primer socio comercial de Israel, y las relaciones con los países árabes sunitas, especialmente con Jordania.

Los estrategas israelíes suelen ver la frontera este de Jordania con Irak como la primera línea defensiva del Estado judío.  Y la anexión que el primer ministro ha prometido promover, a partir del mes de julio, podría desestabilizar al reino hachemita.

Tampoco queda claro la motivación política de la medida. A pesar de su imagen aguerrida, Netanyahu se ha comportado mayormente como un líder cauto y averso al aventurerismo. Durante su mandato, Israel solamente ha entablado un conflicto relativamente menor, de siete semanas, contra el grupo Hamás en Gaza en 2014. En realidad, la especialidad de Netanyahu es el desarrollo de la economía.

Notablemente, algunos comentaristas sugieren que los evangelistas norteamericanos, que el presidente Donald Trump precisa movilizar hacia las urnas para aumentar sus posibilidades en los comicios presidenciales de noviembre, verían con mucha simpatía la anexión israelí del Valle del Jordán. Pero la influencia de este factor en la decisión del primer ministro queda solamente en el ámbito puramente especulativo.

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