Por Sarit Zehavi

Días atrás, el ministro de Información libanés, George Kardahi, defendió en una entrevista a los hutíes del Yemen y tildó las actividades de Arabia Saudita en su contra como una “agresión externa”.

Kardahi es un cristiano maronita, miembro de la corriente “Almerda” de Suleiman Farangia, de la “Alianza del 8 de marzo”, que también incluye a Hezbollah.

Las duras declaraciones de Kardahi contra Arabia Saudita han causado una crisis política y económica entre Riad y Beirut. En respuesta a la declaración del ministro, Arabia Saudita expulsó al embajador libanés en Riad y suspendió el comercio entre los dos países. Es posible que Arabia Saudita también haya bloqueado los servicios de transferencia de dinero de Arabia Saudita hacia el Líbano. A Arabia Saudita se le unieron Bahréin, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, que también expulsaron a los embajadores libaneses de sus territorios, llamaron a “consultas” a sus embajadores en el Líbano y pidieron a sus ciudadanos que abandonen inmediatamente el país de los cedros.

La implicancia económica de la suspensión del comercio tiene el potencial de una pérdida anual de las exportaciones del Líbano por un total de 750 millones de dólares. Y la incapacidad de los trabajadores libaneses en el Golfo (Arabia Saudita tiene solamente alrededor de 400.000 ciudadanos libaneses) para transferir miles de millones de dólares de su salario a la tambaleante economía libanesa, que (por decir lo menos) los necesita como el aire para respirar.

La crisis política y económica ha creado, por supuesto, una crisis política en el Líbano. ¿Debería el ministro de Kardahi renunciar, o no? Al escribir estas líneas, Hezbollah está respaldando al ministro e incluso ha emitido un ultimátum: Si Kardahi es despedido, entonces los ministros de Hezbollah y Amal también renunciarán, y el gobierno dejará de funcionar. De acuerdo con otros informes, otros ministros amenazan con renunciar, si Kardahi no renuncia …

Kardahi, por su parte, ha declarado que no tiene intención de renunciar y que esta es una cuestión de honor nacional …

¿Todo ocurrió debido a la desafortunada declaración de un ministro del gobierno libanés, o se trata de una movida más significativa? ¿Qué significa la ruptura de relaciones para el futuro del Líbano?

Lo que ha ocurrido entre el Líbano, Arabia Saudita y los países del Golfo es una expresión del dilema sistema internacional sobre el Líbano y la política que se debe seguir hacia el mismo. ¿Pone esto un signo de interrogación sobre si el destino del Líbano está condenado y si el Líbano está bajo el control completo de Irán, a través de su proxy Hezbollah? ¿O tal vez el Líbano tiene aún esperanza? Y si es así, ¿qué se puede hacer? Como consecuencia de las políticas del gobierno libanés, del que Hezbollah es miembro, ¿debería Occidente cortar las relaciones con el Líbano o debería, en cambio, continuar prestando asistencia al Líbano y al ejército libanés con el fin de preservar palancas de influencia?

La ruptura de las relaciones entre el Líbano y Arabia Saudita y los países del Golfo empujará a Beirut con más firmeza a los brazos de Irán. En su próximo discurso, se puede imaginar a Nasrallah declarando que Arabia Saudita y los países del Golfo no lograrán quebrar al Líbano y al pueblo libanés. Nasrallah argumentará que, si Arabia Saudita detiene las exportaciones del Líbano hacia el Golfo, Irán está listo para comprar las mercancías inmediatamente. Esto no incluye las alternativas de Nasrallah de apelar a China y Rusia…

Por otro lado, se estima que la decisión de Arabia Saudita (seguido por los países del Golfo) se tomó incluso con anterioridad. No es sólo una cuestión de respeto o insulto. Arabia Saudita está simplemente cansada de la conducta del Líbano, o más bien cansada de la tendencia de absorción del interés y la narrativa de Hezbollah (como satélite iraní) sobre el Líbano.

Hace algunos años, los sauditas trataron de provocar un cambio en el Líbano. Trajeron el primer ministro de ese entonces, Hariri, a Riad y lo obligaron a renunciar. Eso fue con el afán de desvincularlo de sus acuerdos internos con Hezbollah. La movida saudita fracasó bajo la presión francesa, Hariri fue regresado al Líbano. La intervención iraní en el Líbano se ha intensificado desde entonces. Los saudíes están mirando a la parte norte del Oriente Medio con los ojos abiertos y ven cómo pieza tras pieza Irak, Siria y el Líbano están cayendo en manos del eje radical chií encabezado por Irán. Además, los hutíes del Yemen se molestan en recordar a los sauditas casi a diario, a través de sus misiles, vehículos aéreos no tripulados [drones] y otros armamentos similares, que la costa sur de la península compartida también es controlada por el eje radical chií encabezado por Irán.

Una retirada completa de Arabia del Líbano significa admitir la triste realidad de que el Líbano se ha convertido en un país controlado por Irán, y cualquier otro mecanismo alternativo no existe debido a la corrupción. Al escribir estas líneas, la movida de Arabia parece reflejar este enfoque.

Por otro lado, la dirección opuesta es el enfoque europeo y estadounidense. Según este enfoque, uno debería buscar aún el camino hacia el corazón de Beirut. Este enfoque se refleja en la visita del jefe del Estado Mayor libanés a los Estados Unidos y en el nombramiento de ex israelí, Amos Hochstein, para conducir negociaciones marítimas. Los estadounidenses esperan que Hochstein haga que los libaneses acuerden en resolver la disputa sobre la frontera marítima entre Israel y el Líbano, cuando está claro que Israel tiene la voluntad de llegar a un compromiso en este asunto.

Si el destino del Líbano está decidido a ser un destino iraní (a través de Hezbollah), el significado para Israel es estratégico. Esto afecta directamente a la seguridad nacional del Estado de Israel. A saber, un proxy iraní que controla al Líbano se ha instalado en la frontera norte de Israel y quiere su destrucción. Al mismo tiempo, está claro que todavía hay muchos libaneses (miembros de todas las denominaciones y religiones) que están aprisionados dentro de esta realidad y no están interesados en ello.

Fuente: Alma Research and Education Center

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