Rafael Grossi, el argentino que dirige la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) tuvo una agenda múltiple en los últimos días.
Por un lado, aseguró que afortunadamente, la situación en la central nuclear de Zaporiyia estaba controlada. De todos modos, alertó por el peligro que supusieron los combates en la zona, y se mostró predispuesto a viajar a la zona de Chernóbil en caso de ser necesario.
Por otra parte, Grossi dialogó con el primer ministro israelí Naftali Bennett antes de viajar a Teherán. Según un comunicado oficial, Bennett enfatizó las posiciones de Israel con respecto a las conversaciones nucleares en Viena, así como la situación con respecto a los casos abiertos en la OIEA que versan sobre el programa de armas iraní.
El primer ministro Bennett también enfatizó la expectativa de Israel de que la OIEA actúe como un organismo de supervisión profesional e imparcial. Los dos acordaron mantenerse en contacto regular.