El Israel que conocí – el blog de Lucy Cosme

8 mayo, 2019 ,
Foto: Pixabay

Lucy Cosme
Twitter: @lucycosme / Instagram: @lucycosmeth / Facebook:  Lucy Cosme

Hace varios años diferentes experiencias me llevaron a la cima de mis creencias y circunstancias del momento. Había subido y bajado varias veces los picos de lo todo lo conocido, desde esas alturas había fotografiado la panorámica del momento y bajé a la falda de mi montaña a llenar un nuevo álbum de fotos copadas de ayer, de hoy y de visiones de futuro.

Pero no fue hasta mi visita a Israel en septiembre del 2015, mientras hacía un curso de periodismo para la paz en zonas de conflicto, en la Escuela de Liderazgo Mashav, en Beit Berl, cuando descubrí el súper poder que contiene una mirada fuera del prejuicio, sin filtros ni retinas prestadas.

Me di cuenta que había sido llamada para contemplar el prisma de un pueblo lleno de matices extraordinarios, Israel siendo la única democracia en Medio Oriente, estaba pasando de ser la piedra en el desierto que muchos quieren quitar, al diamante destinado a reflejar el futuro luminoso que está alumbrando nuestro mundo en todas sus caras.

Tal cual está aconteciendo en estos días, en aquella ocasión habían pasado 50 días consecutivos de bombardeos indiscriminados hacia la población civil, hiriendo, matando y llevando al estado de Israel y al pueblo judío a resistir cada ataque y operar en legítima defensa.

Pero bajo las nubes negras de discursos, difamaciones y sombras de maldad, encontré una nación indetenible, congruente y vigorosa, que sigue el curso de su historia de resiliencia mirando al futuro, trabajando, innovando, creyendo, experimentando y soñando desde las pupilas del corazón del Padre Abraham hasta la conquista del espacio exterior.

Israel no vive de sus sueños pero hace que sus sueños vivan para mejorar cada día la calidad de vida de su gente y el planeta. Resiliente, incansable y valiente conjuga en su espíritu de supervivencia la pasión por la vida con el sacrificio y la dedicación.

El Israel que conocí ha sobrevivido desiertos implacables, imperios prepotentes y sanguinarios, holocaustos, terrorismo, indiferencia extrema, juicios desproporcionados, acosos atrevidos y atropellantes. Pero nunca se rinden.

Llevan el mismo ADN de la esperanza en el alma, marcas de fuego en la piel y arrugas de sabiduría en sus códigos . El Israel que conocí ha sobrevivido para mostrar la integridad de su fe milenaria, para acabar con las excusas de los apocados y con la incredulidad de sus adversarios.

El Israel que conocí saca agua potable del mar más salado, agua pura del mismo aire, combustible de las espinacas, milagros de las discapacidades, estrategias de los imposibles y libertad de las mismas entrañas de la opresión.

El Israel que conocí sana a los enfermos, da vista a los ciegos, comparte su tecnología con el mundo, hospeda al extranjero generosamente, y busca la paz con sus adversarios. No educa para la guerra, enseña con equidad, entrena con inteligencia y equipa con visión.

La mirada incorrecta siempre nos lleva por rutas equivocadas y caminos invertidos. El poder de la mirada correcta no está en ver sucesos, prejuicios y cosmovisiones baratas, míticas, torcidas o extremistas, sino en observar bajo la luz correcta. No es ver lo que todos ven, es encontrar lo que siendo diferente a lo detectado por el ojo común es predominante y determinante.

Lucy Cosme en el Muro de los Lamentos

En Génesis 13 vemos desde un punto muy particular, cuando D-s dijo a Abraham “alza tus ojos y mira” y le mostró el Israel que era necesario que conociera, que no imaginaba, lo vio con otra luz, esa nación llegaría a ser casa de reyes y príncipes, tierra de multitudes incontables.

También se relata en Ezequiel 37 que el Señor señaló otra perspectiva que no debía pasar desapercibida, y es que donde solo se veían huesos secos en gran manera, la pura apariencia, el profeta observara en otras dimensiones las verdades que latían silenciosamente, o sea un ejército avasallante.

Las diferentes miradas de hoy día chocan entre sí, algunas son como los cohetes de enemigos que vienen por vías diferentes, por los aires, por la prensa, otras los ataques, los juicios indiscriminados, las posturas y sentencias de tribunales internacionales.

Sin embargo están miradas como las oraciones, la defensa de la cúpula de hierro, el apoyo y la amistad de pueblos y naciones amigas.

Más si levantamos los ojos de estos acontecimientos miraremos la luz del futuro en la torre de David cual faro, mostrando a quienes van en el camino que Israel tiene más futuro que pasado, que su territorio no se mide en metros, sino en sueños y su paz no es una paloma sentada en la rama, sino la conquista de un pueblo autodeterminado a vivir sus raíces, su independencia y su futuro con coraje, porque cuando la libertad es el camino, las piedras se usan para construir moradas de paz.


Lucy Cosme es una amante de Israel, conferencista, pastora, coach, autora, comunicadora de radio y televisión, activista por Israel en América Latina y Directora de la organización benéfica Villa Bendición en República Dominicana por 22 años. 

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