Desde la Antigüedad, el hebreo, pronunciado ivrit, es la lengua escrita, litúrgica y de oración empleada por el judaísmo, donde funciona como lengua sacra; consecuentemente allí se la denomina lashón ha-Kódesh, ‘lengua de lo sagrado’.
Según la tradición judía, el hebreo habría sido la lengua escogida por Dios para transmitir su mensaje a la humanidad, por eso sus hipocorísticos (apelativos cariñosos, familiares o eufemísticos usados para suplantar a un nombre real).
A pesar de no haber sido hablada permanentemente a lo largo de sus más de tres milenios de existencia, el hebreo se mantiene como un importante elemento común y de cohesión en lo que concierne a las diferentes comunidades judías alrededor del mundo.
El hebreo moderno es el idioma oficial del Estado de Israel, al que en español a veces se refiere como el Estado hebreo.
Historia
El hebreo es una lengua con treinta y tres siglos de historia escrita. La tradición hebraica remonta sus raíces a la Torá y la época de Moisés. En un período de tamaña extensión, la lengua ha sufrido diversos procesos de cambio lingüístico, existiendo diferencias entre el hebreo antiguo y el hebreo moderno: ambas lenguas están emparentadas, si bien a veces difieren en pronunciación, gramática y léxico.
Clasificaciones según etapas históricas
Considerando los períodos en que la lengua hebrea se usa y desarrolla, se establece una diferencia entre el antiguo hebreo hablado, el hebreo de la Antigüedad, y el hebreo moderno, la forma de lengua usada tras su renacimiento en los tiempos modernos. En muchas cuestiones las dos formas difieren notablemente, en particular el hebreo moderno, que cuenta con numerosos préstamos de otras lenguas, lo que propicia que los israelíes sean muy tolerantes con los acentos extranjeros. Este hebreo moderno se basa en unas reglas gramaticales relativamente sencillas, resultando un idioma sencillo de aprender.
Existe una clasificación adicional que establece una distinción entre los tres períodos históricos de mayor importancia para el idioma hebreo pre-moderno:
- Hebreo antiguo
– Hebreo bíblico o clásico
– Hebreo mishnaico - Hebreo medieval.
- Hebreo moderno
Hebreo antiguo
En la estela de Tel Dan*, escrita en hebreo a mediados del siglo viii a. C., conmemora las victorias del rey sirio Hazael sobre Joram, hijo de Acab, rey de Israel, y sobre Ocozías hijo de Joram rey de Judá, de la dinastía de David. Es la mención escrita más antigua respecto a esta dinastía.
* La estela de Tel Dan es una piedra sobreescrita descubierta entre 1993 y 1994 durante excavaciones llevadas a cabo en Tel Dan en el norte de Israel. Está formada por numerosos fragmentos que forman una inscripción triunfal en arameo, realizada con toda probabilidad en la época del rey arameo Hazael de Damasco, a finales del siglo IX a C.
Dado que el hebreo antiguo fue usado durante un lapso de casi catorce siglos en ese período la lengua sufrió cambios por lo que el hebreo más antiguo difiere en ciertos aspectos del hebreo más tardío, una periodificación aproximada del antiguo hebreo es la siguiente:
- Hebreo bíblico arcaico, del siglo x a. C. al siglo vi a. C. correspondiendo con el período monárquico hasta el exilio en Babilonia.
- Hebreo bíblico tardío, del siglo v a. C. al siglo iii a. C. que corresponde con la dominación persa.
- Hebreo de los rollos del Mar Muerto, testimoniado entre los siglos iii a. C. y el siglo i correspondiendo con el período helenístico y romano anterior a la destrucción del templo de Jerusalén. Es el estadio de la lengua usada en los manuscritos del Mar Muerto (Qumrán).
- Hebreo de la Mishná, testimoniado entre los siglos i y iii-iv.
El hebreo dejó de hablarse alrededor del siglo iv, aunque siguió utilizándose en la literatura y, sobre todo, en la liturgia y con propósitos académicos. En Palestina fue sustituido como lengua hablada principalmente por el arameo. En cuanto a la diáspora judía, sus lenguas comunes han sido históricamente sobre todo dos: el ídish entre los judíos llamados asquenazíes (centro y este de Europa) y el ladino o judeoespañol entre los llamados sefardíes, procedentes de la península ibérica.
Hebreo medieval
Tiene muchas características que lo distinguen de las más viejas formas del hebreo. Estos afectan a la gramática, la sintaxis, la estructura de la oración, y también incluyen una variedad amplia de nuevos artículos léxicos, que se basan generalmente en viejas formas. En la edad de oro de la cultura judía en España, un trabajo importante fue el realizado por los gramáticos en explicar la gramática y el vocabulario del hebreo bíblico; mucho de esto fue basado en el trabajo de los gramáticos del árabe clásico. Los gramáticos hebreos más importantes fueron Judás ben el ibn Janah de David Hayyuj y Jonás ibn Janah.
En cuanto a la poesía, esta fue escrita por poetas como Dunash ben Labrat, Salomón Ibn Gabirol, Judás ha-Levi y los dos Ibn Ezras (Moses ibn Ezra y Abraham ben Meir ibn Ezra), en un hebreo “purificado” basado en el trabajo de estos gramáticos, y en metros cuantitativos árabes (véase el piyyut). Este hebreo literario fue utilizado más adelante por los poetas judíos italianos.
La necesidad de expresar conceptos científicos y filosóficos del árabe, griego y medieval clásico, motivó al hebreo medieval a recurrir a préstamos lingüísticos, y acuñar términos equivalentes de las raíces hebreas existentes, dando lugar a un estilo distinto del hebreo filosófico. Muchos tienen paralelos directos en árabe medieval.
La familia de Ibn Tibbon, y especialmente Samuel ben a Judah, fueron responsables de la creación de muchas de estas formas del hebreo, que emplearon en sus traducciones de materiales científicos del árabe. En aquel momento, los trabajos filosóficos judíos originales eran escritos generalmente en árabe, pero con el paso del tiempo, esta forma de hebreo fue utilizada para muchas composiciones originales. Otra influencia importante era Maimónides, que desarrolló un estilo simple basado en el hebreo mishnaico para el uso en su código de la ley, el Mishneh Torá.
La literatura rabínica subsecuente, se escribió en una mezcla entre este estilo y el hebreo rabínico arameizado del Talmud. El hebreo también fue utilizado como lengua de la comunicación entre judíos de diversos países, particularmente con el fin de un comercio internacional.
Hebreo moderno
El renacimiento del hebreo como lengua moderna se inicia con los esfuerzos de Eliezer Ben-Yehuda, un ardiente revolucionario en la Rusia zarista en sus inicios, que, posteriormente, se une al Movimiento Nacional Judío, germen del Movimiento Sionista, y emigra en 1881 a la entonces Palestina, una provincia del extinto imperio otomano.
Motivado por los ideales de renovación y rechazo del estilo de vida judío de la diáspora que lo rodeaban, Ben-Yehuda se dedica a desarrollar un nuevo lenguaje que los israelitas pudieran utilizar para la comunicación diaria.
Aunque al principio su trabajo fue despreciado, la necesidad de un lenguaje común comenzó a ser entendido por muchos. Pronto se formaría el Comité de la Lengua Hebrea. Más tarde se convertiría en la Academia de la Lengua Hebrea, una organización que existe hoy en día. Los resultados de su trabajo y del comité se publicaron en un diccionario (La Kompleta Vortaro de la Hebrea Antikva kaj Moderna). La obra de Ben-Yehuda encontró finalmente un terreno fértil y para principios del siglo xx, el hebreo se estaba convirtiendo en el idioma principal de las poblaciones judías, tanto en los territorios de la palestina turca como en el movimiento sionista en la diáspora.
Como, en un principio, la mayoría de hablantes de hebreo moderno tenían antepasados europeos, y durante siglos el hebreo fue una lengua de uso litúrgico y académico, y era una lengua muerta de tipo litúrgico, el renacimiento del hebreo como lengua materna de una comunidad fue acompañado de una notable influencia de tipo sustrato de las lenguas europeas, perdiéndose las faringales y algunas fricativas.
Sin embargo, tras las olas de refugiados judíos, expulsados de los países árabes a partir de 1948, en números que igualaron y, con el tiempo, sus descendientes, superaron en número a los de origen europeo, se ha restablecido, en cierta medida, la pronunciación tradicional. También en gramática el uso de la lengua como lengua vehicular en Israel ha hecho surgir nuevos usos no presentes en el hebreo bíblico.
Fuente: Wikipedia