Hombres jasídicos vestidos con ropa típica jasídica. Foto: Wikipedia – CC BY-SA 3.0
“Manzanas de oro cubiertas con redecillas de plata”
Libro de Proverbios del Rey Salomón 25: 11
El huerto de las manzanas.
Para muchos, aluden a las enseñanzas místicas en el judaísmo. Las enseñanzas de los cabalístas como Rabi Itzjak Luria, rabino y cabalista, conocido como el Arizal Hakadosh o el Santo León, y considerado como el padre de la cábala contemporánea….
Vivió entre 1534-1572 y falleció en 1572 en Safed. Fue alumno de otro gigante, el famoso rabi Moisés Cordovero (autor del famoso Pardes Rimonim o huerto de las granadas).
La palabra huerto viene del griego “hortos” que se refiere a un terreno cercado que se utiliza como pasto, o donde se siembran verduras y legumbres, y árboles frutales.
La cerca da protección al cultivo de animales y merodeadores, y tiene un significado bíblico y espiritual.
Proverbio. Definición.
Con la ayuda de Wikipedia, el proverbio se puede entender como un refrán conciso, alegoría (según diccionario de la lengua española: ficción en virtud de la cual un relato o una imagen representan o significan una cosa diferente) o adagio (dicho o proverbio, o sentencia breve, la mayoría de las veces moral), que siempre encierra una enseñanza simple de la experiencia humana, que puede contener o no una afirmación teológica.
El pardés.
Existen 4 niveles de interpretación de la Torá, que señala la palabra Pardés y son: 1_el Peshát o lo simple, lo básico o lo textual, donde incluye creencias y costumbres, hebraísmo y poesía, reglas gramaticales y lenguaje figurado. 2_ Rémes o pista o lo insinuado donde toma parte la guematria o valor numérico de las letras y las palabras, buscando nuevas explicaciones y equivalencias. 3_ Derásh que se refiere a investigar, donde entrar a tallar los midrashim o comentarios y el Talmud. Y lo cuarto y último el sod o el secreto que viene de la cábala o el mundo del espíritu y de los misterios ocultos. Se refiere al alma de la Torá.
Para concluir este segundo bloque la misma palabra pardés en hebreo puede entenderse como huerto, jardín o arboleda.
Manzanas de oro y plata.
Este versículo alude a la profundidad de la Torá. La explicación sería que, si leemos en forma textual, las enseñanzas son valiosas como la plata. Pero si profundizamos, y tallamos profundo vamos a encontrar tesoros espirituales ocultos que solo se encuentran destinados a aquella persona que busca encontrar lo que no se muestra en la cubierta.
Es decir, solo lo hallará aquel judío de espíritu inquieto, donde el amor por el judaísmo se une al esfuerzo y a la inversión del tiempo de vida de su existencia.
Igualmente, nuestros sabios nos advierten, que el peshat o lo textual nunca puede ser desplazado u obviado.
Si entendemos que en la cosmovisión judía lo vital es el “pan nuestro de cada día”. Por lo tanto, lo místico y profundo no reemplaza a lo superficial, solo lo complementa. Lo nutre y le da mayor belleza. También mayor sentido e intención y fuerza.
El manzano del rey Salomón. Final.
Para concluir, estas breves líneas, la cita clásica e histórica del otro libro escrito por el Rey Shlomó hijo de David, lleno de belleza textual y de metáforas (en la metáfora las cualidades de una cosa son figurativamente trasladadas a otras). Y de esta forma cito El Cantar de los Cantares (2:3) donde sentencia: “Como el manzano entre los árboles del bosque, así es mi amado entre los jóvenes. A su sombra placentera me he sentado, y su fruto es dulce a mi paladar”.
El amado es D’os y su Torá su enseñanza, y la muchacha representa a todos nosotros la Comunidad de Israel que lo busca con amor.
Nunca debemos olvidar que, en esta relación asimétrica con el Todopoderoso, el pueblo de Israel representa el aspecto femenino y receptivo, mientras Hashem el lado masculino o dador. Y cuando lo femenino busca a lo masculino siempre llueven bendiciones. Pero si el femenino se aleja, y el masculino debe ir en su búsqueda y llamar su atención, el resultado siempre será algo no deseado y doloroso.
Vayamos siempre por la opción positiva, para evitarnos dolores de cabeza. Tenemos tanto para ganar en espiritualidad y bienestar, que resulta necio e imposible renunciar a nuestra herencia ancestral.
Shavua Tov.
Dr. Natalio Daitch