El Holocausto francés, un episodio vergonzoso e infame

Napoleón Bonaparte garantiza la libertad de culto para los judíos en Francia. - Foto: Wikipedia - Dominio Público

Ricardo Angoso

También lo es que la compañía oficial de trenes franceses, la SNCF, entre 1942 y 1944,  trasladó a 76.000 judíos en trenes, durante el gobierno de Vichy, hacia los campos de exterminio alemanes. Muy pocos regresaron.

Unos días después de la ocupación de Polonia por los alemanes, el 1 de septiembre de 1939, Francia y el Reino Unido declararon la guerra a Alemania, en un gesto más cargado de simbolismo y solidaridad con los polacos que realmente algo que tuviera alguna traducción práctica sobre el terreno. Polonia se rindió a las tres semanas, el gobierno huyó al exilio, más concretamente a Londres, y la ocupación alemana se produjo de una forma rápida y vertiginosa. 

Como era fácil de prever, Alemania atacó a Francia en mayo de 1940 y la resistencia francesa se vino abajo en semanas, algo casi inexplicable y difícil de entender. La línea Maginot, construida a lo largo de la frontera con Alemania, ni siquiera fue utilizada, pues los alemanes entraron por Bélgica, previamente ocupada también, y dirigieron al grueso de sus ejércitos hacia París, dejando a su paso un rastro desolador de muerte, terror y destrucción. La resistencia francesa fue casi nula y los franceses parecía que no estaban dispuestos a luchar por su patria.

Así lo cuenta la página web del Museo Yad Vashem: «El ejército alemán invadió Francia en mayo de 1940. En junio, los franceses se rindieron y firmaron un armisticio. El país fue dividido en dos: el norte de Francia (la zona ocupada) quedó bajo control alemán, mientras que el sur (la zona no-ocupada) fue puesta bajo el control de un nuevo gobierno francés establecido en la ciudad balnearia de Vichy. El gobierno de Vichy estaba encabezado por el mariscal Philippe Pétain, héroe de la Primera Guerra Mundial que era reverenciado por el pueblo francés. El general Charles de Gaulle, que se opuso tenazmente a la sumisión de Pétain a los alemanes, huyó a Gran Bretaña, donde encabezó a los Franceses Libres en el exilio y comenzó una campaña destinada a liberar a Francia de la tiranía de los alemanes y del gobierno colaboracionista de Vichy». 

En las fechas previas a la guerra, había en Francia unos 350.000 judíos, de los cuales aproximadamente la mitad habían huido de los nazis en los años treinta, tras la llegada de Hitler al poder en 1933, y nuevamente se verían atrapados por el régimen criminal hitleriano. Pero, como en otras partes ocupadas por los nazis, también en Francia los alemanes encontrarían el apoyo y la colaboración de miles de franceses para poner en marcha sus planes criminales. En pocos sitios de Europa, la colaboración con los ocupantes fue tan estrecha como en Francia y los verdugos voluntarios de Hitler se contaron por miles. 

El Gobierno colaboracionista de Vichy casi llegó más lejos y más pronto que los alemanes en muchos aspectos, tal como nos relata la Enciclopedia del Holocausto del Museo Memorial de Washington:»Después de la derrota de Francia, el gobierno de Vichy promulgó legislación antisemita, incluida la Statut des Juifs (Ley de los Judíos), promulgada en dos partes en octubre de 1940 y junio de 1941. Esta ley integral excluía a los judíos de la vida pública; exigía su despido de cargos en la función pública, el ejército, el comercio y la industria; y les prohibía el ejercicio profesional (en medicina, derecho y enseñanza, por ejemplo)».

Siguiendo las pautas y el modelo alemán con respecto a los judíos, el ejecutivo colaboracionista francés puso en marcha, en 1941, un plan de «arianización» de todas las propiedades de los hebreos, tanto francesas como extranjeras de refugiados, dejando a muchos en la absoluta indigencia. Paralelamente a estas leyes y medidas claramente antisemitas, comenzaron las deportaciones de los judíos a los campos de concentración muchas veces con la ayuda de las autoridades y policía francesas, como cuando fueron deportados 4.000 judíos desde Gurs a Auschwitz y se abrieron numerosos campos para el internamiento de judíos, entre los que destacan Saint-Cyprien, Rivesaltes, Le Vernet y Les Milles.

A principios de 1942, comenzaron los preparativos para la inclusión de judíos de Europa occidental en la “solución final. «Ese verano de 1942 comenzaron las deportaciones desde Francia. La policía francesa arrestó a los judíos, principalmente los que no tenían ciudadanía de ese país, en las zonas ocupadas y las no ocupadas (Vichy). A mediados de julio, capturaron a 13.000 judíos en París y los recluyeron durante varios días en el estadio deportivo Velódromo de Invierno. Se los tuvo sin comida ni agua hasta su deportación a Auschwitz. En toda Francia, reunieron a los judíos en campos, los cargaron en vagones de ganado y los enviaron al campo de tránsito de Drancy, al nordeste de París. Más de 60 transportes separados salieron de Drancy durante 1942. La mayoría de ellos fueron a Auschwitz-Birkenau. Drancy fue la última parada antes del viaje a Auschwitz para al menos 62.000 judíos deportados desde Francia», relataba la Enciclopedia del Holocausto acerca de lo sucedido en Francia durante todo el año 1942, momento crucial en la «solución final» francesa.

Las últimas deportaciones se llevaron a cabo en 1944, a medida que los alemanes iban perdiendo la guerra y territorios en los países ocupados, y hay que reseñar que algunos miles de judíos alcanzaron a huir a Suiza y a Italia, principalmente, aunque muchos de ellos serían atrapados en este país  tras la ocupación de las regiones  del norte por parte de los alemanes. Pese al alto grado de colaboración de las autoridades y la policía francesa, muchos judíos lograron salvar la vida escondidos en pequeñas ciudades y pueblos y también gracias a la ayuda de numerosos franceses. 

Muchos judíos también se unieron a la resistencia contra los nazis y colaboraron en la liberación de Francia, tal como hemos podido leer en las páginas del Yad Vashem: «Durante toda la guerra, un movimiento de resistencia francesa (los Maquis), bajo el liderazgo de Jean Moulin, representante del general De Gaulle, actuó contra los nazis y contra el gobierno de Vichy. Los judíos de Francia también participaron en actividades clandestinas, en la Resistencia Francesa y en organizaciones judías como la milicia Armada Judía (Armée Juive). La resistencia judía se dedicó intensamente a ocultar a judíos, especialmente niños».

En junio de 1944, ya con la contienda casi perdida para Alemania, los aliados desembarcan en Francia y, dos meses después, De Gaulle entra como un caudillo victorioso en París, poniendo fin a una de las eras más oprobiosas y siniestras de la historia de Francia. El balance final del Holocausto francés fueron aproximadamente 77.000 judíos deportados de Francia durante la guerra y sólo 2.000 de ellos sobrevivieron. De todos esos judíos deportados, 70.000 fueron enviados a Auschwitz; el resto fue deportado a Majdanek, Sobibor y un pequeño número a Buchenwald. La cifra, en comparación con otros países de Europa, es bastante menor, porque llegaría a representar algo más del 20% del total de judíos «censados» en ese país en el año 1939. En la actualidad, Francia cuenta con la comunidad judía más grande de Europa, que podría superar el medio millón de hebreos, y también es el país donde se reportan más actos antisemitas al año en todo el mundo. 

Páginas consultadas y utilizadas:

Euronews https://es.euronews.com/2018/11/07/francia-tiene-la-comunidad-judia-mas-grande-de-europa-y-un-gran-numero-de-actos-antisemita 
Yad Vashem – https://www.yadvashem.org/es/holocaust/encyclopedia/francia.html
Enciclopedia del Holocausto del US Holocaust Memoria Museum – https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/fr
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