Golpe en Sudán: incertidumbre sobre el futuro del Estado y la normalización con Israel

Militares sudaneses frente al Palacio Presidencial en Jartum Foto archivo: REUTERS/El Tayeb Siddig

Por el Dr. Ofir Winter y Morr Link

Desde el punto de vista israelí, parece que se espera que los acontecimientos de los últimos días, como mínimo, pospongan la ceremonia de la firma del acuerdo oficial de paz, que se esperaba que tuviera lugar en las próximas semanas en Washington, y ralentizarán aún más el ya existente proceso tentativo de normalización entre los países.

En el último año, este proceso supuso la derogación de la ley de boicot de Israel, envíos de delegaciones de seguridad y una única reunión entre ministros de ambos lados.

Los Acuerdos de Abraham no están en el centro de la disputa entre los campos sudaneses rivales, que discrepan en varios temas, incluso dentro de ellos mismos.

Israel puede recibir algo de aliento por el hecho de que después del golpe, el equilibrio de poder se inclina ahora a favor del ala militar, encabezada por Abd al-Fattah al-Burhan, quien hasta ahora ha sido la dirección de la mayoría de las conexiones de Israel con Sudán.

Esta ala está cerca de los Emiratos Árabes Unidos y Egipto, y se espera que se adhiera a la estrategia de paz.

Por otro lado, Estados Unidos, que con Sudán firmó los Acuerdos de Abraham en enero de 2021 y se esperaba que lo recompensara con incentivos económicos, se apresuró a anunciar después del golpe una congelación en el paquete de ayuda económica de 750 millones de dólares y una evaluación de la situación con respecto a los esfuerzos de normalización.

En retrospectiva, es lamentable que Jerusalén y Washington no hayan podido anclar la declaración de paz inicial con Sudán en un acuerdo oficial durante el año pasado, y tejer un memorando de entendimiento y acuerdos de cooperación en torno al mismo, similares a los que se hicieron hace algún tiempo con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos.

Sin embargo, incluso si el golpe en Sudán no daña en última instancia el proceso de normalización, puede servir como un recordatorio para los tomadores de decisiones israelíes sobre los riesgos inherentes a los acuerdos con regímenes inestables.

El público sudanés, que ha sufrido durante muchos años bajo un régimen dictatorial, no apoya automáticamente a ninguna de las alas del gobierno, civil o militar, lo que les dificulta movilizar el apoyo político y público para movimientos políticos importantes, y mucho menos implementarlos.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies

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