El último miércoles, el gobierno del Reino Unido anunció una inversión de 31 millones de libras en fondos adicionales para la protección de algunos diputados electos que enfrentan problemas de seguridad. Algunos legisladores se transformaron en el blanco de ataques o amenazas por hacer pública su postura respecto al conflicto entre Israel y Hamás.
Desde el Ministerio del Interior explicaron que este fondo habilita que los legisladores puedan acceder a un contacto policial para resolver asuntos de seguridad, y si se considera que hay un riesgo, contar con un guardaespaldas.
Los legisladores también recibirán asesoramiento en ciberseguridad. En un comunicado oficial, James Cleverly, ministro del Interior, expresó que “ninguno de nosotros debería aceptar que los crímenes de odio, el acoso o las amenazas duraderos sean parte del trabajo”.
Por su parte, el primer ministro Rishi Sunak, confirmó que los diputados habían sido “amenazados verbalmente y atacados físicamente con violencia”.
Uno de los legisladores que recibió amenazas fue el diputado conservador Mike Freer, que representa a un área de Londres con una gran comunidad judía. El mes pasado, Freer afirmó que no va a buscar la reelección a causa de las amenazas y un intento de incendio de su oficina.