El Ejército de Defensa de Israel ha diseñado una pulsera médica que almacena y transmite en directo información sobre los heridos y los tratamientos que se les administren sobre el terreno, impidiendo que el caos provoque la desinformación de los médicos que les atiendan luego en el hospital.
«Cuando atiendes a un herido en combate y tienes que elegir entre rellenar un formulario médico sobre su estado o intentar salvarle la vida, obviamente eliges lo segundo», explicó a Rafi Shajar, paramédico en la reserva.
Precisamente, esa elección ocasionada por la urgencia ha provocado vacíos de información graves a la hora de tratar a esos pacientes, que pasan por varias manos médicas antes de ser evacuados y trasladados a un hospital.
«Este brazalete es en realidad un expediente médico», informó el comandante Ariel Hirschorn, comandante del departamento de identificación médica.
«Y funciona de la siguiente manera: en cuanto llega el paramédico a atender al herido o herida, le pone el brazalete, en él está escrito el número del caso, el paramédico acerca su smart phone y éste manda el número de caso a su comandante. Entonces empieza a tratar al paciente», señaló.
Toda la información es recogida por el brazalete y enviada al equipo médico remoto, y esto es posible porque el artilugio tiene una pegatina especial transmisora.
«La pulsera se llama 101, porque ese era el nombre del formulario al que sustituye, el que no solían rellenar los paramédicos, y es que es difícil rellenar un papel en medio del terreno en una situación bélica», aclaró Hirschhorn.
El aparato funciona offline y esto es muy relevante, explicó el comandante, porque en combate no se pueden utilizar teléfonos móviles, ya que son susceptibles de ser interceptados por los enemigos. El adhesivo permite acumular la información sin enviarla y el paramédico decide cuándo es apropiado lanzarla.
«Este aparato lee el tratamiento administrado al herido o herida, también sus constantes, pulsaciones, presión sanguínea… de modo que el siguiente médico recibe una foto completa de la situación. Sabe qué tratamiento se le dispensó y si ha funcionado o no lo ha hecho,» señaló el médico castrense.
La pulsera empezará a utilizarse en los próximos meses y el comandante Hirschorn comparte que llevan años trabajando y perfeccionado esta patente: «Esto es muy importante para nosotros, si hubiera existido la hubiéramos comprado, pero como no existía la hemos tenido que inventar». EFE