Por Zoe Levornik.
El 24 de febrero, grupos militares drusos de varias aldeas del distrito de Suwayda anunciaron que se unirían al “Consejo Militar de Suwayda”, dirigido por Tareq Al Shoufi. Estas declaraciones se hicieron públicas al día siguiente del discurso de Netanyahu, en el que afirmó que Israel no toleraría ninguna amenaza a la población drusa en el sur de Siria. Al Shoufi también se refirió a la declaración de Netanyahu, expresando su gratitud a todos los que apoyan y ayudan a proteger a la comunidad drusa.
Como parte de la declaración de creación del Consejo, las facciones que se unieron a él realizaron una procesión militar en la parte sur del distrito, cerca de la frontera con Jordania.
La declaración fundacional del Consejo indica que sus acciones se coordinaron con el líder espiritual de la comunidad, el jeque Hikmat al Hajri, y con el apoyo de las instituciones comunitarias y la población local. Al Shoufi afirmó que el objetivo de la organización es rehabilitar la región y garantizar la seguridad de las comunidades drusas allí contra la infiltración de elementos terroristas extremistas y las actividades de bandas de tráfico de armas y drogas que operan en la región.
Además, Al Shoufi mencionó que el Consejo participará en el ejército del nuevo estado sirio, al que describió como un estado moderno con igualdad y derechos humanos. Un Estado democrático, laico, federal y de justicia y paz regional e internacional.
Poco después de la declaración de Al Shoufi, muchas voces en Suwayda se manifestaron en contra de la medida, afirmando que el Consejo no es legítimo y que su declaración sólo representaba a sus miembros. El jeque al Hajri negó apoyar al Consejo y se opuso a las ideas separatistas.
Como resultado, el Consejo se vio obligado a emitir otra declaración el 24 de febrero, en la que negó que su creación tuviera fines separatistas y afirmó que su objetivo final era la unidad del pueblo sirio y la seguridad de los drusos en Suwayda.

Tras estos acontecimientos, una delegación de dignatarios drusos de Suwayda se reunió con el presidente sirio al Sharaa en Damasco (24 de febrero), durante la cual discutieron el discurso de Netanyahu, los recientes acontecimientos en el distrito de Suwayda, los esfuerzos para integrar a las organizaciones armadas drusas en los nuevos mecanismos de seguridad, así como asuntos de la región. La delegación incluyó jeques, dignatarios y líderes de milicias locales, quienes enfatizaron que son parte del Estado sirio y se oponen a la desintegración del Estado y a la intervención extranjera en sus asuntos.

Cabe señalar que las declaraciones de Netanyahu sobre los drusos en Siria, así como su exigencia de desmilitarización de la zona sur del país, provocaron una ola de protestas contra Israel en varios lugares de las provincias de Daraa y Quneitra. El líder de la facción “Encuentro Libre de Jabal al Arab” en el distrito de Suwayda, el jeque Suleiman Abdul Baqi, rechazó las declaraciones de Netanyahu sobre el desarme completo en el sur de Siria y cualquier interferencia externa en los asuntos internos de los sirios. Destacó la identidad y la unidad sirias y el deseo de los sirios de construir su Estado y vivir en paz.

Las declaraciones sobre la adhesión al Consejo Militar plantearon afirmaciones sobre una conexión entre los drusos y los kurdos sirios y la cooperación con las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias). Estas afirmaciones se basan principalmente en la similitud del nuevo logotipo del consejo con el de las FDS. A pesar de las especulaciones, nada parece indicar una cooperación conjunta, sino más bien dos grupos que se oponen al nuevo régimen en Siria y potencialmente lo desafían a la luz del fracaso del gobierno de transición en Damasco para convencer a los grupos armados de unirse al nuevo ejército sirio.

Las declaraciones de Netanyahu sobre la desmilitarización del sur de Siria y la población drusa local revelan la compleja y desafiante realidad de la región, y especialmente la amenaza a la seguridad que enfrenta Israel. El nuevo presidente, al Sharaa, está tratando de proyectar una Siria nueva, unida y estable al mundo para ganar el apoyo de la comunidad internacional y levantar las sanciones a Siria. Sin embargo, parece que están aumentando las tensiones con los grupos que se oponen al nuevo régimen. En el futuro, estos grupos podrían servir a intereses extranjeros en la región (Irán, Turquía) y representar una amenaza para Israel.
La capacidad del nuevo régimen para controlar lo que ocurre en el sur de Siria y evitar la toma de control de organizaciones terroristas en la frontera israelí está en duda. Al igual que en el caso del Líbano, la decisión de Israel de permanecer en la zona de amortiguación en varios puntos estratégicos de la frontera con Siria tiene como objetivo permitirle frustrar las amenazas y proteger a los habitantes del norte de Israel. Israel no puede permitir que el sur de Siria se convierta en un terreno fértil para las actividades de organizaciones terroristas (y sus partidarios en la región) como ocurrió en el sur del Líbano.
La presencia de Israel en el sur de Siria ha sido condenada y recibida con oposición en el discurso sirio (junto con expresiones de apoyo a Israel), pero por ahora es una amenaza de baja intensidad que principalmente se traduce en declaraciones y no en una actividad violenta, y el peligro de abandonar la frontera es mucho mayor.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) identifican constantemente amenazas en el sur de Siria y actúan para eliminarlas. El 25 de febrero, Israel llevó a cabo amplios ataques en el sur de Siria (en la provincia de Daraa y el área de Quneitra) contra objetivos militares y depósitos de armas.
El nuevo régimen en Siria hace muchas promesas de una nueva Siria segura y democrática, pero en la práctica todavía no está claro cómo actuará contra sus oponentes y si se comprometerá con la seguridad de la frontera con Israel. La presencia de las FDI en el sur de Siria es esencial para mantener la paz y proporcionar una sensación de seguridad en el norte.
En resumen, no podemos determinar en esta etapa si el carácter de la nueva Siria se parecerá al yihadista Abu Muhammad al Julani o al moderado Ahmad al Sharaa, que tiende su mano a la comunidad internacional.