El dilema de Job II (dos)

12 febrero, 2024 , ,

A la izq. Las muy ricas horas del duque de Berry, Folio 82r – Trabajo burlado por sus amigos del Musée Condé, Chantilly. Job, su esposa y sus amigos. Foto: Wikipedia – Dominio Público. A la der. El Diablo cubre de pústulas a Job (de William Blake). Foto: Wikipedia – Dominio Público

“Porque Él hace doler y venda, quiebra y sus manos curan”.
Libro de Job 1-16

7-10. Otro Holocausto.

Puede que cuantitativamente en pequeño, comparado con el Holocausto nazi, pero Holocausto al fin.

Un muestrario, de lo que nos podría esperar, si ganaran alguna vez los árabes en particular los que se llaman árabes-palestinos.

Pogromo en Tierra Santa.

Modelo siglo XXI, cuando nadie pensaba que fuera posible, contra nuestro pueblo. En su propia tierra y armados para la autodefensa. No obstante, aquel que maneja los hilos, el titiritero que se oculta detrás del Pargod (velo o cortina), nos suelta otra vez la mano, y transitoriamente nos deja varias horas a merced de nuestros jurados y eternos enemigos.

¿Y nuevamente se plantea el permanente interrogante, y la pregunta de la causa de tanto sufrimiento, dolor y sangre y lágrimas? Como un enorme horno crematorio que traga a militares y civiles, a grandes y pequeños, a seculares y a ortodoxos, logrando, aunque sea en forma forzada, a unirnos en la defensa común contra un enemigo que ya fue definido en la Torá como un salvaje con forma humana.

La pregunta y su respuesta.

Si en la pregunta ya se encuentra la respuesta, podríamos discutir hasta el infinito. En general, los humanos, que somos sometidos a pruebas y sufrimientos, al hurgar y raspar en nuestra historia pasada, en general logramos ubicar causas que podríamos establecer como la etiología del mal que nos aqueja.

No se trata de un proceso fácil, y resulta que, en ocasiones, por el duelo presente, tomamos un tiempo de silencio como el sufrido Job, antes de emitir un sonido, e intentar una elaboración u obtener algún sentido de nuestro enorme dolor profundo.

Un libro recomendable.

Dicen que el libro de Job fue escrito por el profeta Moisés. Y la discusión entre Job y sus tres amigos, que vinieron a consolarlo de su desgracia, pero que terminan involucrados en una grandiosa batalla verbal y argumental, intentando demostrar, que el hombre no puede ser más justo que D’os. Y que si D’os castiga hay una causa oculta.

Y obvio, que el tópico da para una prolongada discusión filosófica con muchos cafés de por medio.

Antes del 7-10.

Se que es un tema sensible, mientras aún hay soldados arriesgando sus vidas para intentar salvar otras vidas. Pero no cabe duda, que más allá de la limitación del entendimiento humano, el 7-10 ha sido un terrible y doloroso llamado de atención que desde lo alto nos remite, obligándonos a buscar la unidad, a muchos a retornar a las fuentes y a la Torá, y a dar luz a tantos ojos ciegos, que pensaban por ideología o sensibilidad que podríamos aplacar a la fiera con un trozo de tierra.

Los palestinos no quieren una parte, ellos desean el todo, y cada concesión no es el fin, si-no el medio para lograr debilitar a un Israel que ellos lo ven hoy como débil y dividido.

El dilema de Job. Final.

Los versículos no tienen desperdicio. Y son una temática tan actual, ya que repetimos errores históricos de desunión y alejamiento y estériles peleas en forma crónica.

Igualmente, deseo concluir esta breve reflexión como termina el propio libro de Job, donde Hashem se hace presente y habla directamente con el sufriente Job. Obvio, hay una distancia enorme entre el infinito y la comprensión (siempre limitada y parcial) de un ser mortal y finito, cuyo cuerpo por lo menos tiene como destino el mismo polvo del que fue creado.

De todas formas, cito las palabras del mismo capítulo en los versículos 19 y 20, como la luz que podemos vislumbrar al final del túnel. La promesa de salvación y de redención final.

A continuación:

“De seis sufrimientos te salvará, y del séptimo no te llegará el mal. En la hambruna te rescatará de la muerte, y en la guerra de la mano de la espada”.

Para concluir, en cualquier dolor, el sufrir es doble, si no podemos ubicar un sentido a ese dolor. Y ya que iniciamos el mes de Adar, solo podemos desear como en los tiempos de Mordejai y Ester, poder obtener una victoria completa sobre nuestros enemigos, hoy como ayer y siempre. Los mismos enemigos del pueblo judío, pero maquillados y ocultos bajo diversos ropajes de anti sionismo o de resistencia a la ocupación. En Gaza Hamás era el gobierno, tenían una cierta porción de tierra, millones de dólares como pocos, una frontera con Egipto, pero eso no bastaba. El 7-10 lo demostró en forma total y absoluta, y el problema no son ellos, ya que como en el caso de Job, la pelota siempre corre de nuestro lado. 

Ellos son solo depredadores de ocasión. Y la vara o el palo para llamar nuestra atención, y rectificar rumbos.

¡Shavua Tov y Jodesh Tov!

Dr. Natalio Daitch

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