El desierto del Neguev en Israel fue seleccionado para participar en un proyecto que busca proteger el medio ambiente. El mismo consiste en crear un sistema subterráneo de hongos para ayudar a absorver el dióxido de carobono que abunda en exceso en el planeta.
La Sociedad para la Protección de Redes Subterráneas es la responsable de esta iniciativa. Distintos lugares alrededor del mundo formarán parte de estas masivas redes de hongos. Las estepas de Kazajstán, las llanuras del Tíbet y el bosque boreal de Rusia son algunos de los acompañantes del Neguev.
La doctora Isabella Grishkan, profesora en la Universidad de Haifa, confirmó que los hongos que habitan en el Neguev son resistentes a las grandes temperaturas. Además, son organismos capaces de absorver enorme cantidades de dióxido de carbono, por lo que son ideales para este proyecto.