El desconocido Holocausto noruego

26 mayo, 2021 , ,
Foto: En el interior del Museo del Holocausto de Oslo

Quisling hoy es sinónimo de traidor en toda Europa.

Noruega siempre ha sido considerado un país abierto, libre y democrático, con fama de tolerante y respetuoso con todas las creencias y razas, pero las cosas cambiaron bruscamente el 10 de junio de 1940, cuando las tropas alemanas, llevadas por el voraz apetito territorial de Hitler, ocuparon el país. En apenas unos días, la resistencia noruega cesó, el rey Haakon VII y el ejecutivo huyeron a Londres y, tal como había ocurrido antes con los Sudetes y Polonia, los aliados no hicieron nada por detener la ocupación de Noruega, lo cual era lógico porque Francia se encontraba defendiéndose del ataque alemán y los intentos británicos de ayuda, ya casi solos frente a Alemania, resultaron poco efectivos.

Foto: En el interior del Museo del Holocausto de Oslo

Una vez ocupada Noruega, los fascistas del país, liderados por Vidkun Quisling, se hacen con el poder rápidamente con la ayuda de los alemanes. Quisling se autoproclama primer ministro y nombra un gobierno de corte fascista, sin que ello no sea óbice para que los alemanes, siguiendo lo que ya habían hecho en otras partes ocupadas de Europa, instalen una administración paralela, que llegaría a ser el poder real durante el periodo de ocupación (1940-1945).

Placas en el interior del Museo del Holocausto de Oslo

El fascismo noruego y el grado de colaboracionismo con los ocupantes nazis no se puede entender sin la figura de Quisling, sinónimo en toda Europa durante años de traidor y vendepatrias, y sin la formación política que él mismo fundara, Nasjonal Samling. El controvertido personaje (1887-1945) había sido coleccionista de arte, militar, policía, diplomático, ministro de Defensa durante un breve periodo de tiempo y líder político de un partido en declive en la década de los años treinta, pero que con la ocupación alemana tuvo su momento de éxito y alcanzó el cenit a merced del apoyo de Hitler a su causa. Aunque Quisling condenó, por ejemplo, la Noche de los Cristales Rotos o Kristallnacht (1938), no tuvo ningún empacho en felicitar a Hitler por su cincuenta cumpleaños con un mensaje en el que le expresaba su agradecimiento por “salvar Europa del bolchevismo y de la dominación judía”.

Lugar donde fue ejecutado Quisling

En el momento de la ocupación alemana de Noruega había 1.700 judíos en el territorio y las primeras noticias acerca de la persecución antisemita en el país datan de junio 1941, cuando al parecer numerosos judíos del del norte de Noruega son internados, junto con oponentes políticos, en una serie de campos de concentración abiertos por los nazis en esa zona del país.

Después, las autoridades alemanas, con la ayuda de las milicias parafascistas de Quisling y la policía local, comienzan la “cacería” definitiva de todos los judíos noruegos. Así los cuenta la enciclopedia sobre el Holocausto del United States Holocaust Memorial Museum (USHMM) -Museo Memorial del Holocausto de los Estados Unidos-, a la que cito literalmente: ”Los arrestos de los judíos noruegos comenzaron en el otoño de 1942, con el apoyo de la policía y las formaciones paramilitares noruegas a las SS y las unidades policiales alemanas. A principios de octubre, las autoridades arrestaron a todos los hombres judíos de Trondheim, una ciudad portuaria del norte de Noruega. El 26 y el 27 de octubre, 260 hombres judíos fueron arrestados en Oslo, la capital de Noruega. Durante la noche del 25 y 26 de noviembre de 1942, todos los judíos que quedaban en Oslo, incluidos mujeres, niños, enfermos y discapacitados, fueron arrestados y recluidos. Los deportaron en el “Donau”, un barco solicitado por el gobierno de Quisling, que los llevó a Alemania. Desde allí, los deportaron al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau”.

Pese a todo, la población noruega, como ocurrió también en Dinamarca, ayudó a numerosos judíos a escapar hasta la neutral Suecia a través de rutas clandestinas y no controladas por los nazis y sus colaboradores hacia este país, auténtico refugio para los judíos en esa Europa ya consumida por el Holocausto. El USHMM habla de que unos 900 judíos podrían haber llegado durante la ocupación alemana desde Noruega hasta Suecia a través de las frondosas montañas y los tupidos bosques, escondiéndose de los nazis y sus esbirros noruegos.

Entre 1943 y 1944, pese a los reveses de los alemanes en todos los frentes de batalla, la persecución contra los judíos de Noruega se intensifica y hubo varias matanzas. A pesar de que ya no se deportaron a más hebreos hacia Alemania después de 1942, sí que se abrieron una serie de campos de concentración en la propia Escandinavia, concretamente Ulven, Berg y Grini, donde perdieron la vida debido a las malas condiciones otros cien judíos durante el Holocausto.


El final de la ocupación alemana y la ejecución de Quisling

A finales de 1944, la situación era ya insostenible para Quisling, pues la impopularidad de los alemanes era notoria en la sociedad noruega, sobre todo por las ejecuciones de numerosos resistentes locales y por la política antisemita de los nazis, y el mismo gobierno de este controvertido colaboracionista ya no gozaba de la confianza de los alemanes ni de Hitler, que lo denominaban el inútil “gobierno” noruego. La guerra ya estaba perdida y los soviéticos ya habían penetrado en territorio noruego en el invierno de 1944, provocando el terror entre los noruegos y los mismos alemanes. Había comenzado el final de la pesadilla nazi.

Unos meses después, en mayo de 1945, Alemania capitula y los jefes militares alemanes en Noruega se acabarían rindiendo ante la resistencia noruega, para mayor humillación de los mismos. El rey noruego Haakon VII, al frente del gobierno establecido hasta entonces en Londres, llegaría a Oslo nada más rendirse los alemanes, siendo recibido por multitudes que le esperaban en las calles de la capital tras el final del período quizá más ingnominioso de la historia reciente de Noruega..

Con respecto a las víctimas del Holocausto noruego, las fuentes varian, pero la ya citada de la enciclopedia del Holocausto del Museo Memorial de Washington habla de unos 760 deportados enviados a Auschwitz, de los que solamente sobrevivieron 25, y estima que el total de fallecidos, entre las matanzas, los asesinatos en los campos de concentración noruegos y los propios deportados gaseados, en unos 900 hebreos.

En lo que respecta al gran traidor, Quisling, que vendió su alma al diablo a cambió del poder por unos años, fue juzgado y condenado, en 1945, por numerosos delitos, siendo los más graves su alto grado de colaboración con los nazis en la ocupación de Noruega y en el Holocausto. El tribunal señaló y probó, con todo lujo de detalles, que la responsabilidad por la ejecución de la solución final en Noruega recaía en Quisling, para lo cual se apoyó en el testimonio de oficiales alemanes. Finalmente, tras un final nada épico y muy decadente, Quisling fue ejecutado en la fortaleza de Akershus, en la capital noruega, y su casa es hoy un museo que recuerda el Holocausto en este país.

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