El archivo de Mario Muchnik será custodiado por el Instituto Cervantes

Mario Muchnik Foto: Djadventure Wikimedia Commons CC BY-SA 3.0

Muchnik depositó hace cinco años en la caja 1.509 tres objetos de su niñez: una cajita de música que sus padres compraron en Londres en el año 1937; una flauta comprada en Buenos Aires, y una foto que sus padres compraron en San Francisco de la actriz Shirley Temple con la dedicatoria: «Dedicado a mi amiguito Mario de Argentina», y los tres se incorporarán al archivo del fallecido editor.

Es una tradición del Instituto Cervantes, guardar objetos significativos de escritores en la cámara acorazada del antiguo banco que ahora alberga la sede de la institución en Madrid.

Muchnik fue una figura fundamental de la edición en España tras dirigir Seix Barral y Ariel, pero también fue un reconocido fotógrafo y novelista.

El acto, celebrado en la sede del Instituto Cervantes en Madrid, reunió a su viuda, compañeros de profesión, escritores y amigos de Muchnik.

«Es un honor homenajear a Mario y recibir su legado», dijo Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. Muchnik es, según sus palabras, una «figura fundamental de la edición española», que con su gran labor como editor, consiguió «tender puentes» entre Hispanoamérica y España.

El archivo personal del editor, que ahora custodiará el Instituo Cervantes, está integrado por postales, dibujos y fotografías, pero, sobre todo, correspondencia con escritores como Pablo Neruda, Rafael Alberti, María Teresa León, Jorge Guillén, Bioy Casares, o su gran amigo, Julio Cortázar.

Muchnik fue editor de todos ellos, pero también su amigo. Los documentos reflejan «el Muchnik editor y el Muchnik amigo», declaró García Montero.

También hay correspondencia con los numerosos autores a los que tradujo al español, como Italo Calvino, Elías Canetti o André Malraux.

La viuda del editor también donó una gran parte de la biblioteca personal del novelista que incluye obras de autores españoles e hispanoamericanos, muchas de ellas primeras ediciones, publicadas en España e Hispanoamérica.

Pero Muchnik, que dejó su carrera como físico nuclear por la edición, fue también un gran fotógrafo, de hecho donó en vida una gran colección de fotografías al Cervantes.

Juan Manuel Bonet, exdirector de esa institución y crítico de arte, definió su estilo como «cercano de Cartier-Bresson», siempre fiel al blanco y negro, y a su cámara Leica y con ella retrató a muchos de los escritores que editó como Cortazar, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa, pero también a clásicos como Borges, a Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre o Italo Calvino.

Muchnik fue también un gran novelista, su obra abarca obras como «Mundo judío. Crónica personal», «Albert Einstein», «Para mis amigos libreros», «Lo peor no son los autores» o «Editar ‘Guerra y paz’».EFE

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