Según (Dt 10, 1-5), Moisés fabricó por orden de Yahvéh un arca de madera de acacia y puso en ellas las dos tablas de piedra en las que el propio Yahvéh había escrito el decálogo o los diez mandamientos. Según (Dt 10, 8), el transporte de esta caja estaba confiado a los levitas, y fue llamado “Arca de la Alianza” (aron habberit) por contener las “Tablas de la Alianza” que Yahvéh había pactado (berit) con su pueblo en el monte Sinaí después de cruzar el Mar Rojo y abandonar Egipto (Dt 9, 9).
Durante la travesía del pueblo de Israel por el desierto, la tienda portátil del encuentro estaba destinada a albergar el “Arca de la Alianza”, llamada también “Arca del testimonio” (arón ha-edut) (Ex 26, 33; 40, 21). Este “testimonio” o “Ley Solemne” lo constituían las dos “tablas del testimonio”, las Tablas de la Ley recibidas de Yahvéh (Ex 31, 18) y depositadas en el Arca (Ex 25, 16; 40, 20). Por esta razón la tienda que contiene el Arca será llamada la “tienda del testimonio” (Num 9, 15; 17, 22; 18, 2).
La descripción de esta Arca sagrada nos la ofrece (Ex 25, 10-22; 37, 1-9). Es una caja de madera de acacia de 2,25 metros de largo, por 0’75 metros de alto y ancho, chapeada de oro y provista de anillas por donde pasan las barras destinadas a su transporte a hombros de los levitas o clase sacerdotal. Sobre el Arca se hallaba clocada una chapa de oro del mismo tamaño, el kapporet, que se suele traducir por “propiciatorio”, según el sentido de la raíz verbal y el papel que desempeña este elemento el día de las expiaciones o perdón de los pecados (yom hakipurim) contenido en (Lv 16). En los extremos del kaporet o cubierta había dos figuras de qerubín que los protegen con sus alas extendidas (2 Cro 35, 3).
Tras la conquista de Jerusalén por el rey David, la “Tienda del Encuentro” se ubicó en lo alto del monte Sión. Su hijo Salomón construyó el primer Templo de piedra. El Arca fue custodiada en el Santuario que estaba en el centro de su grandiosa explanada y especialmente construida para ella. Este lugar sagrado representaba la shekináh o presencia de Dios en medio del pueblo.
Teniendo en cuenta estos datos bíblicos, históricos y descriptivos del “Arca de la Alianza”, como novedad presentamos dos representaciones en la ciudad de Zaragoza. Sus imágenes y elementos se aproximan bastante a la descripción bíblica que se hace de ella.
1.- Ventana del palacio de Morlanes que representa la sabiduría de Salomón.
En el tímpano de unas de las ventanas del palacio de Morlanes de Zaragoza, el rey Salomón aparece sentado en un trono franqueado por columnas salomónicas (retorcidas), que el mismo mandó construir a la entrada del Santuario del Templo de Jerusalén, de ahí su nombre. También se representan leones que están vinculados a la realeza. A la izquierda está el Sumo Sacerdote ofreciendo un sacrificio de incienso. A la derecha un sacerdote levita con el talit o manto de oración judía en las manos. El resto de personajes son obreros que están construyendo su Templo de piedra. Encima es visible la Menorá o candelabro de siete brazos, símbolo principal del culto judío y del Pueblo.
Debajo de la ventana y de esta escena historiada, se aprecia el Arca donde se guardaban las Tablas de la Ley. Se representa con sus dos pequeños querubines en la cubierta y los varales para transportarla. A los lados unos originales y legendarios grutescos teriomórfos (deformación del ser humano en otro animal de manera completa o parcial, como en este caso). Junto a ellos otros sirenos adornan el conjunto escultórico, portando en su mano derecha un ramo de flores.
2.- Entrada principal de la basílica-catedral del Pilar de Zaragoza.
El portalón de madera que da acceso al Templo del Pilar de Zaragoza (una vez sorteado la puerta principal) sobresale la representación del “Arca de la Alianza”, una escena bíblica que sobresale de todas las demás por ser la única que está relacionada con el Pueblo judío y el Antiguo Testamento o Tanak hebrea.
Como se puede apreciar en la imagen, encima de unas nubes refulgentes, aparece la imagen del Arca con sus varales para transportarla. El frontal está ricamente adornado. La cubierta muestra a dos querubines niños con sus alas, así como unas bolas que adornan su perímetro.