Este lugar, ahora convertido en parque con algunas lápidas “sobrevivientes” de la destrucción perpetrada por los nazis del recinto mortuorio, es parte de la memoria tangible de lo que fue una de las más grandes comunidades judías de Europa antes del Holocausto.
por Ricardo Angoso
La historia de los judíos de Alemania se divide entre un antes y un después del nazismo, como también ocurre, en cierta medida, con otras comunidades judías de Europa, como las de Polonia, Hungría, Grecia, Rumania, Serbia y Croacia, por citar tan solo algunas de las más castigadas durante el Holocausto. Hitler llega al poder en 1933 y nunca ocultó sus planes con respecto a la comunidad judía alemana, exhibiendo siempre un discurso antisemita, racista y etnicista.
Tras impulsar una serie de medidas y leyes antisemitas, poco a poco el clima se fue caldeando para que los nazis pasaran a la acción (violenta), comenzaran el bloqueo de los negocios y tiendas judías, hostigando y agrediendo a los mismos en las calles e incluso apedreando propiedades judías hasta llegar al climax que significó la Noche de los Cristales Rotos, en 1938, cuando el régimen nazi pasó al ataque directo contra las comunidades hebreas de Alemania con el fin de destruirlas para siempre. Algo que, por desgracia, consiguió.
Como explica la Enciclopedia del Holocausto, del Museo Memorial de Washington, este ambiente reinante provocó la huida de miles de judíos: “Según un censo realizado el 16 de junio de 1933, Berlín, la ciudad capital de Alemania, tenía aproximadamente 160.000 habitantes judíos. La comunidad judía de esa ciudad era la más grande de Alemania, con más del 32 por ciento de todos los judíos del país. Ante la perspectiva de la persecución nazi, muchos judíos emigraron desde Berlín, cuya población judía se redujo por ello a unas 80.000 personas entre los años 1933 y 1939, a pesar del traslado de otros judíos alemanes a Berlín”.

La Noche de los Cuchillos significó el comienzo del Holocausto, o una suerte de prólogo de la “solución final”, pues en esas jornadas de terror entre 9 y el 10 de noviembre de 1938 fueron internados en los campos de concentración entre 30.000 y 40.000 judíos, según las fuentes. Las consecuencias del Holocausto en Berlín están explicadas con precisión en la Enciclopedia del Holocausto, que citamos literalmente: “Desde Berlín, se deportaron más de 60.000 judíos: más de 10.000 a los guetos de Europa oriental, unos 15.000 a Theresienstadt y más de 35.000 a los campos de exterminio de la Polonia bajo ocupación. Cientos de judíos prefirieron suicidarse antes que entregarse a las deportaciones. Miles de ellos se quedaron en Berlín, especialmente los que se escondieron y también las personas que solamente tenían origen parcialmente judío y aquellos judíos cuyo cónyuge no era judío, a quienes inicialmente se excluyó de la deportación. Casi todos los deportados fueron asesinados”.
LA HISTORIA DEL CEMENTERIO
Esta instalación, situada no muy lejos del centro de la ciudad de Berlín, fue abierta en el año 1672, época de esplendor de la comunidad judía de la urbe, y cerrada temporalmente en 1827. Más tarde fue de nuevo reabierto y hay noticias de que en el año 1872 había ya casi 12.000 lápidas, de las cuales 2.767 habían sido transcritas a una larga lista mecanografiada que guarda la dirección de la institución. La mayor parte de los textos de estas lápidas estaban escritas en hebreo y tan sólo unas pocas contenían frases en alemán.
En la época oscura de Alemania (1933-1945), bajo dominio nazi, la Gestapo llevó a cabo una acción, en 1943, con el fin de destruir las instalaciones y forzar a sus empleados para que colaboraran en la destrucción del recinto sagrado, algo que conseguirían tres años más tarde, en 1945, y que completó la desaparición de casi todas sus lápidas. Además, la Gestapo utilizó la residencia de ancianos aledaña al cementerio como centro de detención para cerca de 55 000 habitantes judíos y se destruyó junto con el cementerio en 1943. A lo largo del cementerio se excavó una zanja, se sacaron los huesos de los difuntos del suelo -en un gesto de inusual sadismo- y se destruyeron todas las tumbas con saña sin apenas dejar rastros materiales. En abril de 1945, los 2427 soldados y civiles muertos en las peleas callejeras entre alemanes y soviéticos se enterraron en el cementerio.

Finalmente, una vez terminada la guerra, el cementerio logró conservar algunas de sus lápidas, entre ellas cabe destacar la del destacado y conocido filósofo berlinés Moses Mendelssohn (1747-1803), cuya lápida mortuoria fue de nuevo repuesta en el año 1962. Dicha lápida fue restaurada varias veces y recuerda a esta personalidad ilustre de la comunidad judía berlinesa. A día de hoy, y conviene la pena recordarlo, se sigue considerando a Mendelssohn el pionero de la Haskalá, también conocida como la Ilustración judía. En 1763, recibió el primer premio de la “Academia Real” de Berlín por sus escritos filosóficos. Sus seguidores lo conocen como el “Sócrates alemán” y era muy buen amigo de Gotthold Ephraim Lessing. Se cree que fue la inspiración para el protagonista de la obra de Lessing Nathan der Weise (Nathan el Sabio).
Fuente citada y consultada:
https://www.visitberlin.de/es/alter-judischer-friedhof-antiguo-cementerio-judio
La instalación fue reabierta en forma de parque tras la guerra, en 1948, colocándose una placa bilingüe en la entrada que recordaba la historia del cementerio y los avatares que había sufrido a lo largo de su historia. A partir del año 1974 fue declarado de interés histórico y el lugar comenzó a ser visitado libremente por todos los públicos. En 1988, una vez que se asistió a un ligero renacimiento de la vida judía de la ciudad, algunas lápidas fueron restauradas y trasladadas para su definitiva reparación tras décadas de abandono. Sin ser uno de los cementerios judíos más importantes de la ciudad, vale la pena visitarse por el significado que tuvo durante la época oscura y por haber sido en tiempos uno de los más importantes de Berlín.
Entre las personas destacadas de la vida judía que estuvieron enterradas en el cementerio, hay que destacar rabino David Fränkel (1707-1762), el joyero de la corte Iessei Veitel Heine Ephraim (1703-1773), el conocido doctor Marcus Herz (1747-1803) y el ya citado filósofo Moses Mendelssohn (1729 -1786), entre algunos de los más notorios. Lástima que la destrucción padecida y también el abandono no nos permitan contemplar este recinto en su totalidad.
Fotos del autor de la nota
Vídeo del cementerio
Resulta curioso que los nazis alemanes eligieran este cementerio para enterrar a su propios soldados y civiles muertos en las refriegas callejeras entre alemanes y soviéticos, ya que lo habitual, o al menos eso creo que es costumbre en España, es como mínimo respetar los cementerios de otras creencias, por muy distintas o hasta estrafalarias que resulten, o al menos por superstición, igual es porque los nazis ya no temían ni a un posible más allá algo más universal del que creyesen.
Hitler era de familia católica, al igual que destacados cabecillas nazis como Himmler y Goebbels, este último además de joven quiso ser un sacerdote católico de la secta española de los jesuitas, de los que copió muchas de sus ocurrencias nazis. Al parecer luego incluso Hitler se hizo ateo nihilista o seguidor de «el Profeta», el filósofo Nietzsche, o le seguía en lo poco que le alcanzaba su muy mediocre intelecto, si bien al parecer era un cabecilla nazi que no le iba mucho el ocultismo ni la nueva religión pagana que se inventaron las criminales nazis, religión que más bien parecía una cosa de Himmler y reservada a su élite nazi de las SS. Por ejemplo, Hitler llamaba absurdo a Alfred Rosenberg, porque no entendía nada de lo que decía este nazi especialmente perturbado que destacaba por sus libros de teorías nazis ocultistas, y que al parecer solo entendía él, y este mismo era el nazi encargado de investigar los archivos que robaron a los masones y parte de los documentos que conservaron de los judíos, para buscar los secretos que ocultaban de poderes del más allá y esas cosas. En España, los fascistas y filonazis falangistas españoles hicieron algo muy parecido, robaron todos los objetos, documentos y sedes de los judeomasones españoles, y además plantaron una logia masónica en el museo fascista de Salamanca, actualmente reconvertido en museo de las democracias, aunque la logia de muestra sigue exactamente igual y el visitante español tan solo tiene que cambiar su cerebro, ponérselo del revés o imaginar que España continúa en la dictadura fascista, para volver a ver lo que querían que viesen los fascistas y nazis españoles, que no era otra cosa que una obra del Demonio. Esta logia la fabricaron los fascistas españoles con objetos que iban robando a los malvados judeomasones que asesinaban mientras procuraban exterminarlos a todos, o también asesinaron o encarcelaron a no pocos que se parecieran a los masones españoles, como algunos de los maestros de la laica, que no atea, Institución Libre de Enseñanza, se estima que llegaron a acusar hasta a 50.000-60.000 republicanos que no eran masones, muchos acabaron encarcelados y algunos asesinados solo por haber sido acusados de masones.
Los fascistas españoles, o los filonazis falangistas comandados por el dictadorzuelo Franco, convirtieron a los masones españoles en sus particulares judíos, durante las primeras semanas de la Guerra Civil lograron asesinar a la mitad, en total asesinaron entre 2.500 y 3.000 masones, además les robaron sus bienes personales y propiedades, además discriminaron a sus familiares durante la dictadura fascista. Los documentos que robaron en las logias los guardaron en el que denominaron Archivo de Salamanca, junto a los demás documentos del bando republicano, y con los objetos masónicos robados recrearon una logia de muestra en el conocido Museo de Salamanca, donde podían ir los españoles para que vieran el peligro del que las cabecillas fascistas les habían salvado, o, sobre todo, a España. Los masones de una logia se reunen en los denominados Templos Masónicos, generalmente son locales o viviendas cedidos por uno de sus miembros o alquilados entre todos, en la actual democracia muchas de las antiguas logias que estaban en viviendas, locales y edificios no los han devuelto a sus legítimos propietarios, eso si no se perdieron entre tantos «papeleos», para beneficio de estos ladrones y criminales fascistas españoles y de sus amistades. A pesar del aspecto de la logia que montaron los fascistas españoles, un tanto folclórico, también algo tenebroso, esta logia que recrearon se aproxima bastante a las reales, o más bien habría que decir que se parece a alguno entre tantos de los Templos Masónicos donde se reunen los masones de una logia, si bien también hasta la disposición de los objetos dependerá de las preferencias o del aprendizaje de los propios masones de esa logia. Cada logia puede ser muy distinta, así en Francia se puede encontrar una logia o su Templo Masónico decorado totalmente de madera, con todos los objetos solo barnizados dejando el color de la madera natural, un tanto «chula», mientras que, en contraste, en España es habitual encontrar logias en locales donde, al menos a ojos de un profano, abunda el cutrerío o más parecidos al aula de un colegio público de primaria. Los masones tienen por costumbre guardar por escrito las actas de todas sus reuniones, o también documentos de trabajos que presentan los masones en la logia. Cuando tratan temas más propios de los profanos generalmente son artículos o investigaciones breves que pertenecen a campos como el sociológico o historicista, otras muchas veces son trabajos escritos más propios de la masonería, de su Historia interna o tratan sus asuntos simbólicos o ceremoniales, o también guardan otros documentos como las cuentas de la logia. Este afán por documentar se debe, entre otras cosas, porque respetan o recuerdan su pasado, de un modo parecido a lo que suelen hacer los judíos con su pasado, además con un mínimo de credibilidad, no como los cuentistas de los fascistas y nazis españoles, que basan gran parte de su historia en cuentos chinos que seguramente no se creen ni ellos y por eso muchos españoles de a pie parece que no saben ni que pie calzan cuando les preguntan por la Historia de España. Si en el caso de los masones no los muestran al público, o solo muestran una mínima parte, se debe al derecho a la privacidad de sus miembros, más que por otra cosa condicionada por las persecuciones a lo largo de su Historia por parte de fascistas, Iglesia Católica, dictaduras comunistas, etc.
En el judaísmo religioso es más habitual que expliquen sus creencias y hasta que las basen en los hallazgos arqueológicos, prescindiendo tanto de cuentos, y apenas se encuentran rasgos de supercherías más allá del esoterismo de la Cábala, que por lo que conozco sería una rama relativamente reciente en el judaísmo y que actualmente no cuenta con tantos seguidores como las noticias de los asuntos de supercherías pretenden hacer creer. La Cábala judía además es muy diferente de la Cábala que pretenden hacer creer los vendehumos aficionados a las supercherías, la judía tiene un carácter meramente religioso para intentar buscar o dar explicaciones a cuestiones religiosas más allá de las formas habituales, y es más que parecido a lo que se puede encontrar en otras religiones, como la musulmana o en el catolicismo con su parte mística.
Los nazis alemanes también coincidieron con sus camaradas españoles en el odio y persecución a los masones, según una de las teorías, los nazis pretendían eliminar a todos los masones de Europa, a los que equiparaban a judios o los acusaban de venderse a los judíos, también para impedir que ejercieran su poder por medio de sus conocimientos secretos ocultistas, quizás para ellos hacerse con todo el pastel del poder del Más Allá. Los nazis contaban con un departamento oficial de racismo, la Ahnenerbe, que incluía los asuntos ocultistas, o también contaban con la ocultista Sociedad Thule para las élites nazis SS, cuyo origen estaba en un tal Rudolf von Sebottendorff, antes un masón que contó con la ayuda de un masón judío. Los nazis se tomaban muy en serio esto de tener poderes del Más Allá y todo lo ocultista, por eso no quemaron los archivos masónicos como en principio se presupone debieron haber hecho, si no que los protegieron igual o más que hicieron con los tesoros y obras de arte que robaron. Para investigar los archivos masónicos, siempre bajo la dirección del líder de las SS Himmler, pusieron al nazi especialmente perturbado con los asuntos ocultistas, Alfred Rosenberg, para este nazi los masones entraban dentro de su gran investigación a los judíos. Otro importante nazi especialmente perturbado con el ocultismo fue el líder de la Gestapo y encargado de gobernar desde Praga la región de Bohemia-Moravia, la actual Checoslovaquia, Reinhard Heydrich, el mismo de la película americana «El hombre del corazón de hierro«, o también fue el Jefe de la Policías secretas nazis, incluída la más famosa Gestapo, esta es la que se encargaba de las torturas y asesinatos nazis incluso desde antes de que estas alcanzase el poder en Alemania, fue la encargada de desmantelar las policías democráticas mediante la violencia. Aunque otros expertos afirman que a Heydrich no le iba el ocultismo, y por ejemplo se disgustó cuando Himmler le ordenó investigar la hechicería y brujería, reuniendo los libros y los casos contra brujas en Europa, así que al parecer Heydrich re-interpretó la orden como una investigación que podría servir a los nazis para defenderse de acusaciones o ataques similares, acusaciones de brujería, que pudieran lanzar sus enemigos… si se piensa un poco hasta tiene su «lógica». También se cree que el criminal nazi Heydrich convenció a Himmler, en realidad no necesitaba mucha retórica nazi para convencerlo, para despertar al famoso monstruo Golem que en el siglo XVI creó un rabino judío de Praga a partir de barro, igual era solo un cuento que se le ocurrió al rabino para asustar a los peturbados criminales antisemitas en esos años, en cualquier caso, al parecer los nazis se creyeron esta superchería y querían revivir al Golem con el mismo barro que la leyenda aseguraba estaba guardado en una sinagoga, Heydrich pretendia usar el Golem como arma de guerra ocultista contra sus enemigos.
En total los nazis alemanes asesinaron entre 80.000 y 200.000 masones de los países que invadieron, y les robaron todos sus documentos. En diciembre del 2000, tras años de negociación, «el Gran Oriente de Francia vio restituido un patrimonio de 120 metros lineales de archivos, que le fueron sustraídos por las autoridades alemanas en 1940 en su sede parisina de la Rue Cadet. Documentos a su vez sustraídos a los alemanes por los rusos en 1945, la documentación fue conservada durante medio siglo en los Archivos Especiales Centrales del Estado de Moscú. A su regreso de Rusia, este fondo fue reintegrado a la Biblioteca del Gran Oriente de Francia, donde fueron reunidos bajo el título de “AR” (Archivos de la Reserva). Estos fondos contienen los archivos concernientes a las relaciones exteriores del Gran Oriente de Francia desde mediados del siglo XIX hasta 1940. En los archivos centrales de estos fondos, principalmente durante la década de 1930, podemos encontrar documentos relativos a logias de Buenos Aires, Cuba, Colombia, Uruguay y México. Por último, podemos encontrar una serie de archivos antiguos de logias de los siglos XVIII y XIX. Estos documentos son únicos y ofrecen nuevas perspectivas en el conocimiento de las relaciones internacionales. Este valioso archivo aporta igualmente para el siglo XVIII un complemento precioso al fondo masónico de la Biblioteca Nacional de Francia, que se utiliza habitualmente para el periodo del Gran Oriente de Francia. Por ejemplo, la documentación descubierta correspondiente a la logia La Parfaite Union de Puerto Príncipe, fundada en el año 1769 en el actual Haití, aporta nuevos elementos sobre la historia de esta logia para el periodo 1769-1774. Sin embargo, este fondo concierne principalmente a la época de la Gran Logia, en el periodo anterior a la muerte del conde Clermont (1771) y de la creación del Gran Oriente de Francia (1773). El periodo 1750-1760 es decisivo para la organización del espacio masónico francés y la constitución de jurisdicciones masónicas territoriales. Una vez puestas estas fuentes en perspectiva con otras no masónicas, es posible aclarar los primeros pasos en la historia de la masonería latinoamericana.». Si bien estos documentos interesan más que nada solo a los masones, que entre sus aficiones acostumbran a estudiar la Historia de la masonería o buscar señales de posibles logias masónicas en los monumentos y las civilizaciones antiguas, por esto es que se suele oír decir que los primeros masones son del Antiguo Egipto, o del antiguo Reino de Israel, o puede que incluso aparecieran en civilizaciones más antiguas o de otros continentes, sin embargo esto son solo especulaciones, aunque queden bien para las películas y videojuegos. De más interés para los profanos es que entre los archivos se pueden encontrar documentos originales de la logia donde se encontraba Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, o seguramente se encuentren documentos sobre los masones libertadores hispanoamericanos y de los demás masones que lograron la Independencia de España, hechos históricos de gran importancia que apenas se conocen los españoles. Algunos pocos documentos tratan sobre esoterismo, son de unas primeras logias del siglo XVIII, una época en la que en Europa el conocimiento científico, o el conocimiento en general, era muy primitivo o cavernícola, por culpa de la Iglesia Católica y las otras sectas cristianas, así que el esoterismo o la magia y otras supercherías se tomaban como una materia o conocimiento más, quizás también por una cierta permisividad por parte de los ultracristianos o porque las clases altas eran especialmente aficionadas, y al parecer algunos masones de aquellos años no escaparon de esta tontería generalizada.
A pesar de todo, actualmente en la democracia sobre todo los españoles de la derechona, fascistas y católicos continúan prácticamente igual, o incluso peor, con sus disparatadas creencias en todo tipo de supercherías, ocultismos y en ciencias paranormales del más allá. Hace años unos neonazis españoles, bajo seudónimo, escribían artículos ocultistas en la revista española más conocida, “Más allá de la ciencia”, o muy famosos historiadores entre los españoles de la derechona y fascistas, y sacerdotes católicos siguen escribiendo libros actualizados sobre sus disparatadas conspiraciones judeomasónicas, que aunquq muy centradas en los masones dudo mucho no incluyan a los judíos, o si eso, si algún día se salen con la suya, ya los incluirán más explícitamente. Aunque generalmente no lo muestran pùblicamente, o también la Iglesia Católica Española oficialmente prohíbe todas estas supercherías, en cualquier caso en no pocas ocasiones estos sectores españoles lo han elevado públicamente cuando ocurren casos criminales especialmente cruentos, o incluso sus creencias las han utilizado en el ámbito político nacional o en atentados terroristas como en el reciente atentado yihadista del 11-M del 2004 en Madrid, también se sacaron de la manga una gran conspiración judeomasónica mundial contra España, los verdaderos cabecillas habrían sido los masones de Francia ayudados por los malvados socialistas españoles, separatistas de ETA y con los funcionarios que seguro tienen infiltrados en España, como los policías y jueces españoles que confundíeron a los españoles con las pruebas falsas y eliminado las líneas de investigación «buenas», es decir, las que inventaron estos perturbados y las que inculcaron a su fieles votantes como las únicas que debían ser válidas, y actualmente muchos siguen igual, con la misma tontería, fue así como impidieron la desaparición del gran partido de la derechona, junto con limpiar la mala imagen de los ministros que copaban los puestos de seguridad en España que todos eran de la secta ultracatólica española del Opus Dei y de otras como la secta ultracatólica mexicana de los Legionarios de Cristo, y ahora continúan con su redes mafiosas clientelares tras el enorme bochorno histórico, incluso lograron volver a derrocar al malvado gobierno socialista en un tiempo récord.