El águila nazi y la Shoá. Reflexión.

Foto: Wikipediua - CC BY-SA 2.5

Dr. Natalio Daitch

«El Eterno levantará contra ti un pueblo desde la lejanía, desde el extremo de la tierra, al igual que se abalanza el águila, un pueblo del cual no comprenderás su idioma; un pueblo descarado que no respetará al anciano ni se agraciará del joven».

Deuteronomio 28, 49-50.


El águila.

El águila o Eagle en inglés, es un ave de presa. Representa la fortaleza y a un ser robusto, este último adjetivo se explica como una cosa que es resistente por su grosor, gran densidad y firmeza, y de una persona como regularmente gruesa, de complexión fuerte y con buena salud.

El dibujo de un águila fue utilizado como símbolo, insignia o bandera por varios imperios como el Romano, y el Bizantino (este tenía el dibujo del águila bicéfala), y también más recientemente como insignia nacional de la República de Weimar (surgida después de la Primera Guerra mundial entre 1918-1933).

La Reichsadler o águila imperial fue tomada luego por Hitler y sus nazis del Tercer Reich, como un dibujo donde el águila sostiene en sus pies una esvástica. Podemos encontrar este dibujo en documentos y pasaportes, y en los uniformes de los soldados de la época Hitleriana, y obviamente en el ingreso a la cancillería del dictador alemán y muchos otros edificios públicos de la época.


El nido del águila.

Situado en la cima de una montaña Kehlstein, en los Alpes Bávaros, en la localidad de Berchtesgaden situada a 25 km de Salzburgo (Austria), era la casa de retiro de Hitler, y un lugar de frecuente reunión para la cúpula nazi. Además, Hitler en 1937 otorgó una membresía (condición de miembro) de la orden del águila alemana para aquellos diplomáticos extranjeros que apoyaran a la Alemania nazi.


El águila y la paloma.

En varios sitios del Tanáj (Biblia) encontramos a Israel representado por una paloma. La paloma representa la esperanza y además un mensaje de paz y salvación. Como en el caso de Noé que envía a la paloma para saber si la tierra se ha secado luego del diluvio. Además, podemos citar el Cantar de los Cantares del Rey Salomón (5;2): «Yo dormía, pero mi corazón velaba ¡Una voz! Mi amado toca a la puerta. Ábreme hermana mía, amada mía, paloma mía». Y también en el Salmo 74: 19: «El alma de tu tórtola no entregues a la fiera; no olvides para siempre la vida de tus afligidos».

El águila caza palomas, y el águila es el terror de las palomas. Y vuelvo a citar el capítulo o parashá Ki Tabó (Deuteronomio 28:34) que afirma: «Enloquecerás ante la vista de lo que tus ojos contemplen».

Y qué duda cabe, que los relatos de los sobrevivientes del Holocausto, una y otra vez impactan y conmocionan, ya que vemos que la Torá es profunda, y su meta es la felicidad de la persona y su perfeccionamiento en su pasaje terrenal, pero también está llena de amonestaciones y advertencias y maldiciones que nuca deberían ser tomadas a la ligera.


La historia enseña. Final.

En lo colectivo y en lo individual, que si equivocamos el camino habrá consecuencias. Para mucho esto puede ser motivo de angustia, el que escribe celebra que las palabras de Hashem sean como un semáforo que nos indica cuando seguir o detenernos o tomar precaución.

La felicidad radica que existe un Padre Celestial que se interesa por sus hijos. Y si bien es verdad que se nos da el libre albedrío (libertad de elección), también se nos indica que las consecuencias están ligadas a las causas o nuestros actos o acciones del pasado y actuales.

Para concluir, en ocasiones se nos representa como el León de Judá, pero en verdad somos como la paloma que necesita guía y protección divina.

El águila acecha y el que avisa no traiciona.

Esta breve reseña no es para la depresión, por el contrario, buscamos explicaciones y carriles para una vida más exitosa. Pero, como seres de carne y hueso y finitos, solo podremos ubicar felicidad en el servicio divino. Eso es lo que debemos solicitar en Rosh Hashaná y Kipur, más vida para servir a D’os en la forma que El desea ser servido. Tenemos con el Todopoderoso un pacto eterno, pero que es asimétrico. Se trata de una mezcla de amor y temor, la fórmula adecuada para nuestra condición humana, siempre sometida a tentaciones, intereses y presiones.

Me despido con el deseo profundo que Hashem escuche nuestras tefilot (oraciones, plegarias y reconocimiento), y pronto veamos la redención de Sion y del mundo todo, con nuestros ojos, en nuestros días, pronto. Amén

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