Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs
Recientemente se informó nuevamente que el equipo de la Casa Blanca estaba a punto de dar a conocer el «Acuerdo del siglo» de Trump pero, hasta ahora, aparte de posiblemente Arabia Saudita, el trato no ha tenido compradores en el mundo árabe, y ciertamente no entre su supuesta clientela, los palestinos, Jordania y Egipto.
Con respecto a los palestinos, está muy claro: Mahmoud Abbas y la Organización de Liberación Palestina (OLP) no están preparados de ninguna manera para ningún acuerdo que sea inferior a sus demandas máximas, que son principalmente el «derecho de retorno» y la retirada de Israel a las líneas de 1967, en general, y específicamente Jerusalén. Las cosas son más complicadas con respecto a Jordania y Egipto.
Para Jordania el principal problema es encontrar la solución para los refugiados a su cargo y costos. Jordania tendría que aceptar el hecho de que millones de palestinos finalmente obtendrían la ciudadanía plena y participarían en la política interna y, lo que podría ser peor, tendría que establecer dentro del territorio jordano a los refugiados del Líbano para ayudar al Líbano a restablecer su equilibrio étnico. Si bien el tema sigue abierto, puede que quede una opción para que los refugiados regresen a «Palestina», ya sea a Cisjordania o al interior de Israel.
Mientras tanto el sector beduino, que es el pilar del ejército y la administración jordanos, se niega a entregar cualquier poder a los palestinos, y actualmente está relativamente tranquilo.
Jordania no está preparada para un acuerdo de este tipo, ni siquiera para los importantes fondos que se ofrecerían como parte del acuerdo. Le preocupa que si se niega, Arabia Saudita lo presione con respecto al vínculo tradicional de Jordania con Jerusalén, pero no hay señales de que Arabia Saudita esté interesada en Jerusalén. Sin embargo, desde el punto de vista de Jordania, feliz es la persona que siempre está preocupada.
Egipto tiene dos reservas: no quiere asumir la responsabilidad de Gaza y trata de limitar sus conexiones con Hamás solamente a los problemas de seguridad en Sinaí. Sin embargo, su principal reserva es el tema de la versión árabe de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Nadie se hace ilusiones de que los palestinos sean de interés para alguien entre las naciones sunitas, pero todo el acuerdo pretende eliminar el problema palestino como un obstáculo para establecer la versión árabe de la OTAN junto con Israel. Esta es la verdadera razón por la que Arabia Saudita está interesada en el acuerdo, porque quiere que Egipto y Jordania envíen sus tropas a la guerra en Yemen, y tal vez en Siria, pero esto es exactamente lo que Egipto y Jordania no quieren hacer.
Los informes sobre el acuerdo siguen apareciendo, pero todavía no tiene compradores árabes.
Acerca de Pinhas Inbari: es un veterano corresponsal de asuntos árabes que anteriormente reportó para Israel Radio y para el periódico Al Hamishmar, y actualmente se desempeña como analista para el Jerusalem Center for Public Affairs.