El 7-10 y días de angostura. Reflexión.

1 agosto, 2024 ,
Foto: Pixabay

“Porque he aquí yo llamo a todos los linajes de los reinos del Septentrión, dijo el Eterno, y vendrán y pondrán cada uno su silla a la entrada de los portales de Ierushalaim, y derredor de sus cercos y sobre todas las ciudades de Judea.

Y diré mis juicios contra ellos por toda su maldad, pues me dejaron y ofrendaron a otros dioses, y encorváronse a las obras de sus manos”.

Libro de Jeremías capítulo 1, versículos 15-16 

Zona de penumbra.

Estamos transitando días difíciles, y obvio, lo padecen mucho más los israelíes que los judíos de las diversas diásporas. Si bien, cuesta recordar tanto antisemitismo extendido en todo el orbe, por lo menos desde los días del auge del nazismo de Hitler.

Hoy por hoy, estamos viendo con nuestros propios ojos que las palabras de los profetas se están cumpliendo, y también las advertencias de muchos analistas y opinólogos que, desde hace décadas, nos avisan como un atalaya o vigía que sufriremos esto que estamos pasando, un nuevo nazismo en versión islámica (islamo-nazismo) hoy acompañados por un gran conjunto de fuerzas de la izquierda y un rejunte de confundidos y antisemitas de la antigua derecha.

Los motivos.

No cabe duda, que los Profetas de Israel se situaron en una posición incómoda. Y muchos fueron perseguidos por los reyes de turno, y otros pagaron con amenazas, golpes, cárcel y hasta destierro, cuando tuvieron que exponer verdades que incomodaban al pueblo, y en particular a corruptas clases de dirigentes y oportunistas que no querían escuchar, ni tener mala prensa, ni ser descubiertos o expuestos.

En el judaísmo profético, los otros pueblos, son solo instrumentos de Hashem, o la vara que nos castiga para aleccionarnos y corregirnos.

El problema es que, el golpe duele y es profundo, y el aturdimiento y el shock y la angustia y la depresión nos tienden a ocultar y cegar de poder buscar las causales o como decimos en medicina la etiología o razón de los desastres o colofones que debemos soportar.

La cabeza y/o los pies.

En verdad, el problema, podía radicar en ambos sitios, en la cabeza, es decir los dirigentes, reyes, y políticos. Pero, en otras ocasiones, aún con buena dirigencia, son las bases las que se desvían, es decir el propio pueblo, afectados o motivados por impulsos que son siempre ajenos a los mandatos de la ley de Moshé de Sinaí.

Hoy como ayer.

Tanto en Israel como en las diferentes diásporas, hemos podido apreciar grandes y visibles divisiones y enfrentamientos entre los diversos grupos que conforman el cuerpo social.

Seculares enfrentados con religiosos y viceversa.

La respuesta desde lo alto, lamentablemente no tardó en llegar. Como siempre fue contundente, y muy dolorosa. Muy penetrante, alcanzado el tuétano de nuestros huesos.

El Norte tan temido.

Si bien, el primer golpe fue desde el sur, desde la lindera Gaza, el frente Norte es aquel que representa la mayor amenaza militar para Israel. Ahí desde hace décadas, Hezbollah se ha adueñado del país, y tiene el soporte y la nutrición del malvado gobierno de Irán.

La campaña del Norte puede significar un esfuerzo mucho mayor que liquidar al Hamás en la estrecha franja costera.

Profetas. Una ingrata tarea.

Lo vemos en las Sagradas Escrituras, en el caso de los golpes y la cárcel que debió soportar el profeta Jeremías. También en el caso de el profeta Eliahau enfrentado las injusticias del Rey Ajav y de la malvada Jezabel y todos los falsos profetas del Baal.

También, el caso del profeta Jonás, que escapa por el mar, ya que no desea ir a advertir a Ninve la capital de los Asirios (enemigos y futuros destructores del Reino de Israel-del norte), para que se arrepientan de sus pecados.

Todos ellos, y muchos otros, estuvieron parados entre dos fuegos. Por un lado cumplir la orden Divina, y por el otro costado, ser considerados traidores y aborrecidos y execrados por un pueblo que siempre ha sufrido de “sordera intermitente y crónica”, tan conveniente para no escuchar cualquier amonestación, advertencia, o cualquier crítica que si bien es dolorosa, siempre tiene el objetivo de la rectificación individual y grupal, lograr un sincero arrepentimiento, y evitarse posteriores problemas que son difíciles luego de controlar y tienen un altísimo costo en sangre y lágrimas para lograr enmendar.

La letra viva.

El peor error, es tomar la Torá como letra muerta. Considerar que son temas del pasado, y que estas desgracias están superadas y no nos pueden nuevamente alcanzar.

El 7-10 vino cuando había mucha pelea interna en Israel. Los hermanos no se entienden, no hablan, ni se respetan, y aún se odian. Los resultados están a la vista.

Y si no recalculamos, los israelíes en lugar de unirse y los judíos en el galut con sus entuertos y desvíos y errores y horrores, insisten en separarse, entonces, y aún frente a ser tildado como aquel que “pone sal en la herida”, viene esto otro de la matanza de niños en la escuela del Golán.

Obvio, el escenario es mundial, y las enormes manifestaciones anti-sionistas – antisemitas, nos muestran un Todopoderoso que está enojado con nosotros su pueblo.

Reflexión final.

Hemos leído la parashá o Capítulo de Pinjas, que con una actitud temeraria y contundente logra parar la mortandad y salva al resto del Pueblo de Israel de la ira divina.

Para concluir, hay un mensaje que es claro, los palestinos no quieren a Israel, y los acuerdos de Oslo fueron una trampa de los árabes, con esa macabra fórmula de “tierras por paz”, donde Israel cede tierras. pero no obtiene ni tendrá ninguna paz.

Estos son días para la reflexión, se acerca la fecha de conmemoración de la destrucción de ambos Templos de Jerusalén. La perdida espiritual y la pérdida territorial y el inicio del largo destierro.

Y me atrevo a la reflexión final: “¿y que peor podría haber sido, si en los noventa Israel hubiera permitido un Estado Palestino con derechos plenos y ejército propio lindante a pocos kilómetros de los mayores centros judíos poblados del país?

Aguardamos que si las profecías de la destrucción se han cumplido, como dijo Rabí Akiva, también se cumplan pronto en nuestros días las profecías de salvación y la venida del Mashíaj hijo del Rey David.

Amén.

Dr. Natalio Daitch

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