El jefe del Estado Mayor, teniente general Gadi Eizenkot, manifestó en la Conferencia de Herzliya, que “Israel no está interviniendo en la guerra civil en Siria, y no está a favor de ninguna de las partes”, desmintiendo reportes publicados en la prensa extranjera. Eizenkot puntualizó que interés el israelí con respecto a la guerra siria es que del otro lado de la frontera haya una “entidad que funcione”.
En su discurso, Eizenkot se refirió a todos los frentes relevantes para la seguridad de Israel. Distinguió entre los círculos cercanos al Estado judío, tales como Gaza y el Líbano, y las amenazas lejanas, principalmente Irán. Eizenkot se refirió a los desarrollos regionales y su importancia para la calma fronteriza, e indicó que Israel tiene intenciones de mantener la tranquilidad.
“Tenemos interés que en Gaza haya electricidad las veinticuatro horas”, apuntó en relación a la crisis en la Franja, “pero existe la paradoja de que nosotros financiemos la electricidad y ellos liberen recursos para cavar túneles de ataque”. Según sus dichos, Hamás “está parado frente a una encrucijada de decisiones importantes: si ser una organización terrorista o un movimiento responsable de sus ciudadanos”. El jefe del Ejército añadió que “Israel desarrolló capacidades de lo más avanzadas para enfrentar las amenazas subterráneas de la organización islamista.
Eizenkot puntualizó que Irán es la amenaza principal que se percibe sobre Israel en el círculo lejano. “Los líderes de ese país declararon que su objetivo es un gobierno islámico mundial. Irán se ve a sí misma como una potencia regional e intenta crear una medialuna chií a través de Irak, Siria y el Líbano. Aún quiere producir armas nucleares y los esfuerzos mundiales deben concentrarse en impedir que Irán se convierta en una Corea del Norte”, aseveró Eizenkot que incluso criticó la focalización de Occidente en la derrota del Estado Islámico en perjuicio de la lucha contra la expansión iraní.
El jefe del Estado Mayor explicó a los presentes los cambios estratégicos en el enfoque de la defensa del Estado a raíz de los cambios geopolíticos en la región. Eizenkot afirmó que el Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) estudia cada vez más el combate contra organizaciones terroristas y no de cara a la “lógica de los estados”. Las consecuencias son el desarrollo de capacidades defensivas, debido a que la retaguardia israelí se ha convertido en un foco de combate, y el desarrollo de capacidades ofensivas focalizadas por la inteligencia profesional. El comandante de Tzáhal destacó que Israel debe mantener la superioridad tecnológica, de información y humana para continuar y vencer en las distintas batallas.