Desde que comenzó la guerra en Israel, luego del ataque del 7 de octubre de Hamás, y con el recrudecimiento en el conflicto en la frontera norte del país, aún no ha podido reghularizarse la oferta de vuelos de y hacia el Aeropuerto Internacional Ben Gurión en Tel Aviv.
La escasez de vuelos generó que las tarifas aumenten exponencialmente, y también en distintos momentos del conflicto las aerolíneas se vieron obligadas a cancelar y reprogramar vuelos y también suspender rutas temporalmente.
La crisis en la disponibilidad de vuelos también tiene efectos en el sector de las empresas tecnológicas israelíes, que se vieron obligadas en muchos casos a trasladar personal al extranjero. Además, desde ese sector están impulsando una iniciativa para operar una ruta aérea propia entre Tel Aviv y Nueva York.
Un foro de ejecutivos tecnológicos ha propuesto una aerolínea temporal que, con aviones y tripulaciones alquiladas, opere 36 vuelos semanales directos entre las dos ciudades. Se espera que los vuelos inicien en enero y ofrezcan boletos a precios comparables a los de antes del conflicto.