Efecto Fauda: La defensa israelí activa en la pantalla

Foto: Reuters/Amir Cohen

Estratégicamente, la premisa militar fundamental de Israel es defensiva pero sus tácticas son ofensivas como resultado de su geografía y ausencia de profundidad territorial. La toma de decisiones israelí siempre ha sido impulsada por la ética de defensa activa y esto se refleja en la realización de las películas y TV israelíes.

El concepto israelí de «defensa activa» ha sido utilizado durante mucho tiempo por la industria del cine como una herramienta para mostrar la perspectiva israelí sobre el conflicto árabe-israelí. Al coronel David «Mickey» Marcus, tal como se lo retrata en la película “Cast a Giant Shadow”, de Kirk Douglas, se le atribuye la frase: «La rama de olivo no ha funcionado aquí desde que Noé chocó el arca contra una montaña». El icónico personaje Ari Ben Canaan en la película “Éxodo”, interpretado por Paul Newman, expresó la misma idea: “Cada persona a bordo de este barco es un soldado. La única arma con la que tenemos que luchar es nuestra voluntad de morir».

Generaciones de judíos estadounidenses se criaron en estas imágenes y mensajes. Personalizaron el conflicto y avivaron el vínculo emocional colectivo de los judíos estadounidenses con Israel en los primeros años del Estado. Esto fue particularmente cierto después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la identidad judía e Israel fueron de la mano.

La relación ha cambiado mucho en las décadas posteriores a la guerra. El Israel bíblico sirve como una piedra de toque [piedra que se usa para probar oro y otros metales preciosos] desde la cual se puede añadir o eliminar. El Israel moderno es una quimera a ser destruida o un compañero mítico a ser apoyado. El arte del cine ha intentado capturar estas visiones, pero son inconsistentes. Algunos rompen con el pasado para controlar el futuro y otros están formados y limitados por el pasado.

Intentos recientes, como el documental de Nancy Spielberg «Above and Beyond: The Creation of the Israel Air Force» se centraron en otro aspecto de la identidad judía: los esfuerzos de 1947-48 por parte de mafiosos judíos dirigidos por Meyer Lansky para recaudar dinero para ayudar al Haganá a obtener arsenal frente a un embargo internacional de armas. Spielberg define la película correctamente como «no solo una historia judía sino una estadounidense».

Si bien los israelíes han abrazado la cultura pop estadounidense en todos sus aspectos, las películas israelíes no han penetrado realmente en la psique estadounidense. Esto se debe principalmente a que su atractivo para el público estadounidense a menudo se ve disminuido por su atención a los aspectos inaccesibles de la cultura israelí. Por ejemplo, “Two fingers from Sidon” de 1986 trató sobre Israel durante la Primera Guerra del Líbano en 1982. Capturó lo que sintieron los israelíes mientras servían en las fronteras de Israel, pero su mensaje no penetró las sensibilidades judías estadounidenses. El documental animado de 2008 del cineasta israelí Ari Folman “Waltz with Bashir” sobre la invasión israelí del Líbano y su propia lucha posterior con el TEPT tuvo más éxito. Fue más psicológico que histórico y sus omisiones históricas fueron especialmente prominentes con respecto a Sabra y Shatila, un evento que ha sido cooptado por la propaganda árabe-palestina como una herramienta para culpar y avergonzar Israel.

El conflicto árabe-israelí continúa interesando y atrayendo fanáticos en todo el mundo, como se puede ver en el gran éxito de la popular serie de Netflix “Fauda” (en árabe, caos). Fauda es la defensa activa israelí en su mejor momento. Muestra la realidad del conflicto israelí-palestino, proporciona una voz a los personajes judíos y a los palestinos, y muestra el multiculturalismo de Medio Oriente e Israel, que a menudo se pasa por alto. En contraste con “Éxodo” de Leon Uris, sobre el cual David Ben-Gurion dijo que «como propaganda, es lo mejor que se ha escrito sobre Israel», Fauda no es hasbará sino una parte de la fría realidad.

En la era del infoentretenimiento, el peligro es cuando el entretenimiento reescribe por completo tanto la realidad como la historia. La judería estadounidense de hoy está fragmentada y en conflicto en su relación con Israel. El cine y la televisión pueden ser herramientas útiles para cambiar la trayectoria de la identidad judía estadounidense y aliviar su confusión e incomodidad sobre Israel.

Fuente: Centro BESA


Asaf Romirowsky es director ejecutivo de Scholars for Peace in the Middle East (SPME), miembro senior no residente del Centro BESA y miembro del Foro de Oriente Medio.

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