Ante el afán de contener esta ola de odio, la Unesco busca educar a las nuevas generaciones contra este tipo de manifestaciones.
Aunque los episodios de antisemitismo en Latinoamérica son aislados, alguno que otro sale a la luz como esvásticas pintadas en sinagogas o el más reciente caso en Colombia de integrantes de la Policía Nacional vestidos con uniformes de la Alemania nazi que generaron indignación.
En una iniciativa de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe (Orealc) de la Unesco, junto con expertos de la academia y la cultura, concluyó este noviembre un ciclo de cinco sesiones virtuales para visibilizar los desafíos y nuevos enfoques para educar a la región entorno al Holocausto y los genocidios.
EDUCAR PARA ROMPER BRECHAS Y VACÍOS
La necesidad de una educación incluyente y consciente de conocer a fondo los derechos humanos, y ayudar a los jóvenes a ser ciudadanos globales hace parte de los esfuerzos de la Unesco para promover la Educación para la Ciudadanía Mundial (ECM) como prioridad de la Agenda Educación 2030.
El organismo internacional con su oficina regional desarrolló una serie de charlas, de agosto a noviembre de este año, con un panel de expertos apoyados en su sede en París.
“Educar sobre el Holocausto y la identificación de este hecho es una de nuestras prioridades pues hace parte de los grandes retos globales que tenemos por delante en materia educativa”, dijo Karel Frakapane, especialista de programas de la sección de Ciudadanía Global y Educación para la Paz de la Unesco, durante uno de los seminarios.
“La pandemia de la covid-19 multiplicó las teorías de la conspiración relacionadas con los judíos además de la propaganda de odio. Sabemos por la historia que estás actitudes se replican en nuestros tiempos en violencia”, añadió.
El objetivo es ayudar a que los jóvenes “se conviertan en pensadores críticos, ciudadanos globales activos y responsables que valoren la dignidad humana”, señalaba en un comunicado Mary Guinn Delaney, jefa de la sección de Educación Transformativa de la Orealc/Unesco.
Se trata “de esfuerzos de largo aliento por más de cinco años y se han abierto espacios de reflexión para identificar el auge de estas manifestaciones de discurso de odio y xenofobia que se fortalecieron con la pandemia”, señaló Nicolás del Valle, coordinador de cultura en la Orealc.
Sobre la línea para romper con esos vacíos en la educación y evitar que se descontextualicen los hechos, del Valle señaló que si bien son muchas las brechas es necesario identificar patrones.
“Además fortalecer las instituciones educativas, una formación docente integral, infraestructura y materiales, pero aún así la práctica de la enseñanza virtual ayudó para que se creara un proceso en el que se debe profundizar para disminuir este tipo de acontecimientos”, explicó del Valle.
También se evidenció la necesidad de una educación de calidad en la que el aprendizaje sea transformativo.
“Hay un exceso de información en las redes sociales en donde la desinformación y las noticias maliciosas han generado esta ola de verdades a medias en donde los jóvenes no tienen la capacidad de discernir y por eso es necesario reformas curriculares en los centros educativos”, dijo.
MUSEOS PARA APRENDER, VISIBILIZAR Y NO REPETIR
Además de la participación de la Red Latinoamericana de Educación también están presentes los museos de memoria histórica sobre genocidio como en el caso de Chile o del Holocausto, en Argentina.
El Museo del Holocausto en Buenos Aires desde 2019 tiene una muestra interactiva en 360 que lucha contra la discriminación y el antisemitismo, tras los atentados de 1992 y 1994 contra la AMIA.
“Hacemos del Holocausto una herramienta de memoria, de lucha por los derechos humanos, de construcción de una ciudadanía comprometida con los valores democráticos y por sobre todas las cosas que la memoria de lo que fue el horror del Holocausto sirva para las nuevas generaciones como una advertencia de aquellas conductas que queremos evitar”, explicó Jhonathan Karszenbaum, director del museo.
En la visita virtual se encuentran audios, videos y fotografías de los objetos donados por judíos argentinos sobrevivientes del genocidio que acabó con 6 millones de personas durante la II Guerra Mundial.
“Creemos que el museo aporta a una ciudadanía más consciente generando escenarios de prevención en conductas individuales y grupales, con un trabajo de construcción hacia el futuro para que no se repitan esos odios a minorías y lidiar con agrupaciones que niegan la Shoá (Holocausto)”, aseguró Karszenbaum.
Y es que el director del museo es muy preciso al citar al italiano Primo Levi, sobreviviente del Holocausto, ante la ola negacionista: “Ocurrió y puede volver a ocurrir” porque no hay garantías de que esto no se repita, más con el auge de las redes.
EL ANTISEMITISMO EN CIFRAS
Según un informe de la Liga Antidifamación (ADL) un total de 2.024 casos de asalto, acoso y vandalismo contra judíos estadounidenses se reportaron el año pasado.
Una encuesta sobre índice de antisemitismo hecha por ADL señalaba en 2015 que la región se ubicaba con un 33 % de rechazo a los judíos en el tercer lugar por detrás de Medio Oriente y África del Norte (74 %)
Panamá tenía un 52 % siendo la primera seguida de Colombia (41 %), República Dominicana (41 %) y Perú (38 %), mientras que el que menos discriminaba era Brasil, con 16 %. En Argentina y México la media era del 24 %, y en Haití, 26 %.
Chile experimenta un aumento del hostigamiento hacia la comunidad judía, que tiene menos de 15 mil almas, un país donde está presente un alto número de habitantes de origen palestino que llega a los 400.000. EFE y Aurora