El gobierno de Panamá reconoció a la embajadora de Panamá en Israel, Adis Urieta, por la labor desempeñada durante el inicio de la guerra el 7 de octubre y durante el prolongado conflicto.
La embajadora Urieta, la más veterana entre los embajadores en Israel, fue periodista antes de convertirse en diplomática, y se especializó en periodismo de guerra cubriendo el conflicto armado en Guatemala, Colombia y la infiltración de grupos armados en la selva del Darién y también llegó a la zona durante la 2da. Intifada en varias ocasiones.
El gobierno le distinguió la Condecoración General José de Fábrega en el grado de Gran Comendador, que se otorga a los diplomáticos que han realizado un servicio ejemplar, un gesto heroico o un ejemplo de gran civilidad.
Urieta dijo que el reconocimiento no era solo para ella, sino para todo el equipo de la embajada, y la Cancillería panameña, que activó el Centro de Cooperación y Asistencia en Desastres (CECODI) una vez se conocieron los hechos del 7 de octubre. A través de esto, se activó un equipo de profesionales en Panamá, quienes junto a la embajada pudieron organizar de manera inmediata los vuelos, asesorar a los ciudadanos sobre cómo evacuar, o ayudar a calmar a quienes se encontraban estresados.
El gobierno de Grecia, país donde Panamá tiene un importante consulado de marina mercante (Panamá cuenta con la flota de marina mercante más grande del mundo), y una diáspora griega muy fuerte en Panamá, ayudó a evacuar al primer grupo de ciudadanos, incluso brindándoles transporte y un hotel.
La comunidad panameña, muy unida en Israel, que cuenta con un exitoso y fuerte chat de comunicación WTSSP, también estuvo ayudando a la embajada a identificar los casos más sensibles que necesitaban atención.
La guerra del 7 de octubre nos hizo más unidos como comunidad, más fuertes y más solidarios, afirmó la embajadora.
La embajada también atiende a la comunidad palestina en Cisjordania con la que hay un canal fluido de comunicación y asistencia conjunta con la embajada panameña en Jordania.