por Dr. Israel Jamitovsky
Simjat Torá(Festividad de la Torá) es por excelencia la festividad en la que alegría desempeña un rol central. Marca la culminación de la lectura de los cinco volúmenes de la Torá en las sinagogas y el inmediato comienzo de la lectura del Génesis. Se refleja en bailes y canciones portando la Torá y en especial desplegando y derrochando alegría y entusiasmo sin par.
Como es de público conocimiento, el bárbaro ataque perpetrado por Hamás contra la población de Israel el 7 de Octubre fue en Simjat Torá, lo que planteó en numerosas comunidades religiosas de Israel el dilema de cómo celebrar dicha festividad este año.
Un ejemplo lo brinda la organización israelí Hillel compuesto por rabinos ortodoxos modernos y mujeres doctas en judaísmo, la cual propone que cada una de las siete rondas que marca la tradición judía en Simjat Torá, estén dedicadas a todos los involucrados en la presente guerra. A los textos habituales, Hillel propone agregar textos de las fuentes judías, canciones especiales y pertinentes, acorde al siguiente orden:
- La primera ronda estará dedicada a los rehenes y a su liberación
- La segunda ronda estará consagrada a todos los civiles asesinados a partir del 7 de Octubre así como a todos los caídos del ejército de Israel, Policía y demás fuerzas de seguridad y de rescate.
- Le tercera ronda apuntará a los soldados del ejército israelí y las distintas fuerzas de seguridad.
- La cuarta ronda abogará por la curación de los heridos del ejército de Israel así como las víctimas del quehacer terrorista.
- La quinta ronda se centrará en la población del Sur y del Norte de Israel que se vio forzada a evacuar sus hogares.
- La sexta ronda se focalizará en los familiares de los combatientes, sus cónyuges, hijos y todos aquellos que los respaldan.
Animado por ese mismo espíritu, Tzohar-organización de rabinos ortodoxos sionistas-propone dos opciones. La primera dedicar una de las rondas a los presentes acontecimientos. Se trata de una ronda silenciosa a la que le seguirán cánticos pertinentes a recordar a las víctimas, a los rehenes y abogando por el éxito del ejército israelí.
La segunda opción planteada por Tzohar es similar a la de Hillel y es consagrar las siete rondas a todos los involucrados en la presente guerra : soldados, rehenes, familias enlutadas, etc.
Tópico complejo
Hay quienes sostienen que en las presentes circunstancias no debe celebrarse Simjat Torá con los bailes tradicionales. Así sostiene Nitzan Lipschitz, padre enlutado cuyo hijo cayó en la actual contienda bélica. Imposible sustraerse a la tragedia que se abatió sobre tantas familias ese día y propone trasladar las rondas y bailes con la Torá, al sábado inmediato, es decir al sábado en el cual se leerá el primer capítulo del Génesis. De lo contrario, cabe celebrar Simjat Torá con rondas silenciosas invocando los nombres de todos aquellos asesinados y raptados ese día. El año que viene -sostiene Lipchitz-veremos como deberemos celebrar Simjat Torá.
Su planteamiento suscitó diversas reacciones. El Rabino Yedidia Law de la comunidad Alón afirmó que en su espacio, primero se celebrarán los servicios religiosos y posteriormente se leerá la Torá y se practicarán las rondas bailables, de tal suerte que aquellos que no quieran participar en estos festejos, pueden abandonar la sinagoga sin problema.
¿Cómo obrar en espacios controvertidos?
El tópico es ampliamente cuestionable. Hay quienes se oponen categóricamente a bailar y cantar este año en Simjat Torá y a otros que se preguntan por qué no hacerlo.
A tal respecto, se pronunció recientemente el Rabino Ilay Ofrán, Rabino del Kibutz Yavne y psicólogo clínico. Lo fundamental es evitar la fractura y escisión en la comunidad. Conviene tomar en consideración la postura y sensibilidad de las familias enlutadas, asesorarse con los veteranos y maduros de la comunidad, rastreando cual fue su actitud y decisión ante casos semejantes en el pasado.
El Rabino Ofrán sostiene que esa viable amalgamar y conservar la tradición y la costumbre implantada por generaciones y a la vez acusar el duelo ante la tragedia que se abatió sobre la sociedad israelí en esa fecha. Ambas posturas son ampliamente comprensibles y justificadas, por todo lo cual, en este espacio, elevó soluciones intermedias, a saber:
- Reducir los bailes con la Torá o efectuarlos con canciones pertinentes.
- Festejar como es habitual en horas de la noche, pero efectuar modificaciones en horas de la mañana o viceversa.
- Distribuir roles de tal suerte que parte de los miembros de la comunidad bailarán y preservarán la tradición implantada durante miles de generaciones.
- A su vez, otro sector de la comunidad se volcará hacia el recuerdo de las víctimas mediante el estudio de las fuentes judías, orando los salmos o entonado canciones silenciosas y pertinentes.
- En el rito askenazita en casi todas las festividades, es norma verter la oración Izkor(Recuerdo) en la que invocamos y recordamos a nuestros familiares mas cercanos que ya no están con nosotros. El Rabino Ofrán propone que en el espacio de esta específica oración, cada uno de los feligreses amén de la invocación familiar incorpore cuatro o cinco víctimas, de tal suerte que comunidades compuestas por 200 o 300 miembros puedan decir la oración Izkor por todos los asesinados el 7 de Octubre.