El sur de Israel, con más de un millón de residentes, se enfrenta hace años con la dificultad de una creciente demanda de atención médica y pocas instituciones para responder a ella.
Actualmente, el Centro Médico Soroka en Beersheba, inaugurado en 1959, es el principal centro de salud en la región, junto con el hospital Yoseftal en Eilat, que tienen entre ellos unos 250 kilómetros de distancia.
Este domingo, el ministro de Salud, Uriel Buso, y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, firmaron los esperandos permisos para la construcción de un nuevo hospital en Beersheba, luego de una demora de 10 años.
El plan fue aprobado por primera vez en 2014, pero se pospuso luego de la caída del gobierno en 2022. Se espera que el proyecto esté listo en 2028. Este será el segundo hospital en la ciudad y contará con aproximadamente 600 camas, además de instalaciones para hospitalización psiquiátrica y salas de cirugía.
Smotrich, expresó que “los residentes de la periferia merecen servicios de salud de alto nivel” y por su parte, Buso afirmó que “todos los ciudadanos de Israel, sin importar su lugar de residencia, afiliación comunitaria o estatus económico, tengan derecho a servicios de salud avanzados y profesionales”.
Según un informe de 2019 del Centro Taub, las regiones periféricas del país tienen la menor cantidad de camas hospitalarias por cada 1.000 personas, lo que subraya la necesidad de este nuevo hospital.