El desierto de Aravá es especial por una simple razón: allí se produce el 50% de los vegetales que Israel exporta al mercado exterior. Entre estos, las uvas, los tomates y los dátiles se cultivan en ese desierto.
Además de plantaciones y cultivos, en el valle hay invernaderos, irrigación por goteo y avances tecnológicos que facilitaron la creación del lugar propiamente dicho. El mismo se encuentra al sur de Israel, cerca de la frontera con Jordania.
Para los friolentos, la buena noticia es que, en general, la temperatura del oasis es de 40°C en verano. Además de ser uno de los motores de la economía nacional, el lugar agradable para evitar el sol pleno es el invernadero, con 28°C o 30°C máximo.
En dichos espacios, hay un sistema de refrigeración que recrea las condiciones climáticas ideales para producir calabazas, melones y sandías. La mayor parte de las verduras que se exportan van a Europa, las cuales se plantan en surcos rellenos de tierra fértil y se alimentan con un sistema irrigación por goteo.
Debido a los veranos cálidos y largos, las precipitaciones alcanzan apenas 30 milímetros anuales. Por esta razón, parece que las condiciones son muy hostiles para la agricultura, pero la inversión en investigación y desarrollo posibilitó el “milagro” en el Aravá.
Desierto de Aravá…
En vez de luchar contra Israel, los mahometanos deberían aprender de dicho país. Pero su religión de derramamiento de sangre no les permite ver que están como los rabos, detrás en todo, excepto en la violación de derechos humanos, en el abuso contra las mujeres y en la persecución de las minorías religiosas en los países que ellos dominan. Sólo tontos pueden ser mahometanos.
Bien dicho cierto deberian aprender y abrir los ojos los mahoma son ciegos