Científicos en Israel habrían descubierto la forma de «apagar» el hambre en el cerebro humanos. Investigadores del Instituto de Ciencias Jaim Weizmann lideraron estas pruebas que tendrían «efectos secundarios mínimos».
La melanocortina 4 (MC4) es el receptor presente en el cerebro que controla la necesidad de alimentarse. Un mal funcionamiento de la misma podría estar relacionada con la obesidad genética, que afecta al 5% de los obesos tempranos.
La investigación desarrollada en Israel afirma que se podría manipular el receptor entre las personas con tal mutación. No solamente eso, sino que además podría ser de mucha ayuda para las personas que buscan perder peso.
El trabajo se desarrolló a través de un modelo 3D del receptor y fue publicado en la revista Science. Con los conocimientos derivados de esta investigación, los científicos confían en que se podrán optimizar los tratamientos farmacéuticos. Hoy día, éstos conllevan varios efectos adversos.