Fuentes de inteligencia de Estados Unidos creen crecientemente que fuerzas navales del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán forzaron al petrolero MT Riah de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) a ingresar a aguas territoriales iraníes, señala un reporte de la cadena norteamericana CNN. Los Emiratos no han respondido el informe. Algunas fuentes del Golfo Pérsico sostienen que la nave fue simplemente remolcada por Irán. EE.UU. dice que se ha perdido el contacto con la tripulación. Su última posición conocida fue en la isla de Qeshm en el Estrecho de Ormuz.
En los últimos meses se ha registrado una cadena de incidentes en el Golfo, bajo el telón de fondo de la creciente tensión entre Irán y Estados Unidos, desde que Washington abandonara el acuerdo nuclear hace un año atrás. Seis petroleros fueron objeto de ataques con explosivos. Según Washington, y sus aliados, esos actos de sabotaje fueron perpetrados por las fuerzas de Teherán. Cuatro de los ataques tuvieron lugar en la costa de los Emiratos Árabes Unidos y dos de las naves le pertenecían a ese país. Irán niega las acusaciones.
Asimismo, la semana pasada, Londres anunció que había desbaratado un intento iraní de capturar un petrolero británico cerca del Estrecho de Ormuz, después de que fuerzas británicas detuvieran un petrolero de Irán en el Estrecho de Gibraltar bajo sospechas de que la nave se dirigía a Siria, cuyo régimen ha sido sancionado por la Unión Europea (UE). La Guardia Revolucionaria iraní prometió responder, pero también desmintió que intentara secuestrar al petrolero británico, que venía escoltado por una fragata de la Armada Real inglesa.
Se presume que Irán prefiere evitar un enfrentamiento directo con EE.UU. debido a la enorme diferencia entre el poder de fuego entre ambos países. También se estima que el presidente estadounidense, Donald Trump, no busca una guerra y menos cuando se aproximan los comicios para su reelección. Trump pretende renegociar con los iraníes el acuerdo nuclear.
Desde este punto de vista, los incidentes en el Estrecho de Omán (e incluso el enriquecimiento de uranio por encima del límite permitido por el pacto nuclear de 2015) no estarían dirigidos tampoco contra los países árabes del Golfo ni contra Israel, que apoyan la presión norteamericana sobre Teherán, sino hacia los países europeos, a quienes los iraníes identifican como el eslabón débil de la cadena.
Últimamente, el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, reiteró al canal estadounidense NBC que Trump debería levantar las sanciones económicas para allanar el camino a las negociaciones. Lo que indicaría que podría estar desarrollándose un tanteo preliminar sobre la posibilidad de entablar conversaciones bilaterales. Sin embargo, siempre existe la probabilidad de que un error de cálculo se convierta en el disparador de una escalada en el volátil Oriente Medio