Las denuncias por antisemitismo en Argentina experimentaron el año pasado un retroceso, pero los casos evidencian una profundización de la violencia, de acuerdo a un informe presentado en Buenos Aires.
Según los datos de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA, el brazo político de la comunidad judía local), en 2016 se registraron 351 denuncias de actos antisemitas, frente a las 478 recibidas en 2015, lo que representa un 26,5 %.
«No obstante el descenso de denuncias, el año en análisis se caracterizó por una profundización de la violencia respecto de las características de los hechos declarados», advierte el informe.
El director ejecutivo de la DAIA, Victor Garelik, remarcó que el informe revela la «vigencia que todavía tiene el discurso desplegado por el régimen nazi, su simbología y la violencia que genera su negación, banalización o emulación al ser utilizado para agredir a miembros de la comunidad judía».
De acuerdo a los datos difundidos, el 90 % de las denuncias corresponde a la ciudad de Buenos Aires, «siendo comparativamente superior a los registros del resto del país, que tan sólo representan un 10 %».
La explicación, según el análisis, radica en la mayor posibilidad con la que cuentan los residentes en la capital para presentar denuncias por hechos de discriminación.
El informe advierte que el 63 % de los hechos denunciados durante 2016 correspondió a manifestaciones expresadas en internet, lo cual «complejiza la identificación del espacio geográfico desde donde fueron cometidos los acciones discriminatorias».
Uno de los datos que más preocupa del informe es que el año pasado un 32 % de las denuncias fue por «simbología nazi», una categoría que había descendido en los últimos años.
Según el estudio, «la no presencia de conflicto en Medio Oriente vinculado a Israel mostró que, en ausencia del mismo, el discurso antisemita se nutre mayoritariamente para su manifestación de expresiones reivindicadoras del nazismo, sus prácticas y discursos».
«De esta forma, se revierte durante 2016 la tendencia que mostraba un decrecimiento paulatino de la categoría ‘simbología nazi’ respecto de otras como ser ‘expresión xenófoba'», indica el informe. EFE
Aprovecho y reitero, el peligro total en Argentina no es el nazismo criollo tradicional, sino, los àrabes-musulmanes, y el permiso de cientos de mas de ellospara ingresar al paìs.No se trata de inmigrantes normales, al establecer una mezquita, o un portal con el tiempo se constituyen en un foco de agitaciòn y de agitaciòn contra Israel y la propia comunidad judìa local.El ejemplo clàsico, lo tenemos en lo que pasa en Europa Occidental.
Tenemos experiencia, los àrabes y musulmanes inmigrados o locales, se asociacian con nazis criollos y con izquierdistas locales.Los portales musulmanes o àrabes tienen mucho de argumentaciòn nazi o antisemita clàsica, citas de Hitler y ponzoña como resucitar el «plan andinia», o el mito de la conspiraciòn judìa mundial.Lamentablemente se ocultan y se protejen para el paraguas de que ellos son victimas y discriminados, o el verso de la islamofobia, pero al final el bombazo lo recibimos los judìos.
tiene razón Natalio. La izquierda hoy es más ponzoñosa y antisemita, ya que está enquistada no sólo en las agrupaciones zurdas sino en el kirchnerismo. No olvidarse de agrupaciones como el ICUF y el «llamamiento judeo argentino»