Las fuerzas de seguridad demolieron la vivienda del terrorista palestino que asesinó a puñaladas a tres miembros de una misma familia tras infiltrarse en un asentamiento de Cisjordania (Judea y Samaria). Mientras tanto, los familiares del terrorista han sido imputados por no haber impedido el ataque.
Omar al Abed, de 19 años, asesinó a tres miembros de la familia Salomon -Yosef, de 70 años, el abuelo, y dos de sus hijos, Chaya, de 42, y Elad de 36-, e hirió de gravedad a la abuela Tova, de 68, en Neve Tzuf (conocido como Halamish). La familia estaba celebrando la tradicional cena de Shabat y el nacimiento de un nuevo nieto, cuando arribó el terrorista palestino.
Las fuerzas israelíes ingresaron en la localidad palestina de Kobar y demolieron la planta baja del edificio donde vivía Abed con su familia.
Tras la demolición, Mijal Salomon, que sobrevivió el ataque y cuyo marido, Elad, fue asesinado a puñaladas, expresó que la medida es insuficiente e instó a un castigo más duro para los terroristas, incluyendo la pena de muerte.
“La casa de ellos puede ser reconstruida, mi hogar ha sido destruido para siempre”, manifestó. “Necesitamos la pena de muerte, para que los terroristas no puedan construir una nueva vivienda, y si no hay pena de muerte, debemos endurecer seriamente las condiciones de detención y negarles todo, cosas como televisión o la posibilidad de educación, excepto lo mínimo».
Un enfrentamiento se desató entre los habitantes de la localidad de Kobar y las fuerzas de seguridad que llevaron a cabo la demolición. Un camarógrafo palestino de la televisión fue herido por una bala de goma, de acuerdo con fuentes palestinas.
Los otros pisos del edificio resultaron aparentemente ilesos por la demolición, que dejó intactas las columnas que sostienen el inmueble.
La familia del terrorista trasladó sus pertenencias poco después del ataque anticipándose a la demolición.