400 intentos de asesinato contra israelíes: se cruzó una línea roja

Algunos de los 400 misiles lanzados estos días. Fuente: REUTERS/Nir Elias

Desde las 6 de la tarde del lunes hasta la tarde de hoy, fueron disparados cerca de 400 cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel, incluyendo incesantes lanzamientos durante la madrugada y una andanada de más de 130 cohetes hacia el sur del país en un espacio de cinco minutos.

Es difícil dar contexto a un número tan terrible. Pero si hay algo que es importante entender es que cada cohete que disparan los terroristas desde Gaza es un intento de asesinar a civiles israelíes. Así merece ser juzgado. Así de simple.

A pesar de que en horas de la mañana reportaban que el sistema defensivo israelí Cúpula de Hierro ha tenido una efectividad superior al 90% en la intercepción de cohetes dirigidos a zonas pobladas, en horas de la tarde varios cohetes han impactado directamente en edificios residenciales y dos civiles israelíes ya murieron por causa de los cohetes.

En Israel, la sensación que se tiene es que esta escalada de violencia está apenas comenzando e Israel responderá con fuerza a los ataques de los movimientos terroristas desde Gaza.

Tal como declaró el Primer Ministro Netanyahu anoche, Hamás cruzó una línea roja cuando disparó siete cohetes hacia la capital de Israel en medio de las celebraciones del Día de Jerusalén. Los movimientos terroristas que durante varios días llamaron a los palestinos a “defender al-Quds (Jerusalén en árabe)”, fueron los que no tuvieron problema alguno en disparar cohetes hacia esta misma ciudad.

La reciente escalada se da después de muchos días de gran tensión en la capital israelí que fueron consecuencia de la constante incitación del movimiento terrorista Hamás y la Autoridad Palestina.

Desde la semana pasada, grupos violentos palestinos convirtieron al Monte del Templo en un campo de batalla, llegando incluso a utilizar la mezquita de al-Aqsa para almacenar piedras y fuegos artificiales con los que atacar a israelíes.

La incitación constante se ve ejemplificada por las declaraciones del dirigente del Hamás, Fathi Hamad, transmitidas el pasado 7 de mayo en la TV palestina al-Aqsa, en las que llamaba a “cortar las cabezas de los judíos con cuchillos”.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, utilizó a Israel como chivo expiatorio ante el malestar popular en las calles palestinas después de que él mismo cancelara las elecciones palestinas que debían celebrarse este mes. (Es importante destacar que Abbas está ahora en el año 17 de su mandato al frente de la Autoridad Palestina para el que había sido elegido por solo 4 años).

Lamentablemente, una vez más las facciones terroristas palestinas y los líderes de la Autoridad Palestina utilizan a los civiles palestinos como carne de cañón en sus ataques contra Israel.

Además de que gran parte de los cohetes disparados fueron lanzados desde zonas civiles pobladas en Gaza, poniendo así en peligro directo a los habitantes locales, el ejército israelí reportó hoy que alrededor de uno de cada tres cohetes disparados por los movimientos terroristas cayeron dentro de la propia franja, y en algunos casos hirieron a civiles palestinos. Un doble crimen de guerra: atacan a civiles israelíes mientras ponen en peligro a sus propios civiles.

Los terroristas de Hamás muestran, una vez tras otra, que el bienestar de su población no está entre sus prioridades. Más aún, busca de forma activa que su población civil muera en estas escaladas de violencia para poder justificar su terrorismo.

En respuesta a los incesantes ataques terroristas, Israel respondió con dureza a través de ataques precisos contra objetivos terroristas en Gaza, incluidos varios altos oficiales de Hamás y la Yihad Islámica Palestina, entre ellos el comandante de la división responsable del lanzamiento de cohetes.

Entre los objetivos alcanzados se encuentran también un centro de inteligencia del Hamás, dos túneles subterráneos con los que pretendían cruzar a Israel para realizar atentados terroristas e incluso atacaron la residencia de un comandante del movimiento terrorista.

Al mismo tiempo, en las redes sociales y los medios de comunicación, se libra otra batalla: la desinformación.

Como en ocasiones anteriores, gran parte de la prensa internacional se centra en la represalia israelí en Gaza y “olvida” mencionar el contexto de los eventos, por ejemplo, los 250 cohetes disparados desde Gaza. De la misma forma que la prensa “olvidó” la semana pasada mencionar a Yehuda Guetta, un israelí de 19 años que fue asesinado a tiros mientras esperaba un bus, al tiempo que dedicaba numerosos titulares a los grupos violentos que estaban “defendiendo” la mezquita de al-Aqsa con piedras y fuegos artificiales.

Prácticamente nadie se ha hecho la pregunta simple de cómo desde Gaza llevan meses reclamando por la falta de presupuesto para comprar vacunas anti-Covid, pero sí tienen los medios necesarios para lanzar cientos de cohetes a Israel, incluyendo nuevos cohetes de largo alcance que Hamás se enorgulleció de presentar al mundo esta misma mañana.

Asimismo, en cuanto a credibilidad se refiere, es importante aclarar que, a menudo, la prensa internacional utiliza al movimiento terrorista Hamás y su “ministerio de salud” como fuente de información para reportar sobre las bajas en Gaza. Bajo ningún estándar de profesionalidad periodística debería ser legítimo tomar las palabras de una organización terrorista como fuente fidedigna de información.

Algunos medios ,al parecer, no tienen problema alguno en confiar en aquellos que abiertamente dicen que quieren cortar las cabezas de judíos y que trabajan activamente para hacerlo.

En las redes sociales algunos han llegado al punto ridículo de criticar a Israel, por no darle a la Franja de Gaza un sistema defensivo como la Cúpula de Hierro.

Pero la realidad es clara: los terroristas del Hamás podrían tener un método mucho más efectivo aún: no atacar.

Si los terroristas de Gaza no dispararan cohetes a Israel y atacaran a sus civiles de forma constante, en Gaza habría calma y progreso.

Israel ha hecho todo lo posible por evitar esta escalada, incluso limitando la propia entrada de judíos a su lugar más sagrado para evitar fricciones, pero las organizaciones terroristas cruzaron una línea roja.

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