lun. Abr 28th, 2025

¿Crisis en la OTAN?

13 de abril de 2025 , , , , ,
Imagen obtenida con IA

La llegada de Trump a la Casa Blanca ha cambiado el orden internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial y uno de cuyos principales pilares, la OTAN, también se tambalea en medio de una un gran incertidumbre y un tímido  pero necesario rearme europeo.


Ricardo Angoso


Los anuncios e incluso amenazas por parte de la actual administración norteamericana en el sentido de que Estados Unidos podría llegar a abandonar la Alianza Atlántica, tras décadas de liderar el mundo libre en su lucha contra el comunismo, han encendido todas las alarmas en la mayor parte de los miembros de la OTAN y en el seno mismo de esta organización, antaño la columna vertebral occidental que garantizaba supuestamente la seguridad a todos sus miembros.


El presidente Donald Trump nunca se ha sentido gusto dentro de la OTAN porque siempre ha desdeñado el multilateralismo y ha despreciado abiertamente a sus socios europeos, a los que permanentemente les recrimina su escaso gasto en materia de seguridad y defensa, algo que es cierto todo hay decirlo, y nunca ha visto a la Alianza Atlántica como una pieza fundamental en la defensa de los valores y principios occidentales.


La concepción de Trump pasa por un orden internacional en donde los Estados Unidos se sitúan en el epicentro del sistema y los demás países sean meras piezas secundarias en el gran juego donde la gran potencia norteamericana es el actor hegemónico al que los demás deben subordinarse en aras de cumplir sus anhelos imperiales. Si a eso añadimos la personalidad egocéntrica, caprichosa y soberbia del mandatario norteamericano, la imprevisibilidad, e incluso a veces la voluble toma decisiones, muchas inexplicables, otras absurdas, harán de este mandato una suerte de montaña rusa que agitará a nuestras cancillerías, bolsas y gobiernos.


En este contexto, entre la zozobra y la indefinición, el tira y afloja permanente y el “aquí mando yo”, se mueve la administración Trump como pez en el agua. Descolocando a todos y obligando a jugar con unas reglas hasta ahora desconocidas, la mayor parte de los socios de la OTAN, una vez que el paraguas protector de la organización ya no funciona o no se tiene la certeza de que vaya activarse en caso un de un ataque o amenaza, empiezan a programar  planes de contingencia y Europa comienza a rearmarse.


Por ejemplo, en medio de esta crisis de los valores atlantistas, Polonia y los tres países bálticos -Lituania, Letonia y Estonia- han abandonado la Convención de Ottawa que prohibía la producción, posesión y transferencia de minas antipersona. Estos cuatro países son vecinos y fronterizos con Bielorrusia y Rusia y sienten la amenaza de Moscú mucho más presente que el resto de los países europeos. No cabe duda que la protección de sus fronteras, bien de un ataque convencional terrestre o de los periódicas avalanchas “espontáneas” de inmigrantes ilegales enviadas  por sus vecinos, tiene mucho que ver con esta ruptura con la Convención de Ottawa, a la que, por cierto, también se ha sumado Finlandia, siempre en el punto de mira de Rusia y que ya fue invadida por los rusos en una ocasión, entre 1939 y 1940, y tuvo que ceder el 11% de su territorio a Rusia.


Pero también causa una gran preocupación en los socios europeos la nula capacidad nuclear europea frente a Rusia. De toda la Unión Europea (UE) solamente un Estado miembro, Francia, cuenta con ojivas nucleares en caso de un ataque nuclear frente a Rusia, aunque hablamos una cifra muy exigua, 290, y si sumamos las del Reino Unido, 225, en total Europa contaría con unas 665, añadiendo las 150 que Estados Unidos tiene estacionadas en el continente europeo, frente a las 5.580 de Rusia.


La OTAN, que durante casi ochenta años daba a sus miembros la mutua defensa si alguno era atacado a través del artículo 5 del Tratado de Washington, atraviesa una crisis existencial de impredecibles consecuencias para todos. ¿Seremos los europeos capaces de afrontar el envite de Trump y ser capaces de una vez por todas dotar a la UE de su necesaria capacidad defensiva? ¿O, por el contrario, inmersos en esta grave crisis del vínculo transatlántico, los europeos seguiremos esperando a que sean los Estados Unidos los que nos resuelvan los grandes desafíos que nos acechan? Esperemos que no porque quizá esta vez no venga nadie a sacarnos las castañas del fuego.

2 thoughts on “¿Crisis en la OTAN?”
  1. Hasta hace muy pocos años a la OTAN, al igual que la Unión Europea, no se la tomaba muy en cuenta porque no hacía falta o no servía para nada, salvo para acompañar las aventuras militares de Estados Unidos, que tampoco eran tan bien vistas en Europa al ser mucho más democrática, pacifista o de izquierdas, o al menos una gran parte de sus votantes, porque luego el statu quo es siempre lo que prevalece. El mejor ejemplo de esto último es España, cuando gobierna la izquierda, el tan criticado partido socialista PSOE, que lidera la coalición de izquierdas que actualmente está en el gobierno y que, como es habitual, en todos los desfiles militares y actos con presencia de militares españoles siempre recibe constantes abucheos, o muchas veces alaridos, por parte de la chusma española de la derechona y fascistas, acusándolos de “romper España” y de traer la ruina comunista, o por supuestamente ser lo contrario a la ideología fascistoide mayoritaria que está establecida en el ejército y en muchos de los policías españoles, sin embargo, fue este mismo PSOE tan abucheado el que ratificó la entrada de España en la OTAN, o también en la Unión Europea. Peor aún, antes del primer gobierno socialista de Felipe González, aunque en la oposición se mostraba muy gallito casi como un partido comunista y pretendía sacar a España de la OTAN y expulsar a los americanos de las bases que les dio la España fascista de Franco, luego, una vez en el gobierno, los socialistas tuvieron que salir por televisión amenazando con irse, y dejar gobernar a la derechona, si no ganaba el sí a la OTAN en el esperpéntico referéndum para decidir la permanencía en la OTAN y desmantelar las bases americanas. Además gastaron un dineral en aviones americanos F18-A, o casi los estrenaron bombardeando a Serbia, sin decir nada e incumpliendo lo que prometió en el referéndum de no entrar en la parte militar de la OTAN, o aún siguen muy activas dos importantes bases militares americanas.

  2. Desconozco lo que los americanos, y otros países europeos, entienden por ejército, en España son habituales las astracanadas de los militares y policías españoles, antes con amenazas de golpes de estado fascistas ante cualquier noticia que se produzca que no le guste a su muy reducido espectro ideológico, aunque ultimamente más bien solo piden una intervención militar en las regiones separatistas. Hace unos años, durante los años de las vacas gordas de la derechona, sobre todo gracias a la burbuja del ladrillo, no había españoles que quisieran ser militares voluntariamente, porque los sueldos eran más bajos que cualquier otro trabajo de baja cualificación, y por el ambiente fascista, así que tuvieron que abrir la mano a hispanoamericanos para cubrir las plazas. Luego con las crisis económicas ya sí hay voluntarios españoles de sobra que quieren al menos un trabajo con un sueldo fijo asegurado, y a los voluntarios hispanos les han echado de malas maneras. Claro que mucho peor es el reciente caso de Alemania, donde fueron detenidos neonazis de una red que estaba planeando un golpe de estado, incluso contaban con infiltrados en los cuerpos élite del ejército alemán.

    No mucho mejores noticias han venido sucediéndose en diversos países en estos últimos años, primero con Turquía, un miembro de la OTAN y que se proponía seriamente para la Unión Europea, pero que con Erdogan comenzó una deriva antidemocrática, islamista, antiOTAN y prorusa. O Polonia, con los gobiernos ultranacionalistas o antidemocráticos, con su habitual guerra particular contra todos, especialmente con su tradición antirusa, eso sí, ahora con la guerra de Ucrania-Rusia igual se han convertido en visionarios. Por contra, la Hungría de Orban y otros políticos europeos sueltos de partidos comunistas y ultraderechistas son pro-rusos o proPutin, yendo en contra del criterio común en la Unión Europea, y de la OTAN, al menos antes de Trump.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.