Crece la evidencia de que Irán está emplazando misiles que apuntan a Israel

Fuerzas de Movilización Popular (milicias chiís) Foto: Tasnim News Agency Wikimedia CC BY 4.0

En un discurso pronunciado el 9 de mayo, el jeque Akram al-Kaabi, secretario general del movimiento Hezbollah Nujaba en Irak, pronunció una serie de amenazas contra Israel. Hezbollah Nujaba es una milicia chií apoyada por Irán. Está afiliada a las Fuerzas de Movilización Popular, o Hashd al-Shaabi, que es una aglomeración de grupos principalmente chiís, fundamentalmente militares pro-iraníes. El discurso de Kaabi es en sí solo de interés pasajero. Pero es un indicio de la creciente participación de los sirvientes iraquíes de Teherán en los preparativos de Irán para el conflicto con Israel, y no solo a nivel verbal.

En su discurso, Kaabi acusó a Israel de apoyar a las organizaciones «takfiri»: el término preferido de las milicias chiís e Irán para los grupos sunitas como el Estado Islámico. Los grupos «takfiri», dijo Kaabi, libran una «guerra de apoderados» (guerra proxy) en nombre de la «entidad sionista», para que pueda «disfrutar de la paz, mientras que sus representantes están matando a los musulmanes». El líder de la milicia chií prometió que después de que los grupos «takfiri” sean derrotados, el objetivo de su organización será «terminar por completo con la existencia [de la entidad sionista] y restaurar la tierra a sus legítimos dueños».

Esta no es la primera vez que Kaabi se expresa de esta manera. El 13 de febrero de 2018, el líder de Nujaba visitó Beirut y prometió que su movimiento «apoyará al eje de la resistencia» en un conflicto futuro con Israel. El 8 de marzo de 2017, Kaabi anunció la formación de la «Brigada de Liberación del Golán», con la intención de participar en una guerra futura contra Israel en el Golán.

Desde un punto de vista, las palabras de Kaabi pueden parecer un tanto pretenciosas, ya que vienen del líder de una fuerza de alrededor de 9,000 milicianos ligeramente armados. De hecho, es poco probable que sus amenazas provoquen noches de insomnio a los comandantes de la 210° División Bashan de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en los Altos del Golán.

Sin embargo, los últimos comentarios del líder de Nujaba reflejan una realidad más profunda, concretamente, que el área de tierra que abarca Irak, Siria y el Líbano constituye hoy una arena única, desde un punto de vista operativo iraní. Los supervisores de Kaabi, en la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, en inglés), tienen libertad de acción en cada una de estas áreas y operan una estrategia coordinada en su totalidad. Esta estrategia implica la coordinación y el uso centralizado de los muchos elementos políticos y militares que los iraníes han establecido en este espacio y que patrocinan.

Esta es una situación nueva para Israel. Abordar el tema requiere ampliar el enfoque y prestar más atención a los actores y las áreas geográficas que antes solo tenían un interés periférico. Las conversaciones con oficiales israelíes sugieren que se está produciendo esta ampliación de la lente de observación.

A este respecto, un artículo publicado por el Washington Institute for Near East Policy merece una especial atención. El artículo, escrito por el general de brigada (de la reserva)  israelí Assaf Orion y el veterano analista de Irak, Michael Knights, se centra en las indicaciones de que Irán está utilizando a sus clientes de la milicia iraquí para desplegar misiles balísticos de corto alcance (SRBM, en inglés) en los desiertos del oeste de Irak, con la intención de que puedan ser lanzados contra Israel en el momento que Irán lo decida.

Estas indicaciones son de particular relevancia dado el alto nivel actual de tensión en el Golfo Pérsico.

El artículo de Knights y Orión no es la primera ventilación pública de la actividad iraní a este respecto. Un informe de Reuters del 31 de agosto de 2018 fue el primero en destacar las preocupaciones de las agencias de inteligencia estadounidenses e israelíes. El artículo detallaba la transferencia de misiles y lanzadores Zelzal, Fateh 110 y Zolfaqar de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní hacia el oeste de Irak. El Zolfaqar tiene un alcance de 750 km., lo que coloca a Tel Aviv dentro de su radio, si es desplegada en esta área. La distancia desde Al Qaim en la frontera entre Irak y Siria y Tel Aviv es de 632 km.

Teherán también ha establecido instalaciones para la producción de misiles en el oeste de Irak y está empleando a ciudadanos iraquíes para llevar a cabo este trabajo. El artículo de Reuters nombró las áreas donde se lleva a cabo la producción como «al Zafaraniya, al este de Bagdad, y Jurf al Sakhar, al norte de Karbala».

Knights y Orion se enfocan en esta historia en desarrollo, ofreciendo nuevos detalles sustanciales. Específicamente, el artículo nombra a tres milicias entre los receptores de los «cohetes de artillería de largo alcance» iraníes: el mencionado Hezbollah al-Nujaba, Ktaeb Hezbollah y la Organización Badr.

El artículo destaca que ‘estos proxies (apoderados) chiís han desarrollado supuestamente el uso exclusivo de bases seguras en las provincias de Diyala (por ejemplo, el campamento militar Ashraf), Salah al-Din (campamento militar Speicher), Bagdad (Jurf al-Sakhar), Karbala (Razzaza), y Wasit (Suwayrah)».

Los autores también señalan que en los círculos de inteligencia “iraquíes, estadounidenses e israelíes”, se acepta ampliamente que las “milicias han desarrollado una línea de comunicación y control hacia Irán a través de Diyala, lo que les permite importar misiles y equipos sin la aprobación ni el conocimiento del Gobierno”.

La capacidad de Irán para operar una línea de control de facto contigua a través de Irak, y desde allí a Siria, el Líbano y las fronteras con los Altos del Golán no está, por lo tanto, bajo seria duda. Parece que Teherán ha comenzado a estacionar misiles balísticos de corto alcance (SRBM) a lo largo de esta ruta, apuntando a Israel y manejado por las franquicias de milicias dirigidas por la Fuerza Quds, un arreglo destinado a suministrar a Irán la posibilidad de negación en caso de ser usados.

Los recientes episodios en el Puerto de Fujairah en los Emiratos Árabes Unidos y el oleoducto Aramco Este-Oeste en Arabia Saudita sugieren que Irán pretende seguir una estrategia precisamente de denegación y uso de proxies (apoderados) en sus intentos de responder los esfuerzos a Estados Unidos para contener y revertir los avances iraníes de los últimos años. Israel no está afuera de este círculo. Como dijo un funcionario iraní anónimo citado por Reuters: «Si Estados Unidos nos ataca, nuestros amigos atacarán los intereses de Estados Unidos y sus aliados en la región».

Se puede suponer que las agencias israelíes relevantes toman nota cuidadosa de las amenazas de este tipo, junto con los pronunciamientos más coloridos de figuras como Kaabi. Estas no son meros parloteos. En los remotos desiertos del oeste de Irak, los sirvientes de Irán están ocupados trabajando para preparar un nuevo frente contra Israel.

El autor es el director del Middle East Center for Reporting and Analysis y es investigador en el Jerusalem Institute for Strategy and Security y del Middle East Forum.

Fuente: Jpost.com

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