Luego de tres semanas, el gabinete de COVID se juntó para revisar el estado actual de la pandemia. Todo esto en medio de la ola creciente por la variante Ómicron y los enojos sobre cómo el gobierno está manejando la situación.
Tras discutir varios escenarios posibles, entre estas limitar el número de gente en reuniones, los ministros no llegaron a ningún consenso. Según un comunicado oficial, los miembros “recibieron un informe detallado del equipo de expertos sobre el alcance de la morbilidad y las tendencias de la quinta ola y recibieron sus recomendaciones”.
El clima de la misma se vio un poco tenso cuando el ministro de Vivienda Ze’ev Elkin intentó preguntar y Bennett lo calló. “Si solo está celebrando esta reunión para marcar una casilla y enviarnos a entrevistas, entonces no deberíamos hablar”, según los informes, Elkin le respondió: “No se sorprenda después de que el público no lo entienda, si ni siquiera yo, como miembro del gabinete, puedo obtener respuestas”.
Por otro lado, el primer ministro israelí se refirió a que “la economía permanecerá abierta y seguirá funcionando”. Y, en relación con los testeos, agregó: “Las filas son largas, lo entiendo. Yo mismo odio hacer cola, sé lo frustrante que es. Estas serán semanas difíciles… No hay necesidad de pánico o histeria. Saldremos de esto juntos”.